El fallecimiento del exfutbolista y entrenador Pedro Sarmiento Solís en la ciudad de Medellín, este miércoles 30 de octubre, ha dejado al mundo deportivo embargado por la tristeza.
Desde hace varios meses se sabía que atravesaba serios quebrantos de salud, que en varias ocasiones lo mantuvieron recluido en una clínica de Antioquia bajo supervisión médica y sometido a algunos procedimientos para estabilizar su salud.
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Durante varios años vivió con una enfermedad llamada policitemia, que finalmente evolucionó en cáncer de sangre. A principios de este año, expresó que no se sentía bien de salud, por lo que se le realizaron algunos exámenes médicos que mostraron anomalías, y desde entonces comenzó esta lucha tanto personal como familiar.
Sarmiento Solís fue diagnosticado con leucemia mieloide aguda, un cáncer de la médula ósea muy agresivo que afecta el sistema inmunológico y la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, según explicó Daniel Sarmiento, uno de sus hijos, en una entrevista con Semana.
“Es un proceso muy difícil. Es una enfermedad supremamente compleja: leucemia mieloide aguda, un cáncer de la médula ósea muy agresivo. Él lo desarrolló después de haber sido tratado durante años por una enfermedad de la sangre llamada policitemia, que evolucionó en este cáncer. Comenzó a sentirse mal a principios de año, y unos exámenes le salieron alterados, revelando que padecía esta enfermedad. Desde entonces, empezó esta lucha”, relató.
Esta enfermedad se detectó cuando ya no podía realizar sus actividades cotidianas con normalidad. Sarmiento Solís salía a caminar todos los días, pero de un momento a otro comenzó a sentirse agotado, algo que lo sorprendió desagradablemente, ya que fue un hombre dedicado al deporte de alto rendimiento. Al no mejorar, decidió someterse a exámenes de rutina.
A finales de junio, el exfutbolista debió ser internado en una clínica en Llanogrande, pero debido a la complejidad de su estado fue trasladado días después al hospital Pablo Tobón Uribe, en Medellín, donde recibió tratamiento.
En julio, Sarmiento Solís fue sometido a un trasplante de médula ósea, con su hermano Juan Carlos Sarmiento como donante, quien también fue deportista gran parte de su vida. El trasplante parecía haber sido exitoso, según expresó en ese momento su hija Pamela Sarmiento: “Mi papá es más valiente de lo que ustedes jamás se podrán imaginar”.
Daniel, otro de sus hijos, afirmó que su círculo más cercano estaba emocionalmente desgastado, mientras que él, afrontando el proceso con la mejor actitud, se veía más resplandeciente que nunca.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, el tipo de leucemia con el que fue diagnosticado es más común en adultos, y su tratamiento depende de si la leucemia se ha diseminado fuera de la sangre y la médula ósea.
En su momento, sus familiares solicitaron donantes de sangre y plaquetas para realizarle transfusiones que apoyaran su recuperación. Sin embargo, con el tiempo, estos tratamientos no lograron los resultados esperados, y su estado de salud fue deteriorándose hasta que, muy temprano en la mañana de este miércoles, se hizo pública la noticia de su fallecimiento tras varios meses de constante lucha contra la enfermedad