El escándalo que rodea a Christian Horner, jefe del equipo Red Bull Racing, lejos de disiparse, ha tomado un nuevo giro con impacto directo en el ámbito judicial. La empleada que lo acusó de conducta inapropiada decidió recurrir al Tribunal Laboral del Reino Unido, prolongando así una controversia que comenzó en los días previos al inicio de la temporada 2024 de la Fórmula 1 y que, a pesar de las investigaciones internas, nunca terminó de cerrarse por completo.
La noticia, revelada por el medio neerlandés De Telegraaf, confirma que el caso no solo no quedó archivado, sino que se trasladará a la justicia británica, con una audiencia programada para enero de 2026. Aunque Red Bull llevó a cabo dos investigaciones internas—ambas con la conclusión de que Horner no era culpable—las acusaciones continuaron generando tensión dentro y fuera del equipo, hasta desembocar en este nuevo capítulo judicial.
El conflicto salió a la luz en febrero de 2024, cuando Red Bull Racing reconoció públicamente que había contratado a un abogado externo para analizar la denuncia contra Horner, uno de los hombres clave en la era dorada de la escudería austríaca. Horner, al frente del equipo desde 2005, negó desde el principio cualquier acusación de conducta inapropiada.
Finalmente, el 28 de febrero, apenas un día antes del arranque de la temporada de F1, la escudería anunció que la investigación había concluido sin hallarlo responsable de ninguna irregularidad. Sin embargo, el caso tomó un giro inesperado cuando la empleada denunciante fue suspendida poco después por presunta “falta de sinceridad” durante el proceso. A pesar de haber apelado esta decisión, en agosto se ratificó la absolución de Horner.
Sin embargo, la denunciante no quedó conforme con el resultado de las investigaciones internas y decidió llevar el caso a la justicia laboral. Según trascendió, rechazó varias ofertas económicas para cerrar el conflicto en privado, asegurando que su único objetivo es que los hechos se expongan “en su totalidad”.
Silencio mediático en el Reino Unido y filtraciones en la FIA
A pesar del alto perfil del caso, en el Reino Unido los medios de comunicación evitaron cubrir el tema en detalle debido a una orden de restricción de información (Reporting Restriction Order, RRO) solicitada por los abogados de Horner. Desde abril de 2024, distintos medios intentaron sin éxito que la medida fuera revocada.
Sin embargo, el silencio judicial no impidió que se filtrara información sensible. Durante la investigación interna, 79 capturas de pantalla con supuestos mensajes entre Horner y la empleada fueron enviadas de manera anónima a altos directivos de la FIA y de la Fórmula 1, incluidos el presidente Stefano Domenicali. Este episodio reavivó las tensiones dentro de Red Bull y expuso fisuras que, hasta entonces, se mantenían en la sombra.
Más allá de lo estrictamente judicial, el caso Horner dejó secuelas en la estructura de Red Bull Racing. La controversia contribuyó a tensiones internas que ya existían entre Horner y el asesor principal del equipo, Helmut Marko. Además, la relación del jefe de la escudería con Jos Verstappen, padre de Max Verstappen, también se deterioró, generando momentos de fricción visibles dentro del paddock.
El propio Jos Verstappen, ex piloto de Fórmula 1, no ocultó su malestar con la permanencia de Horner. “El equipo corre peligro de desintegrarse. No puede seguir como está”, declaró en su momento al Daily Mail.
Con el correr de la temporada, los problemas internos fueron afectando la dinámica del equipo. La salida del histórico jefe de mecánicos, Lee Stevenson, y la renuncia del prestigioso ingeniero Adrian Newey, quien decidió marcharse a Aston Martin, fueron interpretadas como consecuencias directas de las turbulencias internas en la escudería.
Incluso en el ámbito del público, la figura de Horner sufrió un fuerte desgaste. Durante una gala organizada por la Fórmula 1 en el estadio O2 de Londres, el británico fue abucheado por los fanáticos cuando subió al escenario, un episodio que llevó a la FIA a emitir un comunicado condenando el comportamiento del público.
El factor Verstappen y la incertidumbre de cara al futuro
A pesar de la crisis interna, Max Verstappen logró sobreponerse a los problemas del equipo y se coronó por cuarta vez consecutiva como campeón del mundo. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro de Red Bull persiste.
El neerlandés tiene contrato hasta 2028, pero el clima dentro del equipo y la competitividad del monoplaza serán determinantes en su continuidad. La salida de Newey y las disputas entre los principales dirigentes de la estructura austríaca podrían inclinar la balanza en su decisión a futuro.
Ahora, con el juicio laboral en el horizonte, la continuidad de Horner vuelve a quedar en la mira. El caso no solo amenaza con prolongar la inestabilidad en el equipo, sino que también podría condicionar la preparación de Red Bull para la temporada 2026, año en el que entrarán en vigor nuevas regulaciones para el desarrollo de motores.
Helmut Marko, consciente del impacto que este proceso podría tener en la escudería, expresó su deseo de que el conflicto se resuelva antes de llegar a los tribunales. “La jurisdicción inglesa tiene tiempos de espera muy largos. Espero que antes de esa fecha pueda volver la calma y se pueda llegar a una conciliación o a un acuerdo extrajudicial”, señaló el experimentado dirigente austríaco.
La reapertura del caso golpea nuevamente la estabilidad de Red Bull, justo en la antesala de una nueva temporada. Con la justicia británica tomando cartas en el asunto, el desenlace de la causa podría marcar un antes y un después en la estructura de uno de los equipos más dominantes de la Fórmula 1 en la última década.