Los dedales de oro –típicas flores silvestres de color naranja– expandidos a los costados de las autopistas dan un recibimiento vibrante y colorido al turista que se dirige desde el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez hacia la ciudad capital chilena, Santiago.
Grupos de argentinos en familia, amigos, tours guiados e incluso viajeros corporativos apuntan hacia los mismos objetivos: tener un breve descanso y sacar provecho de la diferencia cambiaria que permite hacer compras a precios competitivos. Al día de la fecha 1 peso argentino equivale a $0.98 pesos chilenos y, a mayor escala, $1000 pesos argentinos corresponden a $975 pesos chilenos. El panorama cambiario hace que US$1 se traduzca en aproximadamente $1005 pesos chilenos, un monto semejante a la representación en moneda argentina.
Estos visitantes son un espejo de quienes en los últimos años han encontrado en los países limítrofes una oportunidad para adquirir productos a costos más bajos que los que ofrece el mercado local y tener acceso a marcas que no han sentado bases en la Argentina.
El fenómeno trasciende fronteras y deja huellas en la economía, tanto del comercio chileno como de la industria argentina del turismo. Tal es así que empresas de transporte, cadenas de hoteles y agencias de viaje han sabido leer con astucia el flujo de esta tendencia, moldeando ofertas que combinan traslados, alojamiento y consejos sobre cómo maximizar cada instante de la estadía.
¿Qué hacer en Santiago de Chile?
La propuesta es contundente: conveniencia económics, montaña y playa a menos de dos horas de auto y la estadía en una ciudad latina que no tiene nada que envidiarle a las grandes metrópolis europeas y norteamericanas; no pasa inadvertido el hecho de que sus ciudadanos hayan apodado a la capital chilena como Sanhattan en alusión al barrio más famoso de Nueva York.
Costanera Center, Parque Arauco, Alto Las Condes, Casacostanera y Open Plaza Kennedy se destacan por ser un núcleo de convergencia para quienes cruzan la frontera. Durante estos días los espacios mencionados se desbordan de visitantes en busca de vestimentas de prestigio, dispositivos tecnológicos, calzado de calidad y productos cosméticos en tiendas departamentales como Ripley, Falabella y París. Entre las marcas más buscadas allí se encuentran: H&M, Calvin Klein, Mango y Apple, que no cuentan con tiendas en la Argentina; y otras como Zara, Nike, Adidas y The North Face que, a pesar de tener presencia en el mercado nacional, ofrecen mayor variedad de productos a precios competitivos.
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Santiago también hospeda a las principales casas de moda del mundo como es el caso de Hermès, Carolina Herrera, Max Mara, Ralph Lauren, Louis Vuitton o Burberry que encuentran atractivo el entorno de estabilidad y el aumento sostenido de la demanda de bienes de lujo en el país trasandino.
“Mejor me llevo los dos que me van a salir más baratos que comprar un solo par en Argentina”, le comenta una visitante a quien le está cobrando los productos que se lleva de la tienda Ripley. Allí, el precio de unas deportivas de moda como las Nike Dunk oscilan entre $70.000 y 80.000 pesos chilenos, un tercio del precio al que se venden en los shoppings porteños.
Tras ser consultado por LA NACION sobre la gran cantidad de argentinos que visitan los centros comerciales y las compras que efectúan, Michel, comerciante responsable de las ventas en caja de la tienda Ripley, asegura: “A algunos los tenemos que acompañar a los autos o combis por la cantidad de cajas y bolsas que llevan”.
Entre los productos más demandados cita los artículos deportivos y los electrodomésticos. “Le hemos propuesto a la gerencia lanzar una tarjeta de socios por un día para que los argentinos puedan hacer uso de las ofertas que tenemos los chilenos”, relata. Para tomar dimensión de los precios es útil saber que un Smart TV de 50 pulgadas cuesta en la Argentina $1.000.000 de pesos mientras que en Chile se lo puede encontrar a $300.000 pesos y, si se añaden los descuentos que ofrecen las tarjetas de las tiendas departamentales, se reduce hasta $279.000.
Según datos del Servicio Nacional de Turismo de Chile, durante el transcurso del 2024, han entrado a su país 4.591.460 extranjeros; de la cifra total, los argentinos encabezan la lista representando un 38,8% de los ingresos (1.783.130), seguidos por los vecinos brasileros (729.673). Vale destacar que, en conjunto, las vías terrestres como el Paso Cristo Redentor, Paso Cardenal Antonio Samoré y Paso Concordia son los principales caminos de acceso al país vecino, superando en cantidad el número de entradas por vía aérea.
