Si bien es conocido el fenómeno de Corea del Sur en la formación de extraordinarios pianistas clásicos, no deja de asombrar la continuidad de esa inagotable cantera que desde hace décadas presenta al mundo intérpretes sobresalientes. Entre ellos: Hyuk Lee (24), ganador hace dos años del prestigioso concurso internacional Long-Thibaud en París que lo destacó como “un pianista solar, un músico dotado con innato sentido para la dramaturgia”. Junto a la Filarmónica de Buenos Aires, bajo la batuta del director alemán Elias Grandy, Lee debutará en el Teatro Colón haciendo gala de su maestría en el concierto Nº 23 de Mozart. Son muchos los hitos que dan cuenta de la categoría y brillante trayectoria de Lee, que además es violinista, políglota y eximio jugador de ajedrez: graduado con honores del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú y de la École de Musique de París, discípulo de Stefan Arnold en Viena y finalista del famoso Concurso Chopin de Varsovia. Apenas arribado a la Argentina en su primer viaje a Sudamérica, recibió a LA NACIÓN con el entusiasmo, naturalidad y simpatía que transmite su sonrisa constante.
–¿Qué es lo más determinante en el sostenido éxito de Corea?
–El hecho de que hay muchos fans, el público acompaña y asiste a los conciertos. Hay un entorno que aprecia y valora la música clásica y es en ese hábitat propicio que surgen los artistas que se distinguen en las competencias mundiales. Pero no puedo dar detalles de la actualidad porque hace más de diez años que me fui.
–¿Por qué elegiste Rusia para continuar tus estudios? ¿Primó su escuela pianística, la conexión con un determinado maestro, una beca?
–Me fascina la música rusa, el arte, la gran literatura y los compositores como Rachmaninoff, Tchaikovsky, Prokofiev, Scriabin… Cuando tenía 13 años me inscribí en mi primera competencia internacional senior en Austria. Era el más joven pero no solo en piano. También apliqué en la categoría violín, porque toco ambos instrumentos desde los tres años. No gané el premio, pero en el jurado de violín hubo un profesor ruso que se fijó en mí y me aconsejó estudiar en Moscú. Decidimos mudarnos con mi hermanito de 7 años (también pianista y violinista) y mi madre nos acompañó.
–Después Polonia y Francia como Chopin…
–En 2021 viajé a Polonia para participar de uno de los certámenes pianísticos más importantes del mundo: el concurso Chopin de Varsovia, donde fui finalista con un gran nivel de exposición. Al recibir tantos ofrecimientos, muchos de Polonia, me planteé la necesidad de establecerme en otra ciudad. Al poco tiempo comenzó la guerra en Ucrania y era difícil permanecer en Rusia en ese momento en que recibía propuestas de contratos, conciertos, presentaciones en Europa. Asumí que si permanecía en Rusia, mi carrera se estancaba. Entonces me mudé a la universidad en París —la École de Musique—, un lugar fantástico. Actualmente vivo entre esas dos bases: Varsovia y París, dos ciudades europeas que son dos mundos, dos lenguas, dos vidas y culturas diferentes ¡Lo pienso como Chopin, absolutamente feliz con la posibilidad de vivir de esta manera!
–La preparación para la competencia es una parte esencial de la educación coreana que se manifiesta en sus asombrosos resultados, ¿en qué se basa ese estado mental tan competitivo, particularmente en el piano?
–No se trata de concursar por el premio, sino por la experiencia ¿Por qué entro en un concurso? Porque si tengo suerte, algún jurado se fijará en mí y el objetivo de un músico es tocar conciertos. Cuando uno es estudiante, esa es una manera de comenzar una carrera, uno de los caminos más efectivos para alcanzar la meta. Luego, porque cada prueba requiere el estudio de un repertorio determinado y esa es la manera de incorporar obras.
–¿Por qué ganan?
–Una clave para entender por qué ganamos es que somos apasionados y la consecuencia de ser apasionados es que estudiamos y practicamos mucho, disfrutamos de lo que hacemos, trabajamos duro, nos dedicamos a las cosas con intensidad, y ganar es la consecuencia natural de ese trabajo.
–Mencionaste la guerra en Ucrania, ¿qué sentís tras 8 años viviendo en Rusia?
–Mucha decepción. Cuando estudiaba en Moscú hice amigos rusos y ucranianos por eso se me parte el corazón de saber que tanta gente muere, pierde su familia, pierde todo. Es demasiado triste y doloroso porque en las guerras no hay ganadores. En las guerras, todos pierden.
–¿Cuáles entre tus virtudes se pondrán de manifiesto con Mozart?
–Algo característico que es “el toque mozartiano”, un sonido diferente al de los pianos modernos, el toque de ensambles, diálogos y contrapuntos, la comunicación con los demás instrumentos, la claridad y un desarrollo horizontal similar al de la música de cámara.
–En esta primera visita, sin contactos previos ¿qué idea o asociación te viene a la mente cuando te nombran a la Argentina?
–¡¡Messi!! Soy un fan del fútbol, y ¡la Argentina es Messi!
Para agendar
Concierto de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Director invitado: Elias Grandy. Solista: Hyuk Lee (piano). Programa: Concierto para piano y orquesta Nº 23 en La Mayor K.488, de Wolfgang Amadeus Mozart; Sinfonía Nº 1 “Titán”, de Gustav Mahler. El sábado 2, a las 20, en el Teatro Colón. El concierto será transmitido por streaming por la web y las redes oficiales del teatro