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Los gastos hormiga son muy recurrentes y aunque parecen inofensivos e irrelevantes por su bajo monto, pueden tener un gran impacto en las finanzas personales cuando se acumulan a lo largo del tiempo, especialmente porque no suelen planearse sino que se hacen por impulso.

En México como en muchas partes del mundo, estos gastos son más comunes de lo que imaginamos y muchas veces pasan desapercibidos, afectando directamente la metas financieras incluída la capacidad de ahorrar.

Algunos ejemplos comunes de este tipo de gastos incluyen el café diario que compramos en el camino al trabajo ó por la tarde, la compra compulsiva de botanas, refrescos, agua embotellada y cigarros, el pago de propinas, o la suscripción a servicios de streaming y aplicaciones en la computadora y teléfono que casi no se emplean. Aunque cada uno de estos gastos parece irrelevante, al sumarlos pueden representar una fuga considerable de dinero.

Supongamos que todos los días se compra un café en una cafetería de renombre.

Un café grande cuesta alrededor de 70 pesos. Si se adquiere uno de lunes a viernes, al final de la semana se habrá gastado 350 pesos solo en café, sin considerar que a menudo se acompaña de algún tipo de alimento. Al mes, el gasto es de 1,400 pesos y en un año la cifra fácilmente puede ascender a 16,800 pesos.

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El gasto diario en café parece insignificativo; sin embargo, es evidente que se podría destinar para alcanzar alguna meta financiera más relevante como ahorrar en el mediano y largo plazo, o crear un fondo de emergencia.

¿Cómo reducir los gastos hormiga sin hacer grandes sacrificios?

Reducir los gastos hormiga no significa eliminarlos completamente, sino ser más consciente y estratégico en cómo los consumimos. El primer paso es identificar cuánto estamos gastando en ellos. De acuerdo con Peter Drucker, uno de los grandes referentes en el campo de la administración empresarial, “lo que no semide, no se controla”. De allí que sea crucial cuantificar, monitorear y controlar todos los gastos, especialmente lo gastos hormiga. Sin una medición adecuada, las fugas de dinero pasan desapercibidas, lo que impide tomar decisiones informadas y optimizar los recursos financieros.

Por ello, es recomendable registrar cada gasto que se efectúe, ya sea de forma manual en una libreta, o a través de archivos en Excel, o en tiempo real mediante el uso de aplicaciones móviles. Algunas aplicaciones incluso permiten clasificar los gastos y enviar mensajes de alarma cuando se está por alcanzar cierto monto.

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Una vez determinado el consumo mensual en compras hormiga, se puede decidir su tope máximo y establecer una serie de medidas para no sobrepasarlo.

Otra recomendación para reducir estos gastos sin sentir que se sacrifica el estilo de vida consiste en planear con anticipación, por ejemplo, llevando café preparado en casa, un termo con agua o botanas saludables como fruta, yogurt o frutos secos desde casa en lugar de comprarlos en la calle, lo que puede generar un ahorro considerable a largo plazo.

También es útil hacer una revisión y depuración periódica de las suscripciones a servicios digitales, plataformas de streaming, aplicaciones o servicios que no se utilicen frecuentemente. Netflix, Spotify, Amazon Prime, entre otras, pueden parecer baratas por separado, pero si no se usan de forma regular, pueden convertirse en un gasto innecesario. Adicionalmente, vale la pena explorar la opción de membresías familiares en lugar de suscripciones individuales. Lo mismo aplica para las comisiones en productos financieros similares como tarjetas de débito y crédito o duplicidad en seguros médicos o seguros de vida.

Hay que organizar un presupuesto para superar la cuesta de enero efectivamente - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Finalmente es aconsejable establecer un presupuesto para las compras ocasionales y cumplirlo con disciplina para reducir el gasto impulsivo sin sacrificar la calidad de vida. Antes de comprar, habría que preguntarse si realmente necesitamos o únicamente deseamos adquirir un bien o servicio y qué pasaría si no lo adquirimos. Estos pequeños ajustes en los hábitos pueden hacer la diferencia en la administración de las finanzas personales cotidianas.

Aprender a identificar y controlar los gastos hormiga no implica hacer sacrificios drásticos, sino ser más consciente de cómo el dinero se esfuma en compras pequeñas e irrelevantes. Con pequeñas modificaciones en los hábitos de consumo y utilizando herramientas tecnológicas para llevar un mejor control, es posible ahorrar cantidades significativas a lo largo del tiempo en pro de metas financieras más relevantes.

* MBA Graciela Guadalupe del Carmen Díaz Argomedo Académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana