Gonzalo Montiel no puede salir del aeropuerto de Ezeiza. Está atrapado bajo el fervor de un nutrido grupo de hinchas, no solo de River. Hay notas periodística testigo: hasta hinchas de Boca, que unas horas antes se habían encandilado por la apuesta por Ander Herrera, se quedan para sacarse fotos, robar selfies y tocarle el pelo al héroe definitivo de Qatar.

Hincha de River, preferido de Marcelo Gallardo, gloria de la final del Bernabéu pero, sobre todo, un campeón del mundo. Montiel se ríe de día y de noche, entre el regreso de Sevilla, en donde no jugaba, y la revisión médica en una clínica de Belgrano. Lo esperan cientos de hinchas que quieren abrazarlo. No se trata solo del Monumental: lo que ocurre excede el terreno del gigante de nuestro medio.

Sonríe: no puede creerlo, mientras lleva el peso de una mochila en su espalda, como si fuera un joven más que vuelve a casa, a los 28 años recién cumplidos. Más allá de la primera etapa de tres años y medio que anduvo por Europa (hasta se consagró campeón de la Europa League, con otra definición histórica desde los 12 pasos), la travesía fue irregular. No hizo pie definitivamente ni en Sevilla ni en Nottingham Forest, en donde estuvo una temporada a préstamo.

Montiel es uno de los campeones del mundo que vuelven a casa. Parece que fue ayer: la Argentina (que ahora tiene un dólar adormecido y cierta estabilidad económica) seducen a las figuras del exterior que no siempre son titulares. Que juegan de vez en cuando, pero que se habían acostumbrado al confort de Europa. Germán Pezzella y Huevo Acuña pegaron la vuelta meses atrás, campeones del mundo y también en River, en donde ya estaba Franco Armani, una de las excepciones a la regla no escrita que los intérpretes del fútbol local prácticamente no tienen posibilidades de integrar el seleccionado.

Germán Pezzella y Marcos Acuña, en primer plano

Extrapartidario, Acuña se inclinó también por la voz de Gallardo, al igual que Lucas Martínez Quarta y ahora se suma la hipótesis de Guido Rodríguez. Boca no se queda atrás, en una temporada de excesos de billetera como nunca antes: sigue sigilosamente el día a día de Leandro Paredes, que prometió más de una vez volver a la Bombonera. Se trata de figuras jóvenes, en plenitud, que por ciertos caprichos de los entrenadores o actuaciones que no siempre trascienden fronteras, entran y salen. Juegan poco, aún con el cartel en la espalda de la gloria de Qatar.

Martínez Quarta es, qué duda cabe, un hombre de selección, que solo en la última etapa fue corrido de la escena de Fiorentina, en donde fue figura y capitán. “La selección siempre está en la cabeza, es el sueño máximo de todo jugador. El cuerpo técnico decidirá si estoy a la altura por más de que juegue acá… de ir a la selección o no”, declaró. Y fue más allá: “Poder compartir plantel con ellos es hermoso. Son campeones del mundo, han conseguido entrar en la historia argentina y del mundo”.

El factor Gallardo mueve montañas, evidentemente. “Si no me llamaba, no me iba a ir. Fueron cuatro años y medio hermosos y estaba muy bien con mi familia, teníamos un lindo grupo. Era difícil irse, mejor que ahí, en Europa, no iba a estar. Cuando me llamó el cuerpo técnico cambió todo”, sostuvo, en una charla con TyC Sports. Lo mismo ocurre con Juan Román Riquelme, el presidente xeneize, con el caso Paredes y hasta con el deseo de Paulo Dybala, aunque en este caso parece algo a futuro.

El fútbol argentino lo celebra, en un torneo sin seriedad (el próximo Apertura de la Copa de la Liga es el siguiente experimento), con aportes externos en el aire y en un contexto en el que River y Boca van a jugar un torneo aparte. Lo festeja porque los hinchas siguen enamorados por la gesta de Qatar. Y algunos de ellos confirmaron que mantienen su calidad, que en Europa era recortada. Acuña, más allá de las lesiones y Pezzella, más allá de un partido clave en Belo Horizonte, marcaron la diferencia. Hasta en la manera de pararse al recibir el balón se nota que juegan a otro ritmo. Más aún, en un torneo de 30.

