PRAIA BRAVA (Enviado especial).- Candela Meneado, Juana Barboni y Carolina Bortot avanzaban a paso lento sobre la arena blanca y fina de Praia Brava. Entre risas y charlas, estas tres amigas de Tigre se detenían a contemplar las olas que chocaban con fuerza contra la orilla. Con 22 y 23 años, habían llegado a este rincón paradisíaco del norte de la isla de Santa Catarina, en Brasil, una de las playas más elegidas por los argentinos, especialmente por muchos jóvenes y familias de la zona norte de la provincia de Buenos Aires.

Candela Meneado, Juana Barboni y Carolina Bortot, tres amigas de Tigre que eligieron Praia Brava para pasar sus vacaciones

“Hace tiempo se puso de moda entre nuestros amigos venir a Praia Brava. Nos encanta la combinación de tranquilidad y buena onda que hay acá”, comentó Meneado, mientras señalaba las sombrillas que llenan la playa. Desde el departamento que alquilaron en un complejo a pocos metros del mar, todo está cerca. “Acá no hay ‘joda’, es un lugar tranquilo. Podés venir a la playa de noche, ir a algún restaurante que encuentres, pero no mucho más. Si queremos salir de noche tenemos que ir a Canasvieiras o Jureré. De hecho, la semana que viene vamos a ir a ver a Hernán Cattáneo [DJ argentino] en P12, un lugar de fiestas en Jureré”, describió.

Es uno de los destinos más elegidos por grupos de amigos

Al estar encerrada entre dos grandes morros que desbordan de vegetación, Praia Brava genera una sensación, según dicen sus visitantes más fieles, de “comunidad aislada” del resto de la isla, donde no llega el bullicio y, de acuerdo a Daniela Cervantes, otra turista argentina, tampoco la gastroenterocolitis. Durante los primeros días de este mes, en la región hubo un brote de esta enfermedad. “Acá, si no me equivoco, no hubo casos, y mirá que conozco muchas familias que vinieron. Este es como un mundo aparte. Además, si venís todos los años, te vas a dar cuenta de que el 60% del público se repite. Hay mucha gente enamorada de este lugar”, afirmó.

Praia Brava se encuentra entre dos morros y cuenta con una playa de aproximadamente 1,5 kilómetros de largo

La playa se extiende por 1,5 kilómetros de arena que contrasta con el azul profundo del Atlántico. Las olas, perfectas para surfistas y bodyboarders, son el principal atractivo, aunque muchos vienen solo a relajarse. El lugar se encuentra a unos 38 kilómetros del aeropuerto de Florianópolis y las playas más cercanas son Ingleses, Ponta de Canas y Lagoinha do Norte.

Praia Brava, con mucha presencia de turistas argentinos

Uno que vio crecer este lugar es José Baca Castex, quien viene hace 20 años, cuando, como dijo, acá “no había casi nada”. “Siempre fue un lugar espectacular para el surf, pero ahora pasó el tiempo y venimos con nuestras familias. Es un lugar maravilloso”, agregó Baca Castex, que estaba junto a sus amigos Rodrigo Ustariz y Diego Peña y que llegaron desde Tigre y Pilar. Todos ellos se conocen del Colegio Champagnat, donde fueron alumnos y jugadores de rugby del club. Ahora, todos sus hijos, que los acompañan en Praia Brava, siguen los mismos pasos.

José Baca Castex, Diego Peña y Rodrigo Ustariz junto a sus familias; hace años que visitan Praia Brava para las vacaciones de verano

Ellos alquilaron departamentos en unos condominios cercanos a la playa. “Están muy buenos, te instalás y bajás directo a la playa. Nosotros solemos alquilar por inmobiliaria, pero también podés alquilar por internet. Es muy cómodo porque podés cocinar, tenés gimnasio, de todo”, detalló Peña.

Elias Teper y Valeria Mucilli, junto a Sabina Andaloro y Sebastián Induti, viajaron desde Escobar hacia Praia Brava no solo por su belleza, sino también por los precios, algo que, por supuesto, se replica en el resto de Florianópolis.

“Alquilamos un departamento para cinco personas por 200 dólares la noche. En Pinamar nos pedían 500 dólares por algo equivalente”, contó Teper.

Es una playa ideal para hacer surf

El grupo destacó que los precios en Brasil son mucho más razonables que en otros destinos turísticos. “Salimos a cenar y pagamos alrededor de 10.000 pesos por persona. Con lo que se gasta en la Argentina, acá sentís que todo vale la pena”, agregó Mucilli.

“La verdad que este era el año para venir. Averiguamos por la costa y también evaluamos ir al sur de la Argentina, pero por los precios, y también por el tipo de excursiones, preferimos Brasil, teniendo en cuenta que tenemos hijos chicos. Acá hicimos la excursión a la isla de Campeche por 290 reales por persona (US$53) y pasamos todo un día haciendo snorkel y distintas actividades. Ese precio no incluía las comidas”, destacó Andaloro.

En Praia Brava los precios son similares a los que se encuentran en otras playas de Florianópolis

Los precios en Praia Brava son similares al resto de la isla, a diferencia de Canasvieiras, donde es posible encontrar algunos valores más bajos. Una copa de acai, el fruto morado que se sirve helado con frutas, granola u otras combinaciones, cuesta 35 reales (US$5,76), una caipirinha 30 reales (US$4,93) y un agua de coco, 15 (US$2,47).

Praia Brava no cuenta con muchos restaurantes. Si bien hay pequeños lugares, no hay una zona gastronómica que reúna a todos los visitantes. De hecho, en la playa solo hay un parador donde se puede comprar comida o bebidas, además de todos los puestos de los vendedores ambulantes.

Ese lugar se llama Le Barbarone, que está ubicado directamente sobre la arena. Con sillones estratégicamente colocados para disfrutar de la vista al mar, este espacio se ha convertido en el corazón social de la playa. Su menú incluye platos como un ceviche por 98 reales (US$18) o unos fish and chips por 128 reales (US$24), además de una variada oferta de tragos. Durante la tarde, el lugar se llena de gente y a veces hay música en vivo.

“Es una playa espectacular. Yo vine con mi novia y es perfecto para parejas. Pero también si venís con un grupo de amigos, aunque obviamente no es el lugar para salir de noche”, contó Miguel Díaz Gallo, que viajó desde Martínez hasta Praia Brava con Bárbara, su novia.

“El dato que es importante tener en cuenta, tanto si te estás quedando en Praia Brava, pero en especial si estás en otra playa y querés venir a pasar el día, es que tipo 18 o 19, cuando empieza a bajar el sol, la ruta colapsa totalmente. Un amigo que está en Jureré me dijo que tardó una hora y media en llegar, y eso que solo son unos 20 kilómetros. Es mejor salir un rato antes o aguantar y volver de noche”, aclaró Díaz Gallo.