Gastón Edul es uno de los periodistas deportivos más populares de su generación. Su cobertura en el Mundial de Qatar y de la última Copa América lo posicionaron como el “favorito” a la hora de seguir a la Selección o conseguir la palabra de los jugadores argentinos. De hecho, sus entrevistas con Lionel Messi han sido testigo de perlitas inolvidables como fue el “¿Qué miras, bobo? Andá pa’ allá, bobo” que el capitán de la Scaloneta le lanzó a uno de los holandeses tras terminar el álgido partido que colocó a la celeste y blanca en semifinales, en 2022.

Sin embargo, el año pasado su nombre traspasó la barrera del mundo del fútbol y llegó a otro tipo de público gracias a su participación en Bake Off Famosos, el reality de pastelería que le permitió mostrarse tal cual es. “Bake Off me consolidó y me ayudó a soltarme (…). Fue una de las mejores decisiones de mi vida”, le confiesa a LA NACIÓN muy contento por lo que el programa significó en su carrera.

EXPORT EDUL

-A dos años de la Copa del Mundo, ¿quién iba a decir que te ibas a convertir en lo que te convertiste?

-Sí, totalmente. La verdad es que hace poco me preguntaban qué año prefiero en mi vida: si 2024 o 2022 y los pongo a la misma altura. Pero lo que pasó en 2022 lo tengo en lo máximo porque fue un punto de inflexión en mi vida. Igual, más allá de lo laboral, lo pongo en lo máximo por los recuerdos que tengo. Hace poco veía los videos que grabé con mi viejo allá y cuando pasa algo así, la verdad es que el laburo hasta queda en segundo plano. Lo viví con él y con mi hermano y para mí eso lo hace insuperable.

-En 2024 te metiste en otro mundo: pasaste de ser periodista deportivo a convertirte en el sex symbol de Argentina…

-Eso fue un poco exagerado, como son los argentinos (risas). Pero bueno, agarré proyectos en los que sabía que podía pasar y no vale agarrar solamente lo bueno y después hacerse distraído con lo que hace ruido. Si yo iba a Bake Off Famosos, obviamente sabía que el producto ahí sos vos y los perfiles se explotan, entonces también afronto eso y me divierte.

-¿Cómo fue ese llamado de Bake Off?

-Yo estaba en el Hard Rock Stadium de Miami en plena Copa América. Era un entrenamiento de la Selección Argentina. Cuando me llamaron, me hizo ruido al principio porque viste que el periodista tiene ese tabú de querer mantener cierta formalidad y prestigio para no perder veracidad. Pero esto me dio buena vibra, fue como una corazonada. De hecho, lo llamé a mi hermano Esteban (con quien consulto todo lo laboral) y le dije: “Siento que tengo que hacerlo”. La gente más joven o de mi generación cambió la manera de comunicar. Hoy el periodista no tiene que ser más serio e inescrutable, sino al revés. Para mí, cuando la gente te siente más cerca, te ve más terrenal empatiza más porque te ve más transparente. Y el programa fue eso, mostró como somos.

Gastón Edul en Bake Off Famosos

-¿Cuánto sabías de pastelería?

-Nada, no sabía ni hacer un flan. Yo prefería MasterChef porque salado cocino: sé hacer asados, pastas, algo a la cacerola. Lo salado lo dibujás, la repostería no; es química. Pero para mí el programa iba a ser excelente. Primero, porque estaba en un canal de prestigio y después cuando me dijeron quienes iban a estar, me intrigó.

-¿Quiénes estaban cerrados en ese momento?

-Estaban Damián De Santo, Cande Molfese, Callejero Fino y Nacho Elizalde, y ahí dije: “Sí, voy”.

-¿Cómo fue el proceso para vos? ¿Tuviste clases previas con algún pastelero?