Paulo Dybala y Leandro Paredes tienen contrato en Roma hasta junio de 2025, pero ilusionan a los hinchas de Boca

Pero además habrá Copa Libertadores y Mundial de Clubes, los principales desafíos. Y en un contexto de explosión renovada, con algunos campeones que solo se podían ver por TV, surge el interrogante más temido: ¿es bueno o malo para el futuro de la selección? ¿Qué piensa Lionel Scaloni? ¿Es mejor jugar 30 minutos por partido en un equipo importante del Viejo Continente o ser admirado (al menos, antes de la competencia) por el público que la agradece eternamente Qatar? Se sabe: la mitad de los enfrentamientos en el año será frente a rivales menores, limitados, entre la Copa de la Liga y la Copa Argentina.

Scaloni aprovecha estos meses de pausa para revisar el nivel de sus soldados y comenzar a delinear la base que afrontará el año y medio que resta para el prólogo de la próxima Copa del Mundo. Y a tener en cuenta, dos asuntos: actualidad futbolera y continuidad en los clubes.

Lionel Scaloni ya demostró que no le tiembla el pulso

El seleccionado cerró 2024 con buenos resultados (12 triunfos, dos empates y dos derrotas, sumadas a la consagración en la Copa América de Estados Unidos), pero el entrenador marcó la cancha en noviembre pasado, luego del 1-0 contra Perú, con Montiel como titular, el único que no actuaba habitualmente en España.

El mensaje fue inequívoco: “Necesitamos que los jugadores jueguen. Estos seis partidos (por las tres doble jornadas de eliminatorias de septiembre, octubre y noviembre) fueron muy seguidos, entonces optamos por seguir con la base que nos dio la alegría de la Copa América. No hubo tanto tiempo de traer a otros jugadores. Pero sí es verdad que a partir de ahora necesitamos que todos jueguen y decidir quién viene y quién no por el nivel futbolístico de cada uno…

Y más tarde, profundizó: “Es como siempre lo hemos hecho, salvo en esta ocasión en la que optamos, en algunos casos, por seguir trayendo a algunos chicos porque consideramos que son jugadores importantes. Pero es importante que tengan continuidad. Por poco que jueguen, teniendo en cuenta los calendarios en Europa, dos o tres partidos por mes van a jugar seguro, y con eso tal vez les bastaría, pero otra cosa es que no jueguen prácticamente nada”.

Todos (titulares y suplentes), los que actuaron ante Perú, pertenecen al fútbol europeo. Sin embargo, hay una doble excepción: en el capítulo anterior, el DT nacido en Pujato convocó a Pezzella y Acuña, que hacía poco habían llegado a River. Para Scaloni, este nuevo inesperado escenario… ¿es un paso adelante o para atrás? No suele estar en desacuerdo públicamente con la programación de los torneos, pero es una tendencia que seguramente lo mantiene inquieto.

La presentación de este 2025 para la Argentina será el jueves 20 de marzo frente a Uruguay, como visitante, en la doble fecha en la que también tendrá el clásico con Brasil, el martes 25, en el estadio Monumental. Luego, en junio, se enfrentará con Chile como visitante y frente a Colombia, como local, el miércoles 4 y el lunes 9. Y cierra el año con Venezuela el martes 9 de septiembre y frente a Ecuador, en Quito, el domingo 14. En octubre y noviembre también habrá fecha FIFA, por lo que el conjunto albiceleste podría jugar una serie de amistosos. ¿Estarán los campeones del mundo ahora caseros?

Algunos años atrás, Marcelo Bielsa, admirado por Scaloni, aseguró que “los mejores emigran”, cuando en el mundo futbolero se le insistía por Juan Román Riquelme, que la rompía en Boca. Otros tiempos, otro mundo, pero la misma ecuación: los mejores siguen en Europa. La ruta del agradecimiento eterno está por arrancar. Scaloni, ahora más que nunca, los mira por TV.