“Al terreno lo tuvimos en vista durante ocho años. Imaginate las miles de imágenes que surgieron en ese tiempo, las posibilidades que descartábamos y volvíamos a revisar”, nos dijeron Silvana Parentella y Joaquín Sánchez Gómez, al frente del estudio P/SG Arquitectes, cuando los visitamos en esta, su casa.
“Fue la tercera mudanza de la familia, y llegó con muchos requisitos personales y profesionales que íbamos anotando (y editando) en una larga lista escrita en Word. Por empezar, la casa debía tener un espacio de trabajo cerca de la calle, con un toilette y una cocina para asistirlo; un living-comedor vinculado al jardín; un ‘departamento’ independiente para nuestras hijas, otro para nosotros, y un playroom que hiciera de fuelle común”.
Mientras Silvana se enfoca en el diseño y construcción de viviendas unifamiliares, Joaquín se dedica a los edificios de gran escala y también lleva proyectos del estudio familiar MSGSSV Arquitectos, al cual estuvo asociado hasta 2020. Hoy en día, el estudio que fundaron busca integrar paisaje y arquitectura y “construir con materiales locales trabajados en crudo para evitar la falta de repuestos y los sobreprecios sin sentido”.
Brutalismo doméstico
“Nuestra arquitectura nace brutalista y se pone sutil y amorosa con los detalles. La casa es sólida, maciza; es el juego con secciones de hormigón angostas y vegetación blanda lo que la vuelven más delicada”, dicen Silvana y Joaquín, sobre la tradición constructiva de hacer casas con hormigón, dejarlo expuesto con las marcas de su particular encofrado y continuar el concepto llevando la vista más a esas texturas, volúmenes y ritmos que a la decoración.
Trabajamos con ‘honestidad material’, un concepto propio que apunta a incorporar los materiales en su versión más cruda posible y a disponerlos en formas que inviten a contemplar el paisaje.
Silvana Parentella y Joaquín Sánchez Gómez, fundadores de P/SG Arquitectes y dueños de casa
Las ventanas se suporponen para que la galería lateral se integre al living y el ambiente tome todo el ancho del terreno. “Para tener más verde y más cielo, evitamos el semicubierto clásico que le roba metros al jardín”.
“La moda necesariamente cansa, pero puede renovarse, mientras que la arquitectura queda fija. Por eso, trasladamos nuestra apuesta por materiales neutros a la decoración. Nuestra profesión nos expone a tantas novedades que nos saturarnos de las tendencias”, dicen los arquitectos.
“Aprovechamos la profundidad del terreno para hacer un doble vallado durante la obra, de tal manera de bloquear el jardín y protegerlo de la circulación de gente y del acopio de materiales. Cuesta mucho, si no, recuperar las condiciones del terreno”.
Cocina abierta
Cuando las puertas de madera y vidrio quedan plegadas, la cocina se integra al pasillo de entrada y a uno de los jardines laterales. La pared del horno también se dejó en hormigón. “Es una piedra eterna, que no absorbe manchas y puede limpiarse. Si para mantener una casa blanca se contratan pintores, ¿por qué no hidrolavar con frecuencia el hormigón?”. Excelente punto.
La búsqueda de lo salvaje
“El paisajismo me fascina. De chica pasé muchas vacaciones en Brasil y extraño esa vitalidad de la vegetación, que trae una alegría enorme. Es eso lo que intento trasladar a nuestras obras”, comparte Silvana. Para el diseño del jardín y de las terrazas, trabajó en conjunto con la arquitecta y paisajista Manuela García Faure, a quien le encomendó la tarea de seleccionar especies que atrajeran mariposas y colibríes.
“Esta casa es austera en su equipamiento, pero no en la aspiración espacial ni en los desafíos estructurales que implica su diseño. Es un proyecto que consuma saberes profesionales e ideales sobre cómo vivir en conexión con el entorno”, cuentan los socios de P/SG. En su caso, lo lograron Para eso, con dos robustas “L” de hormigón que se apoyan entre sí, lo que genera un complejo sistema de voladizos y terrazas que fue premiado por la Sociedad Central de Arquitectos y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, por un lado, y por el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo. Nada menos.
Las terrazas intercaladas se abren hacia el noroeste, aprovechando la mejor orientación y las vistas despejadas. “La casa es como un jenga: son piezas apiladas y en equilibrio que liberan espacios verdes en distintas alturas”.
Escaleras arriba
Todos los detalles en madera (puertas, muebles, escalera) están hechos de eucalipto. “Queríamos seguir una línea unificada, y fue la variedad en común encontrada en los distintos proveedores”.
“Con terraza propia, nuestro dormitorio está en la proa de la casa y una puerta lo separa del sector del vestidor y del baño, de manera de no molestarnos cuando nos despertamos en distintos horarios”.