-Yo viajo mucho por laburo. Después de la Copa América, me fui a Los Juegos Olímpicos y era el momento de practicar. Yo ya había dado el sí y me decían: “Pero Gastón, ¿vos vas a llegar un lunes y el miércoles vas a grabar?” “Sí, no pasa nada”, respondía yo, pero por dentro decía: “Si me lo están diciendo así es por algo”. Bueno, llegué un lunes a la mañana y al mediodía ya estaba tomando clases de repostería. Cuando terminé de grabar el primer programa (eran jornadas de 12 horas), estaba volviendo en el auto a Boedo, donde vivo, y pensaba: “¿Dónde carajo me acabo de meter?”. Pero fue una de las mejores decisiones de mi vida.

-¿Sentís que te cambió para siempre?

-Sí. Por suerte mi laburo fue siempre en escala ascendente y de manera escalonada. Primero, cubría Defensa y Justicia, Arsenal y Chacarita. Después pasé a Independiente, otro día a la Selección y después llegó el Mundial. Bake Off fue mucho más fuerte y me consolidó, pero no sentí que me haya cambiado solamente desde ese lugar sino que me ayudó a soltarme. Mis amigos me reconocían como yo soy en un asado, y eso me puso contento.

Gastón Edul dijo que algunos jugadores de la Selección argentina veían el programa por él

-¿Cuál es el mejor postre para una cita?

-Una vez hice volcán de chocolate. No fue de los mejores volcanes que la chica probó en su vida pero bastante bien. Yo creo que valoró el esfuerzo más que el sabor, y que es un poco lo que le pasaba al jurado (risas).

-Más allá de que todos conocemos un poco tu historia, pudimos conocer más a tu hermano, trajiste una torta muy particular, hablaste de la importancia que tiene tu mamá en la vida de ustedes…

-Sí, a mí siempre me gustó reivindicar a mi mamá, a Esteban y a Guido. Esteban es muy familiero, pero es más reservado y tímido. El tiene 40 y yo 28. Quizá es una diferencia un poco inusual para hermanos, pero bueno, se dio así y lo conté. Lo que pasaba es que mi vieja no podía tener más hijos. Buscó un tiempo y se rindió. Después empezó a hacer tratamientos y no llegaba y después le cayeron dos pibes juntos (risas). Entonces, me pareció un buen momento para contarlo. De hecho, ella no se lo contó a nadie y yo no sabía cómo lo iba a tomar. Cuando lo vio me llamó emocionada.

Esteban y Gastón Edul, los hermanos comparten la profesión

-¿Cómo es la vida de dos hermanos mellizos?

-Guido tendría que haber estado en Bake Off; no sabés cómo cocina. Es un genio. No tanto en repostería, sino más gourmet. Con Esteban siempre decimos que es escandalosamente el más capaz e inteligente de la familia. Habla cuatro idiomas, es muy culto, tiene mucha cultura general. En el colegio, yo estudiaba mucho y me sacaba un seis o un siete y él no estudiaba un carajo, se ponía a estudiar dos o tres horas antes y se sacaba un nueve. Es más tímido, nunca le interesó demasiado el fútbol. Yo siempre digo que él es mi refugio porque nunca le interesó nada de lo que yo hago. Es compañía tocando el piano, la guitarra, cocinando algo, hablando de otra cosa.

-Dicen que los mellizos tienen una conexión especial. ¿Sentís eso?

-Sí, sin dudas. Están sincronizadas nuestras emociones pero de otra manera. Por ejemplo, yo puedo ser el más feliz del mundo por algo que me pasó, por algo que conseguí, pero si Guido está atravesando un mal momento, no puedo disfrutarlo. Nuestra alegría es cuando estamos los dos bien. Lo llevé a los Juegos Olímpicos y fue el mejor viaje laboral de mi vida; laboralmente no había sido tan importante pero me di cuenta que era porque estaba él.

