Esta obra en Santiago de Chile es un revival de los años 60 congruente en todas sus aristas. De la propiedad original se conservaron algunos volúmenes de ladrillo y sobre ellos tomó forma la nueva propuesta, que hace muchas referencias de la arquitectura estadounidense de la época.
Además, el sofisticado interés de los dueños de casa por el diseño de interiores se revela en muebles con una clara influencia de Mies van der Rohe, Jean Prouvé y Marcel Breuer, entre otros icónicos creadores que le abrieron camino al Movimiento Moderno. El arquitecto Álvaro Ramírez, fanático de aquel momento histórico, aprovechó para desplegar algunos de los conceptos modernistas en estos 350m2 que diagramó junto a su mujer, la arquitecta e interiorista Clarisa Elton.
“El uso de la perfilería metálica es una alternativa constructiva que aparece con frecuencia en nuestros proyectos y que nos permite montar ventanas corredizas de piso a techo para perseguir otra cualidad a la cual le damos suma importancia: el ingreso de luz natural a los interiores”, cuenta el chileno, que es socio de OFarquitectos, un estudio que fundó en 2010 con su colega Francisco Cepeda.
Aprovechando que contaban con clientes dispuestos a hacer honor a su propuesta arquitectónica en cada elección del equipamiento, Ramírez y Elton procuraron que el diseño de muebles a medida también estuviera a la altura de la circunstancia. De aquellos croquis surgió una de las perlitas de la casa: la inmensa biblioteca metálica destinada a exhibir la colección musical de los dueños.
“La casa tiene líneas simples, aberturas de piso a techo y espacios diáfanos, mayormente en planta baja. Es un estilo que trabajamos mucho en el Estudio y que remite a la arquitectura estadounidense de 1950/60, época de las Case Study Houses”
Arq. Álvaro Ramírez, de OFarquitectos
Paréntesis histórico: la iniciativa de las Case Study Houses
Case Study Houses fue un programa de diseño y construcción de prototipos experimentales de vivienda residencial impulsado por la revista estadounidense Arts & Architecture. La firma contrató a muchos arquitectos estrella del momento (Neutra, Saarinen, el matrimonio Eames) para que proyectaran obras de bajo costo, con productos industriales como el vidrio y el acero, que permitieran un montaje rápido y eficiente. El resultado fue un catálogo de alrededor de 30 casas modelo que seguían un lenguaje similar al que habían asentado en la primera mitad del siglo XX arquitectos como Mies van der Rohe, Marcel Breuer, Lilly Reich y Walter Gropius.
El frondoso jardín que enriquece las visuales del living-comedor es resultado del trabajo de la paisajista María Inés Couve.
Fonoteca: música y descanso
Completamente melómano, el dueño le encargó al arquitecto Álvaro Ramírez una biblioteca para su colección de vinilos y CDs; está vinculada al living, pero la resguarda un desnivel.
Cocina y comedor semi-integrados
“Nos pidieron una cocina semintegrada, así que la separamos del comedor con una puerta corrediza de madera que, abierta, aporta luz desde el patio del fondo y, cerrada, suma calidez con su material”.
No solo la dueña de casa es artista (la obra que cuelga en la cocina es suya) sino que, junto con su marido, está vinculada a una fundación cultural que promueve el desarrollo artístico en Chile.
Gracias a una simple estrategia de color, la lámpara verde se destaca al frente a los rojos y rosas del lienzo.
Planta alta exclusiva
“Nos gusta maximizar el ingreso de luz con ventanales y patios internos, lo que nos obliga siempre a desplegar estrategias para cuidar la privacidad. En este caso, aprovechando el ladrillo existente, diseñamos una ‘celosía’ para filtrar las vistas en un tramo que las copas de los árboles no llegaba a cubrir”.
El piso de arriba es de uso exclusivo del matrimonio. Allí tiene dormitorio, baño y una sala de estar sectorizados con divisiones livianas y transparentes: una biblioteca sin fondo, un varillado de madera, vidrio.
Con algunos ajustes de materialidad, cambia la calidez y el lenguaje de la planta alta: el piso pasa del mármol a la madera, se suma un cielo raso de pino y aparece la textura del ladrillo en las paredes interiores.
Desde la sala de TV se ve el patio, y desde el espejo del baño que cuelga por delante se refleja la sala de TV.
¡También con terraza!
El cielo raso de pino se traslada al balcón-terraza en forma de parasol. También cubre el piso, dejando un espacio entre las tablas para que la luz llegue a la galería en planta baja.
“Algunas partes de la fachada mantienen las paredes originales y fueron revestidas en ladrillo nuevo, porque no pudimos encontrar el que circulaba en el mercado de 1960 para los sectores que levantamos de cero”.