En cuanto a las paradas ‘de moda’, se volvió obligatorio visitar el Barrio Franklin, una zona comercial en las inmediaciones de un antiguo matadero convertido en bazar que se popularizó gracias a su variedad de alimentos, restaurantes para comer de paso y su mercado de pulgas que ofrece todo tipo de artículos, desde muebles y antigüedades hasta instrumentos musicales y ropa.
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En contraste, la Avenida Alonso de Córdova –la ‘Lincoln Road’ chilena– no tiene nada que envidiarle a las grandes avenidas metropolitanas; ubicada en la exclusiva localidad de Vitacura, allí cientos de turistas y santiaguinos disfrutan de la imponente vida nocturna en restaurantes de lujo como El Toro, La Dicha, Casagiardino, La Bottega Gandolini o Dagán que son de los más solicitados y donde es común encontrarse con celebrities chilenas.
Quienes visitan el país por varios días capitalizan la experiencia alejándose del centro de la ciudad y visitando los cerros que hay a menos de dos horas de viaje desde Santiago, según cuentan desde la cadena de hoteles Pullman sobre las actividades de los viajeros. Sugieren apuntarse en circuitos de trekking, mountain bike y escalada para principiantes.
Vacaciones y playa a minutos de la capital
Especialmente en verano, están quienes buscan hacer una escapada por la ruta 68 en dirección a la región costera para visitar las playas de Viña del Mar, Reñaca, Cachagua, Zapallar y Concón que, en esta época, se colman de amantes del mar que asisten en búsqueda de unos días de descanso y disfrute. En el camino, el viajero podrá percatarse del fuerte sentido nacionalista que tienen los habitantes al ver que todas las casas llevan colgadas en sus fachadas la bandera nacional.
A mitad de camino entre Santiago y las playas se pueden hacer paradas en los viñedos que hay a los costados de la ruta. Visitada por grupos de turistas constantemente, en la Ruta del Vino es posible realizar distintas actividades dependiendo de la cantidad de tiempo que se tenga: almorzar, hacer una cata/degustación de vinos, jugar a ser enólogo por una tarde o simplemente recorrer los viñedos.
Otra excursión que ‘atrae la buena suerte’ es la del Santuario Purísima Virgen de Lo Vásquez, donde se admira a la Inmaculada Concepción de la Virgen María que es celebrada con una gran fiesta el 8 de diciembre de cada año. Para la fecha, miles peregrinan desde distintos puntos del país por lo que no se permite el paso de vehículos por las autopistas linderas durante dos días.
Playas cercanas a Santiago de Chile
No solo impactan por su paisaje oceánico, las localidades costeras se destacan por la diversa oferta cultural y gastronómica que resurge con la llegada del calor.
- Viña del Mar: Popularmente conocida como la ‘ciudad-jardín’; allí la brisa marina se mezcla con el verdor de sus parques y calles colmadas de visitantes. Además de la playa, las paradas obligadas son dos: el Parque Quinta Vergara, que alberga el famoso Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y el Casino de Viña del Mar, un ícono de entretenimiento y glamour, que además de juegos de azar, ofrece espectáculos y una variedad de restaurantes.
- Reñaca: Es el punto de encuentro para grupos de jóvenes y familias que llegan atraídos por la vibrante vida nocturna y por sus olas para practicar deportes acuáticos como el surf. Además cuenta con paradores, plazas, estacionamientos y lugares para comprar comida a precios accesibles.
- Concón: El lugar ideal para degustar al paladar con gastronomía marina. Similar a Reñaca, gracias a sus potentes olas es ideal para aventureros que se animen a practicar surf, bodyboard y windsurf. Una parada obligatoria es la del Campo Dunar la Punta de Concón, donde se adquieren vistas únicas y es posible deslizarse por las dunas con tablas de sandboard.
- Zapallar: Considerado uno de los balnearios más hermosos y exclusivos de la costa del Pacífico. Esta playa está rodeada por una bahía y cerros que la protegen de los fuertes vientos costeros. Allí se goza de naturaleza, clima familiar y postales inolvidables gracias a las puestas de sol con cielos anaranjados que se extienden pasadas las 20 horas.
- Cachagua: Cerca de Zapallar, a este balneario lo describe una palabra: inmensidad. A diferencia de otras que son pequeñas, estas playas son anchas y largas. Sus olas son imponentes y este es uno de los atractivos principales para amantes del mar y deportes náuticos. Para distenderse, los visitantes pasean por el sendero Las Cujas, que se sumerge por los bosques nativos y culmina en la entrada del pueblo.