José Lorenzo, su abuelo, fue futbolista y boxeador amateur y registró un récord de 18 victorias y una sola derrota sobre los cuadriláteros de la Patagonia. Martín Rodrigo, su papá, ascendió a la B Nacional con la CAI y es uno de los máximos ídolos de Huracán de Comodoro Rivadavia. Pero dicen que es Ian, el más pequeño de la dinastía, quien llevará más alto el apellido de la familia. Tercera generación de deportistas, el delantero de 18 años es una de las principales figuras de la Argentina de Diego Placente que este viernes enfrentará a Uruguay por la segunda fecha del hexagonal final del Sudamericano Sub 20. En la mira del Villarreal de España y con cláusula de rescisión de 30 millones de euros fijada por River, Ian Martín Subiabre eligió jugar con la camiseta albiceleste a pesar de sus raíces chilenas y es uno de los puntos más altos de la selección, con dos goles y una asistencia.

Los Subiabre son palabra mayor para el deporte chubutense. José Lorenzo fue el primero en dejar su marca. El abuelo de Ian nació en Santiago, pero a los 4 años se instaló junto a su abuela y su tío en Comodoro Rivadavia. El fútbol y el boxeo fueron sus dos grandes pasiones. “Jugaba y boxeaba al mismo tiempo”, le cuenta Nencho a LA NACION. “Era peso wélter y me iba muy bien. Es más, el día que perdí mi primera pelea dije: ‘ya está, no peleo más’. Y seguí jugando al fútbol en la liga de Comodoro, primero de 9 y después de 6″, relata, y deja un consejo para el pequeño Ian, a quien sigue por TV. “Que se cuide mucho el físico, porque las condiciones las tiene. Es un gran jugador, y si mantiene una vida ordenada como hasta ahora no tengo dudas de que llegará muy lejos”.

Ian Subiabre junto a su abuelo José Lorenzo, que fue en simultáneo futbolista y boxeador amateur en los cuadriláteros de la Patagonia.

Martín es el más famoso de los tres, ya que jugó durante más de una década en la B Nacional, el Torneo Argentino y la liga local. Pasó por la CAI, Huracán de Comodoro, Brown y Deportivo Madryn, Racing de Trelew, Florentino Ameghino, Laprida del Oeste, Olimpia Juniors y Argentinos Diadema, todos de la provincia de Chubut. Fue compañero de Pablo Barrientos (exSan Lorenzo y Estudiantes de La Plata) en inferiores de la CAI y en 2001 estuvo muy cerca de jugar en River. “Hice una prueba con la Quinta y quedé, pero mi club pidió mucha plata y tuve que volver a Comodoro. El técnico de River era Ángel Mamberto. Fue una linda experiencia, pero no se pudo dar”, recuerda el Chile Subiabre desde Venezuela, donde acompaña a Ian desde el comienzo del certamen.

“La verdad es que el presente de Ian me llena de orgullo. Terminó el 2024 siendo dos veces campeón con la Reserva (Copa Proyección y Torneo de Campeones) y arrancó el 2025 siendo protagonista en el Sudamericano y con goles importantes. Lo único que le digo yo es que siga trabajando duro, porque lo mejor está por venir”, agrega el papá.

Además de Juan Lorenzo y Martín, el abuelo materno de Ian, Roberto Vivar, y el tío del juvenil, Rubén Vivar, también se dedicaron al fútbol y dejaron su huella en la liga comoderense. Pero fue Ian quien perforó las fronteras del pago chico para convertirse en una de las joyas más preciadas de la cantera riverplatense.

Ian Subiabre en su primer día en River, en un amistoso con Ferro

Quien primero descubrió su talento fue Claudio Junior Fernández, que acumula 14 años al frente de la filial del Millonario en Comodoro Rivadavia. “Mi sueño era llevar a un chico de Comodoro y que hiciera carrera en el club. No podía quedar mal, entonces recorrí una por una las escuelitas de la zona en busca del mejor proyecto”, cuenta Fernández. Ian tenía cinco años y ya era conocido por todos. Jugaba en el club El Globito y marcaba una enorme diferencia con los jugadores de su edad.

Les dije a los padres que a los ocho lo llevaba a River”, recuerda Claudio. Ian metió dos goles en un amistoso contra Ferro y le ofrecieron sumarse a las infantiles del club. Sus padres no tenían los recursos para hospedarse en Buenos Aires, pero entre la familia y el club llegaron a un acuerdo para que Ian viajara cada tres meses, hasta tanto se resolviera la cuestión. Con la ayuda de Fernández, quien costeaba los pasajes (primero en micro, 24 horas, y luego en avión) y el hospedaje para Ian, Martín y su mamá Martha, Ian siguió yendo al club y demostrando en un puñado de prácticas y partidos con la banda que no había obstáculo que detuviera sus deseos.

El pequeño Ian junto a su descubridor, Claudio Fernández, con el que comparte su amor por River

A los 11, también por iniciativa de Fernández, Ian viajó a Europa a probar suerte en Levante y Villarreal, equipo que aún hoy continúa interesado en sus servicios. Dejó muy buenas sensaciones, pero entre la pandemia y la cantidad de trámites necesarios para que el chico pudiera quedarse en España (sus padres, por ejemplo, estaban obligados a contraer matrimonio), Ian regresó a la Argentina en busca de nuevos desafíos. River lo quería, pero no le ofrecía pensión ni dinero para trasladarse, por lo que terminó jugando para la CAI.

El destino quiso que, poco tiempo después, el club chubutense del que surgieron Sergio Romero, Andrés Silvera, Sixto Peralta, Leonardo Gil y Tomás Conechny, entre muchos otros futbolistas, viajara a Buenos Aires a disputar un amistoso en el predio de la AFA. Pablo Aimar era el DT de la Sub 15 y quedó encantado con el rendimiento del chubutense que mostró potencia, movilidad y mucha capacidad goleadora. River volvió a mostrar interés y en 2020 se lo llevó definitivamente para Buenos Aires.

Subiabre llegó a disputar dos amistosos con la selección chilena (ante Colombia y Santiago Wanderers), pero decidió representar a la Argentina tras el primer llamado de Aimar. Jugó el Sudamericano y el Mundial Sub 17 y con 18 años, siendo uno de los más chiquitos de la lista (sólo lo supera Franco Mastantuono, ocho meses menor) fue convocado por Placente para el Sudamericano Sub 20 de Venezuela. “Sé lo que luchó y me pone muy contento que esté disfrutando este momento. Hizo un sacrificio muy grande y se merece todo lo bueno que le está pasando”, dice Fernández, quien viajó al Mundial Sub 17 de Indonesia invitado por el futbolista.

Con goles de Ruberto y Subiabre, la Argentina, aún invicta en el torneo -comparte esa condición con Colombia-, superó a la Roja en la primera fecha del hexagonal y este viernes ante Uruguay intentará quedar a un paso del Mundial de 2025. Los primeros cuatro equipos asegurarán el boleto directo, aunque podría liberarse una quinta plaza en caso de que Chile, organizador de la Copa del Mundo, ocupe uno de esos cuatro casilleros.

Con la 21 en la espalda y toda una ciudad detrás, Ian va otra una nueva actuación consagratoria que deje bien en alto el orgullo de la familia.

Ian Subiabre celebra su gol ante Chile, justamente