El reciente Decreto 70/2025 publicado en el día de ayer, eliminó formalmente la Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda, pero en los hechos, la política habitacional en Argentina llevaba meses en estado vegetativo. Desde el cambio de gestión, la Secretaría dejó de ejecutar programas, desmanteló el Procrear y vació de contenido las herramientas destinadas a reducir el déficit de vivienda. Su disolución no fue una sorpresa, sino la confirmación de una estrategia de descentralización progresiva.
El argumento oficial para justificar la medida es revelador: “El Estado no tiene que construir viviendas”, al cual, en cierto modo, adhiero. Pero considero equivocado reducir la función de una Secretaría de Vivienda a ser un mero constructor inmobiliario del Estado. Su eliminación sin una estructura alternativa implica abandonar herramientas claves para facilitar el acceso a la vivienda.
Rentabilidad: ¿conviene poner en alquiler una propiedad hoy en la ciudad de Buenos Aires?
Los países más desarrollados, incluidos los de la OCDE—a la que Argentina aspira a ingresar—, entienden que la política habitacional no se trata solo de construir, sino de generar instrumentos financieros, normativos y de suelo que permitan ampliar el acceso a la vivienda.
Los datos muestran que, aunque hubo cierta recuperación del crédito en 2024, con más de 11.000 préstamos otorgados, también es cierto que más de cuatro millones de trabajadores quedan excluidos por no calificar para un préstamo bancario. La lógica de que “la macro ordenada resolverá todo” no se verifica en ningún país del mundo: incluso en economías avanzadas, el acceso a la vivienda requiere de una política activa que combine financiamiento privado con mecanismos de apoyo público.
El crédito hipotecario sigue siendo inaccesible para los sectores de menores ingresos, que quedan fuera del sistema financiero formal. Además, las líneas de crédito se han reactivado en un contexto donde el financiamiento sigue siendo limitado y los montos otorgados están lejos de cubrir el costo de una vivienda en las principales ciudades del país.
«Tiene 360 días de sol al año»: el lugar de la Argentina que eligen los americanos para vivir
Este escenario refuerza la necesidad de contar con un marco institucional sólido que diseñe políticas de acceso a la vivienda para quienes no califican para un crédito tradicional. Pero, en lugar de fortalecer esas herramientas, el Gobierno eliminó la Secretaría de Vivienda sin presentar un esquema alternativo.
“Structure follows strategy” es un principio fundamental en la gestión pública y privada: la estructura institucional debe responder a una estrategia clara y bien definida. Eliminar la Secretaría sin diseñar una estructura alternativa es el equivalente a querer construir sin cimientos.
Como señala Cynthia Goytia de la Universidad Di Tella, en su capítulo “Villas miseria y asentamientos informales: diez años para revertir el déficit” dentro de la compilación El país que queremos: Principios, estrategia y agenda para alcanzar una Argentina mejor, realizada por Sergio Berensztein, Horacio Rodríguez Larreta, Federico Sturzenegger, es necesario que los países planteen un menú de opciones para abordar el acceso a la vivienda de acuerdo con la capacidad de pago de los hogares y la institucionalidad del mercado de crédito. Sin embargo, la eliminación de la Secretaría no fue acompañada por ninguna estrategia alternativa: nos quedamos sin nada.
El financiamiento hipotecario es clave, pero no puede ser el único pilar. En Chile, la combinación de subsidios progresivos y acceso al crédito permitió mejorar el acceso a la vivienda. En México y Colombia, fondos de garantía y microfinanzas facilitaron el acceso a sectores de ingresos bajos y medios. Argentina, en cambio, pasa ahora de un sistema con fallas estructurales a la ausencia total de institucionalidad.
Los 3 alimentos de consumo diario que afectan a los riñones y pocos lo saben
La política habitacional no puede depender exclusivamente del crédito bancario. Es necesario un esquema híbrido que combine herramientas de financiamiento público y privado, que garantice acceso progresivo a soluciones habitacionales según la capacidad de pago de cada sector. La eliminación de la Secretaría de Vivienda, sin una estrategia que la reemplace, es una renuncia explícita a enfrentar un problema estructural con soluciones de largo plazo.
Además, es pertinente destacar que la Argentina ha manifestado su intención de incorporarse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En marzo de 2024, el Consejo de la OCDE adoptó formalmente la hoja de ruta para el proceso de adhesión de Argentina, y en mayo de 2024, el Consejo a nivel ministerial acogió esta iniciativa.
En este sentido, países como Chile, Canadá y Alemania, que forman parte de la OCDE, han logrado reducir el déficit habitacional con modelos híbridos que combinan el financiamiento privado con apoyo estatal bien diseñado.
El Estudio Económico de la OCDE sobre Argentina 2023 ya advertía sobre los desafíos del país en materia de urbanización y acceso a la vivienda. El desmantelamiento de la Secretaría de Vivienda sin una estrategia de reemplazo va en contra de las recomendaciones de la OCDE y puede jugar en contra del proceso de adhesión del país.
El té perfecto para descansar mejor, relajarse y tener dulces sueños
Si la Argentina realmente quiere ingresar a la OCDE, debe demostrar capacidad de planificación y alinearse con estándares internacionales, donde la vivienda es vista como una política de Estado. El derecho a la vivienda no puede quedar a la deriva en un país que pretende alinearse con estándares internacionales de desarrollo.
Durante años, el país osciló entre modelos de intervención estatal fuerte y períodos de desregulación extrema. No se trata de defender una burocracia, sino de buscar que se presente un esquema alternativo.
La eliminación de la Secretaría no es una solución, es una renuncia a abordar un problema estructural. Sin una política de vivienda, la única opción para millones de argentinos será la informalidad, el hacinamiento o la imposibilidad de acceder a una casa propia. El derecho a la vivienda no puede quedar a la deriva.
(*) El autor fue secretario de Vivienda de la Nación durante el gobierno de Mauricio Macri