A la batalla legal que tiene como protagonistas a Blake Lively y a Justin Baldoni y que comenzó con la demanda de la actriz por acoso se sumaron ayer nuevos actores: el director de Romper el círculo decidió intimar a Disney y a Marvel Studio porque cree que Ryan Reynolds, a través de uno de sus personajes de Deadpool & Wolverine, se burla de él y lo ridiculiza.
Según informó Variety, el 7 de enero el abogado de Baldoni, Bryan Freedman, le mandó una notificación legal al presidente de Marvel, Kevin Feige; al director ejecutivo de Disney, Bob Iger y al director del film, Tim Miller, para que preserven todos los documentos y datos relevantes en relación a la creación de Nicepool, uno de los personajes de Reynolds.
Además de los documentos, el abogado de Baldoni solicitó “las comunicaciones relacionadas con el desarrollo, la escritura y la filmación de historias y escenas que presentan a Nicepool”. La carta también le pidió al estudio que conserve “todos los documentos relacionados o que reflejen un intento deliberado de burlarse, acosar, ridiculizar, intimidar o acosar a Baldoni a través del personaje de Nicepool”.
La escena a la que apunta Baldoni
En el escrito, el letrado explica que el marido de Lively se burla de Baldoni en una de las escenas del film, que se estrenó en julio del año pasado. En la secuencia a la que hace mención Freeman se ve a Reynolds en la piel de Nicepool, una versión alternativa, excesivamente alegre y torpe del héroe central, Deadpool, diciendo frases como: “¡¿Dónde está el coordinador de intimidad?!”, y felicitando a Ladypool por “volver a estar en forma” después de dar a luz.
Lively, quien tuvo una pequeña participación en el exitoso film de Marvel con el personaje de Ladypool, apuntó contra su coprotagonista y director en Romper el círculo por acosarla sexualmente y por avergonzarla por su cuerpo luego de haber dado a luz a su cuarto hijo.
La actitud de Reynolds
Reynolds, quien además de ser una de las estrellas del film de Marvel trabajó en el proyecto como escritor y productor, nunca hizo referencia a una supuesta conexión entre Nicepool y Baldoni. Incluso mantuvo el silencio cuando los fanáticos de la saga especularon sobre lo que el director cree que es un ataque a su persona, revuelo que tuvo lugar mucho antes del inicio de la batalla legal entre él y Blake Lively. Hasta el momento, Disney y Marvel también optaron por el silencio.
Un conflicto que no deja de crecer
Blake Lively denunció a Baldoni el 20 de diciembre por un comportamiento “perturbador y poco profesional” hacia ella, lo cual generó un “ambiente de trabajo hostil” en el set. En su declaración, la actriz dio detalles de algunas situaciones puntuales como la vez que Baldoni y el productor Jamey Heath ingresaron a su trailer “sin invitación” mientras ella estaba desvestida o “vulnerable”. A su vez, dijo que su compañero la presionó para “simular desnudez total” en una escena de parto e “intimidad física improvisada que no había sido ensayada, coreografiada o discutida” con ella sin que participara ningún coordinador de intimidad.
Tras plantarse en el set, la esposa de Reynolds aseguró que comenzó una campaña de desprestigio en su contra que le generó “dolor, miedo, trauma y ansiedad extrema”. También, alegó que su marido se ha visto afectado mental, física y profesionalmente por su dolor y habló del impacto que esto generó en sus hijos pequeños, que “han sido traumatizados y desarraigados emocionalmente de maneras que han afectado sustancialmente su bienestar”.
Ante su demanda, el equipo legal de Baldoni negó rotundamente las acusaciones, calificándolas de “falsas, escandalosas e intencionalmente lascivas” y aseguró que Reynolds lo reprendió en un encuentro “traumático”, afirmando que nunca le habían hablado así en su vida. A su vez, el actor y su compañía de producción Wayfarer Studios, sus socios comerciales y su equipo de relaciones públicas demandaron posteriormente a The New York Times por 250 millones de dólares por su artículo sobre las acusaciones de Lively contra él.
En su presentación, el acusado asegura que no llevó a cabo ninguna campaña de desprestigio, alegando que fue la actriz “quien llevó a cabo una campaña de desprestigio calculada” y que el Times utilizó “comunicaciones seleccionadas y alteradas, despojadas del contexto necesario y deliberadamente fusionadas para engañar”.