Los Reyes Felipe y Letizia tardarán mucho tiempo en olvidar lo que vivieron el pasado domingo. Mostrando su apoyo a los afectados por la DANA, sus Majestades se desplazaban junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, a la localidad valenciana de Paiporta, considerada zona cero del temporal sin precedentes que ha arrasado pueblos y dejado sin absolutamente nada a decenas de miles de personas.

Una tensa visita marcada por los altercados, ya que los vecinos, indignados, no dudaron en increpar a la comitiva de autoridades, lanzándoles barro y otros objetos como palos al grito de «asesinos», «sinvergüenzas», o «nos habéis abandonado, para qué venís a haceros la foto».

En lugar de abandonar el lugar precipitadamente por su propia seguridad como sí hicieron los políticos, y desoyendo las advertencias de su equipo de escoltas, Don Felipe y Doña Letizia -con el rostro con barro- se quedaban en Paiporta y se acercaban a los vecinos y, empatizando con su dolor, les transmitían su apoyo y su comprensión muy afectados; en el caso de la Reina, sin poder contener las lágrimas.

Mientras sus Majestades protagonizaban unas imágenes que han dado la vuelta al mundo, el Rey Juan Carlos disfrutaba de un plan radicalmente opuesto al de su hijo y su nuera, que ahora ha salido a la luz. Al margen del dramático momento que vive la provincia de Valencia por las consecuencias de la peor DANA de la historia, el Emérito viajó el pasado fin de semana a Londres para reencontrarse con sus nietos Irene y Miguel Urdangarín.

Tal y como ha revelado la revista británica ‘Hello’, el marido de la Reina Sofía se dejó ver cenando con los hijos menores de la infanta Cristina en un conocido restaurante de la capital inglesa coincidiendo con el momento más tenso de Felipe VI desde que ascendió al trono en 2014.

Tras asistir en Dubai al combate de Ilia Topuria el pasado 26 de octubre -en el que el boxeador le dio un beso en la frente tras su victoria que dio mucho que hablar- Don Juan Carlos se encuentra ahora en Londres, donde ha aprovechado para disfrutar de un rato en familia con Irene, que comenzó sus estudios universitarios de Hostelería en Oxford en septiembre, y Miguel, que residió en la ciudad inglesa hasta que hace varios meses regresó a España para instalarse en el Palacio de La Zarzuela junto a su abuela Doña Sofía.