No tenía gol, Huracán. Tampoco exageraba con sus actuaciones futboleras. Con lo justo y necesario, peleaba el torneo, con algunos argumentos sólidos (solidez, prestancia) y unas cuantas deficiencias ajenas, en equipos que perdieron el colmillo afilado en las últimas jornadas. Hasta este súper martes. La noche en la que el Globo se convenció de que puede pelear el campeonato a lo grande.

Un doble 0 a 0, con Gimnasia y frente a Central Córdoba. Un 1-2 con el mismo club santiagueño, que marcó su adiós de la Copa Argentina. Un 1-0 a Unión, sin merecerlo, en los últimos capítulos. Huracán venía a los tumbos, pero jamás había bajado la guardia. Hasta que se presentó en sociedad en el Parque Independencia. Creó un festín del contraataque, le clavó cuatro puñales a un Newell’s herido (desde hace un largo tiempo, años, tal vez) y está en carrera ganadora.

Eric Ramírez, rumbo al gol

Se impuso por 4 a 2 y con 39 puntos, alcanzó a Vélez, que este jueves se cita con Tigre, a las 21.15, en Liniers. No hay que inflar al Globo, no hace falta: está más vivo que nunca, en el aire, convencido que tiene material para convertir el sueño en realidad.

Tantas veces cuestionado, el grupo liderado por Frank Kudelka dio una muestra de carácter, justo cuando muy pocos lo imaginaban. Solo los íntimos, los más optimistas. Lo hizo en una cancha difícil, con una lluvia de goles colosal. “No estaba fresco el equipo, estaba ansioso. No se puede jugar al compás de la ansiedad, cuando existe tranquilidad está bueno, y cuando existe ansiedad hay que manejarlo. No hay que echarle la culpa a nadie”, contaba Kudelka, días atrás.

Sostenía antes de la goleada en Rosario: “A veces parece que fuera una desgracia donde estamos. Entre todos generamos una ilusión y ahora parece que no es tal. Yo prefiero mirarlo desde otro lado. A cualquiera de nosotros si nos hubieran preguntado en marzo: ‘¿che, firmás pelear el campeonato y estar segundo?’. No hay uno que no hubiera firmado y hoy parece una desgracia eso”. Y ahora mismo, está primero…

“Estamos en carrera. ¿Faltan seis partidos? Es mucho…”, amplificó anoche el DT. Los goles fueron de todos los colores. Cabral levantó la cabeza en el ángulo izquierdo, largos metros alejado del área. Invitó al cabezazo a Eric Ramírez, que no cabeceó (lo intentó, al menos) y la pelota picó y sorprendió a Macagno. Con el contragolpe servido en bandeja, un taco de Walter Mazzantti (el número 10 volvió con todo) habilitó a Ramírez, que definió cruzado.

Por un córner, Newell’s creyó que era posible. Fueron dos cabezazos en el área: primero, Velázquez, luego Juanchón García, que estableció el descuento. Mazzantti selló el tercero con clase registrada y cinco minutos después, Huracán resolvió la goleada con un grito de Rodrigo Echeverría y la complicidad de Macagno. Con una curiosidad: el tanto fue convertido a la salida de un córner a favor de Newell’s.

Quebrado el espectáculo, con ira de los hinchas (pudo haberse suspendido más de una vez), Huracán se sintió cómodo más que nunca. De visitante, sin presiones, con el libreto del contraataque, tomó nota que puede ser su año. Y no le importó el descuento del uruguayo Juan Ramírez, con una arremetida con alma y vida.