El piloto desanda la 21ª temporada en la Fórmula 1, aunque en la butaca del auto siente los mismos cosquilleos e impulsos de cuando se estrenó en 2001. No sorprende. Fernando Alonso es un animal competitivo y los desafíos empujan al español a experimentar el deseo de mantenerse a los 43 años en la selecta grilla del Gran Circo, un espacio de apenas 20 asientos.

El fin de semana, en el Gran Premio de México, el 20° episodio del calendario, cumplirá 400 carreras en la categoría reina del automovilismo mundial. Nadie en la historia alcanzó semejante cifra y lejos de advertir que es momento de empezar a empacar el mono y el casco, el asturiano se energiza con los retos que se aproximan: con dos años de contratos por delante junto a Aston Martin, el arribo en 2025 del ingeniero Adrian Newey para diseñar los modelos de la escudería de Silverstone para cuando se establezcan los cambios de reglaje de los coches incentivan al ovetense, que se esperanza con nuevos triunfos y pulsear con los jóvenes talentos que lo tienen de referencia.

Fernando Alonso se sumó al proyecto Aston Martin hace dos años y tiene contrato vigente hasta diciembre de 2026; con la escudería de Silverstone logró ocho podios, todos en 2023

“Los títulos y las victorias son lo que más nos importa a los pilotos y, al mismo tiempo, demuestra mi amor por el deporte y la disciplina que tuve para rendir a un nivel tan alto durante más de 20 años. En ese tiempo logré lo que cualquier piloto sueña, ser campeón del mundo. También viví experiencias increíbles corriendo ante los mejores pilotos del mundo en los mejores circuitos. No creo que añada otras 400 carreras a mi total, pero espero tener al menos 40 o 50 más en los próximo años”, comentó Alonso.

El asturiano se consagró monarca en 2005 y 2006, con Renault, cortando el hilo de cinco títulos que celebró Michael Schumacher con Ferrari. El Kaiser, Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Max Verstappen, Kimi Raikkonen, Nico Rosberg… algunos de los rivales que se ciñeron la corona y con los que compuso múltiples batallas en la pista.

El campeón, en andas: Fernando Alonso celebra en 2005 su primera corona de Fórmula 1 con el equipo Renault y rompe con la hegemonía de Michael Schumacher y Ferrari

El presente de Alonso tiene pequeñas similitudes de aquel comienzo en Melbourne. El asturiano exprime las posibilidades de su auto: un trabajo duro, con escaso glamour y sin grandes titulares. En 2001, con Minardi; ahora, con Aston Martin. Es difícil entender que antes y en la actualidad se destaque, porque la posición en entrenamientos, clasificación y carrera no es distinguida. En el inicio, la modestia de un auto inferior impidió posicionarse en la grilla más allá del puesto 17, mientras que su mejor ubicación en el clasificador final resultó el 10° casillero en Austria.

En el actual curso, doce veces alcanzó la Q3 –el segmento de la qualy que ordena a los diez mejores- y la misma cantidad de veces sumó para el campeonato. La tabla lo descubre noveno en el mundial de Pilotos, el mejor –una distancia considerable de 33 unidades lo separan de Nico Hulkenberg (Haas)- después de quienes manejan para los cuatro equipos que se reparten los triunfos en el calendario: Red Bull Racing, McLaren, Ferrari y Mercedes.

Felipe Massa, Lewis Hamilton, Sebastien Vettel, Michael Schumacher, Fernando Alonso y Bruno Senna posan después de la conferencia de prensa en Interlagos, por el Gran Premio de Brasil 2012

Los directores de las escuderías seguían a Alonso en el año del estreno, aunque Flavio Briatore después del debut lo reservó en Benetton para devolverlo a la parrilla en 2003 y festejar los títulos en 2005 y 2006. Con el anuncio de que Hamilton se marcharía a Ferrari en 2025, Toto Wolff, el líder de Mercedes, ensayó averiguaciones sobre la posibilidad de contratar al español, que se desentendió del interés de las Flechas de Plata y extendió en vínculo con Aston Martin.