-¿Y tu papá? Contame de él…

-Mi viejo nació en Siria y es el típico turco. Para él trabajar es el comercio. Por eso, siempre digo que el que rompió la barrera fue Esteban porque ¿cómo convencés a alguien así de que estudiar periodismo es trabajar? Era muy difícil. De hecho, la frase de mi viejo era: “Listo, querés estudiar periodismo, estudiá pero ¿de qué vas a trabajar?”, como diciendo que eso era un pasatiempo. Y Esteban fue el que le demostró a él que se podía; rompió la barrera. Mi viejo es muy buena persona, chapado a la antigua, con las cosas buenas y malas que tiene eso. Y muy futbolero.

– ¿Quién es más duro con las devoluciones, mamá o papá?

-Mi viejo. El me dice qué le gustó y qué no. Mi mamá es un poco más comprensiva.

-¿Cómo vivió la familia la parte amorosa del reality?

-Al principio, se reían, se lo tomaban a gracia. Mi vieja nunca me preguntó nada. Me conoció una única novia que tuve, Sol. Estuvimos siete años, de los 18 a los 25. Por ahí, en confianza con ella le tiro: “Ma, me estoy viendo con ella. ¿Te gusta, no te gusta?”.

-¿Saliste con Nati Jota?

-Hay que preguntárselo a ella (risas). Yo la conocí antes de Olga, después empezamos a laburar juntos. La química esa siempre la tuvimos hasta fuera del aire. Yo lo que le intento explicar a la gente es que ella es cien por ciento genuina. Yo lo vi en pocas personas en los medios; es decir, todo lo que piensa lo dice y no diferencia el aire de lo que no es aire y eso hace que la siga tanta gente. Ella no caretea nada.

Gastón Edul y Nati Jota coquetearon en el streaming generando rumores de noviazgo

-¿Pero por qué no reconocer si salieron?

-A mí me da vergüenza, no me gusta. Sé que a la gente le divierte y eso para mí es lo más importante.

-¿Y volverías a trabajar con ella?

-Sí, de hecho sigo esporádicamente en el programa y el programa que hacen es buenísimo.

-Bueno, ¿y con Cande Molfese?

A Cande la conocí después y nos llevamos bárbaro. Me parece una divina total. Cuando ganó, la felicité al instante. Ella lo estaba viendo con la familia, entonces le escribí al toque. Yo no tenía dudas de que iba a ganar porque para mí fue la que más mejoró de principio a fin. Aparte tenía un empuje. Ella y Vero (Lozano), también. Estábamos de 8 de la mañana a 8 de la noche cocinando y cuando volvían a su casa tenían ganas de seguir. Me mandaban una receta por el grupo y yo les decía “váyanse a dormir”. Yo no podía más (risas).

Gastón Edul junto Ángela Leiva, Camila Homs y Cande Molfese

-Hoy estás solo, pero ¿te gusta la vida en pareja?

-Sí, me gustó la vida en pareja cuando la tuve. Quiero volver a tenerla pero no siento que sea el momento ahora. Lo pienso y me da un poco de claustrofobia. No estoy preparado. Aparte tampoco soy tan grande, y así como disfruto el momento laboral, disfruto de mi vida. Ahora me voy de vacaciones con mis amigos, por ejemplo.

-Cuando surge el llamado para hacer Bake Off, se dijo que el canal donde vos trabajabas se enojó mucho porque no quería que te desenfoques. ¿Esto fue verdad?

-No, fue totalmente falso. De hecho, yo me reía y hablaba con los gerentes de TyC Sports porque fue al revés; ellos fueron los que me dejaron hacerlo. TyC Sports es el medio al que más agradecido estoy en mi vida porque fue donde yo arranqué. Son muy permisivos conmigo y por eso también se da el crecimiento. Es mi lugar, hoy lo siento como mi casa. No tengo más que palabras de agradecimiento.

-¿Qué significa ser “el hombre de la Selección Argentina”? ¿Sos amigo también fuera del campo con los jugadores?

