Los platos más simples suelen ser los más complicados, es una afirmación usual de los más reconocidos chefs. Los expertos aseguran que lograr papas al horno perfectas, una pechuga de pollo jugosa o unos huevos revueltos bien hechos, ni demasiado líquidos, ni demasiado secos, requiere maestría y varios secretos. Algunos, afortunadamente, no guardan las claves para sí mismos, sino que las comparten con el mundo.
Los “mejores” huevos revueltos del mundo
El experto en gastronomía Josh Miller compartió con Southern Living el secreto de sus huevos revueltos. Según el escritor, editor, desarrollador de recetas y estilista de alimentos, los huevos revueltos fueron una de las primeras cosas que aprendió a cocinar por sí mismo, intentando evitar los que preparaba su madre que, según detalló, “los cocina hasta que estén secos y chirriantes”.
El experto reconoció que si bien existen muchas opciones para lograr unos buenos huevos revueltos, el secreto para hacer los mejores es añadirles crème fraîche. “Alton Brown usa mayonesa; Dolly Parton usa agua helada. Pero lo que más me gusta añadir a los huevos es algo un poco más elegante: la crème fraîche”, explicó.
En torno a qué es el ingrediente mágico, la respuesta de Miller fue contundente: “la crème fraîche es básicamente una elegante versión francesa de la crema agria. Pero hay algo mágico y diferente en la crème fraîche; Es más suave, más ligera, más picante y de sabor más rico que la crema agria o el yogur entero. En pocas palabras, tiene un sabor lujoso”, señaló.
A la hora de añadirla a los huevos, su consejo es hacerlo fuera del fuego, una vez que la cocción está terminada, ya que ponerla cuando la sartén está sobre la hornalla podría generar que la crema se corte, con lo que el plato se arruinaría completamente.
En cuanto a la cantidad de crema, aunque Miller plantea que esto puede variar según el gusto de cada persona, él utiliza una cucharada por cada dos huevos que bate y siempre la incorpora a temperatura ambiente para no enfriar todo el plato.
Si no se consigue un pote de crème fraîche, aunque en cualquier gran tienda de alimentos debería siempre estar disponible, el experto señala que se puede reemplazar por una cucharada de crema agria. Asimismo, implora que se descarte usar yogur, ya que no logra bajo ningún aspecto el efecto mágico de su ingrediente francés de lujo. “Si nunca la has probado, prueba la crème fraîche. Es posible que te enamores”, asegura.
Crème fraîche casera
Desde Directo al paladar definen al producto como un tipo de nata fermentada procedente de la región francesa de Normandía. Según señalan, para prepararla se emplean cultivos bacterianos para producir ácido láctico a partir de lactosa, que le aportan un sabor ligeramente amargo característico y aumentan su viscosidad.
Si bien según reseñan actualmente se puede encontrar el producto en las grandes tiendas de alimentos en la zona de refrigerados junto a los bricks de nata y mantequillas, también muy fácil de preparar en casa.
- Ingredientes: 250 mililitros de nata líquida con un 35% de materia grasa mínimo, y dos cucharadas de mantequilla a temperatura ambiente o de suero de leche.
- Procedimiento: Echar la nata en un bol de cristal y añadir las dos cucharadas de mantequilla. Remover bien hasta que la mantequilla se haya disuelto en la nata. Pasar esta mezcla a un recipiente que sea preferiblemente de cristal que tenga tapa, pero nunca de aluminio u otro metal reactivo. Tapar con un pedazo de papel de cocina fuerte y atar para que no se destape. Dejar reposar en un lugar templado de 12 a 24 horas con una temperatura aproximada de entre 20 a 25 grados. Una vez que esté espesa y cremosa, refrigerar cerrada con una tapa hermética. Una vez preparada y refrigerada se puede conservar aproximadamente entre una semana y diez días.