La fábrica con sede en Silverstone actualizó sus edificios, sumó Dan Fallows -ingeniero jefe de Red Bull Racing- y martilló con Newey. La incorporación del británico –genio de la aerodinámica, diseñador de 12 autos campeones del mundo entre los Constructores- es una caricia del dueño del equipo Lance Stroll para con Alonso, que al igual que Hamilton se desesperaban por tenerlo en el equipo.

Con McLaren, Fernando Alonso desanduvo dos ciclos: en el primero, en 2007, batalló ferozmente con Lewis Hamilton; regresó entre 2015 y 2018, pero sin respuestas ni energías decidió ensayar un parate y se alejó de la Fórmula 1 durante dos calendarios

La eterna juventud de Alonso no tiene secretos. “El increíble Hulk, pero con cabeza”, lo definió su preparador físico, el italiano Edo Bendinelli, en una charla con Mundo Deportivo, de España. El asturiano siempre apuntó a que la edad es un número y cumple con ese mandato con sus desempeños en la pista, que exigen cuidados y disciplina.

Cuando se unió a Aston Martin, después de las múltiples decepciones y las falsas promesas desde Alpine –equipo que lo devolvió a la F.1, de la que se tomó un descanso en 2019 y 2020-, apuró una pretemporada en los Dolomitas italianos, en Selva di Val Gardena. Con días de temperatura bajo cero, todas las mañanas hizo esquí de fondo con 1200 metros de desnivel con subidas de dos horas; por la tarde, gimnasio: ejercicio muscular y de reacción, pero contiguos, con la meta de examinar los reflejos cuando está cansado. Un modo de tener la mente preparada para actuar.

Los estudios de 2021 señalaron que la edad metabólica de Alonso era de 30 años, diez menos. “Si el físico y las ganas siguen así, puede seguir en la F.1 hasta que él quiera”, señaló Bendinelli, que apuntó que entrenar el físico no es un inconveniente para Alonso, que además tiene una mentalidad de hierro: “Tiene garra, energía, astucia… y eso lo tienes o no lo tienes”.

Cinco temporadas corrió Fernando Alonso en Ferrari, sumando tres subcampeonatos

Dos mundiales, las 32 victorias son una marca de la que Alonso no logra avanzar. El Gran Premio de España 2013 resultó la última vez que se trepó a lo más alto del podio. En Montmeló y con Ferrari, para quien condujo durante cinco temporadas (2010-2014). Dos ciclos en McLaren, el primero junto a Hamilton, con el que sostuvo una feroz batalla en la pista y en el garaje; el segundo (2015-2018) resultó tan frustrante que lo empujó a descansar por dos años, tiempo en el que se coronó campeón del Mundial de Resistencia con Toyota, estructura con la que se impuso en dos oportunidades en Las 24 Horas de Le Mans. También las 500 Millas de Indianápolis y el Rally Dakar lo tuvieron activo, combinando la velocidad del mítico óvalo estadounidense y la estrategia, navegación y resistencia de la carrera más exigente del deporte motor.

Ausente por una indisposición en la atención a la prensa el jueves, Alonso no estará en la primera práctica libre en el autódromo Hermanos Rodríguez de Ciudad de México, porque la butaca del auto N°14 la ocupará el brasileño Felipe Drugovich –en McLaren pilotará el mexicano Patricio O’Ward, protagonista del campeonato de IndyCar-, que es el hombre de reserva y quien desanda múltiples horas en el simulador en Silverstone. El asturiano estrenará casco, un modelo en el que se mezclarán imágenes de 2005 y 2006 y que une el inicio de la aventura con el presente. Una corona de laurel bañada en color oro y el N°400, formado por su apellidos, símbolos distintivos de Alonso, el piloto récord que no deja de soñar.