-No me considero amigo pero sí hay mucho respeto profesional. Obviamente que hay algunos con los que tengo más confianza que otros. Después de tanto viaje, tanto entrenamiento, tantos momentos, hablás. Antes de Qatar yo había compartido ocho viajes con ellos; no es que caí con un paracaídas. Una cobertura lleva tener buenas fuentes, tener credibilidad, tener constancia. Y eso lo hacés con laburo y con años de que te conozcan. A Nahuel Molina yo le hacía notas cuando era el 4 de Defensa y Justicia; ya después nos miramos de otra manera. Pasa lo mismo con Guido Rodríguez, con Lisandro Martínez, con Alexis Mac Allister que le hacía nota cuando estaba en la B con Argentinos… Entonces, al final es crecer de la mano.

Gastón Edul cumpliendo su sueño de entrevistar a Messi

-¿Alguno te cargó por tu etapa en Bake Off?

Sin decir nombres sí, algunos me cargaron. “Che, bien ese cheesecake” o “Sos un desastre”, “Estás más para hacer eso que para dar una formación” fueron algunas de las cosas que me dijeron (risas).

-¿Hay pica entre los periodistas deportivos? Dicen que ustedes son mucho más complicados que los del mundo del espectáculo

-Yo creo que somos una raza muy particular. Creo que podemos ser más competitivos, pero tenemos un límite más bajo.

Gastón Edul, sobre la reacción de los jugadores de la Selección al verlo en Bake Off Famosos:

-Pero, por ejemplo, Enzo se separa de su mujer y lo sabés…

-Sí, me enteré pero tampoco me pongo a averiguar. No es un tema que a mí me interese, ni siquiera me interesa preguntarlo ni nada.

¿Cómo viene este 2025?

-Con una sensación sólida de que va a ser muy lindo. Tenemos el Mundial de clubes que juegan Boca y River a mitad de año, hay un montón de partidos de la Selección, quiero cubrir la final de la Champions, voy a seguir los streams con Davo y seguiremos creciendo con Olga con oportunidades nuevas. Hasta el 2026, que va a ser el Mundial y todo va a girar en torno a eso. Por lo pronto ahora me voy de vacaciones a Brasil con mis ocho amigos de toda la vida. Los conozco desde que tenemos cuatro años. Hicimos jardín de infantes, primaria y secundaria juntos. Ellos son un refugio para mí. Creo que el único lugar donde verdaderamente soy yo mismo es en los asados con ellos porque ahí no importa el laburo de nadie, no interesa.

-¿Te gusta el mundo del stream?

-Sí, me encanta. Los consumo mucho a los streamers. Ya entré en ese mundo y creo que en este medio hay que abarcar un poco de todo.

-¿Con qué nota soñás?

-Podría nombrarte jugadores como Vinicius Jr, pero sueño con dos notas puntuales. Una que ya la hice muchas veces pero siempre quiero hacerla una vez más, siempre quiero saber cómo está o qué piensa Leo Messi; para mí, es la persona más importante del mundo, siempre todo lo que dice a los argentinos nos pone contentos y es noticia.

Edul enmarcó el recordado momento en donde Messi encara a un jugador Holandes en cuartos de final

-¿Te genera nervios cuando lo ves?

-No. Obviamente, las primeras veces uno está ansioso, nervioso por lo que significa él pero es tan humilde y tan tranquilo que te hace sentir tranquilo a vos. Entonces al final no es una nota difícil.

-¿Leo fue el hombre con el que dijiste: “Con esta nota llegué, soy reconocido, mi trabajo acaba de cambiar”?

-Indudablemente mi trabajo cambió con las notas de Messi en Qatar, pero yo había sentido dos veces la sensación de “llegué” antes. La primera fue cuando me dijeron que iba a cubrir Independiente; para mí era una barbaridad. En ese momento yo tenía 20, 21 años. Y la segunda vez que lo sentí fue cuando entrevisté a Messi en la Copa América 2021, porque era el lugar que ocupaba mi hermano y mi hermano se había ido de ESPN, y de pronto estaba yo ahí con 25 años. Yo había vivido pocas veces eso de agarrar el celular y tener 800 mensajes. Después lo empecé a vivir mucho más seguido.