Gaiman es un pueblo con canales derivados del río Chubut, fundado por pioneros que llegaron al valle después del desembarco del Mimosa. Al oeste de Trelew y a 85 kilómetros de Puerto Madryn, al igual que Trevelin, mantiene vivas las tradiciones, la religión y la cultura galesa. Gaiman significa “piedra de afilar” en aonikenk, el habla de los tehuelches, nombre que vendría a revelar la estrecha relación entre estos y la comunidad galesa. Gracias a ellos, los colonos lograron adaptarse a las duras condiciones de la región.
El pueblo chubutense resultó elegido como uno de los más lindos del mundo 2024 en el concurso internacional Best Tourism Villages junto con Trevelin, otro pueblo de fuerte herencia galesa. Impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para el Turismo, el certamen premió también a otras localidades argentinas: Gaiman, Caviahue-Copahue y Villa Tulumba.
La cultura galesa está viva en Gaiman. Cada septiembre hay un festival de la juventud, el Eisteddfod. En octubre se celebra allí el Gorsedd, una ceremonia donde se proclaman a las personas que van a integrar el Círculo Bárdico, a cargo del mantenimiento de la cultura y las tradiciones. Luego de esta ceremonia hay una suerte de festival: la danza de las flores.
“Gaiman es el primer municipio de Chubut donde los galeses estuvieron organizados” afirma Marcela Plust, directora de Turismo. “Y lo hicieron en excelente conviviencia con los habitantes nativos, los tehuelches. De ellos tomaron el nombre: punta de piedra o piedra de afilar”.
Gaiman llegó a publicar todo un periódico en idioma galés. El pueblo, que tiene 150 años, mantiene los edificios históricos: la casa de piedra construida en 1874 por David Roberts y su esposa Jenamine Jones aún sigue en pie.
Además el pueblo conserva capillas emblemáticas: Salem, Seion, Bryn Crwn, Bethel y vieja, símbolo de la influencia religiosa. En esas capillas se reunían los primeros pobladores. “Cada uno de estos edificios, que son protestantes, tiene más de cien años y conservan la impronta de la comunidad”, sostiene la directora de Turismo. Para poder conocer los templos protestantes hay que tener en cuenta los horarios o contactarse con la persona encargada de abrirlas.
Más allá del puente sobre el río Chubut, hay una zona de chacras por la ruta provincial siete. Las chacras se dedican al agroturismo: producen cerezas, frambuesas o frutillas. Hay producción de vinos y de licores en los viñedos Bardas al Sur, Calfunao, Yaoyin y Franca Rosella.
En este pueblo hay casas de té donde se elabora la torta galesa, símbolo de la cultura local. Ty Gwyn es una de las más conocidas, un acogedor salón con mucha madera, puntilla y vitrinas donde sirven sándwiches y scones, dulces y tortas caseras de frutas de estación, además de la famosa torta galesa, que acuñaron los colonos con los pocos ingredientes que tenían.
Aquí, aún se recuerda el paso de Lady Di, en 1995, que visitó una de sus casas de té –cerrada actualmente– y probó la torta de frambuesa enfundada en un saco celeste.
Toda la zona rural se puede recorrer en bicicleta, entre sauces llorones verdes y mimbres naranjas, los árboles nativos del valle inferior del río Chubut. Hay pocos tulipanes, al igual que en Trevelin, pero aquí no son grandes plantaciones sino pequeños grupos florales para dar vida a casas y jardines.
Dos desvíos posibles y recomendables. Uno, desde el puerto de la ciudad de Rawson parten, por las tardes, excursiones para hacer avistamientos de toninas overas. El otro, avanzar hasta Punta Ninfas y conocer la estancia El Pedral, donde anidan unas 1.800 parejas de pingüinos magallánicos. Es la colonia más cercana a Madryn y se visita de septiembre a abril.