Hace tres días, el tenista argentino Federico Gómez, de 28 años, ubicado en el puesto 135 del ranking ATP, sorprendió con una emotiva e impactante publicación en sus redes sociales en las que habló de su situación personal. En su cuenta de Instagram, Gómez confesó que a pesar de vivir el mejor momento de su carrera tenística y lograr lo que tanto buscó por años, los malos ratos a nivel personal lo llevaron en los últimos meses a pensar en el retiro e incluso pasó por su mente la idea del suicidio.

El tenista admitió en una especie de carta pública que confesó haber enfrentado una de las etapas más difíciles de su vida, marcada por una profunda crisis emocional: “Este último tiempo no fue la excepción”, escribió Gómez sobre los últimos seis meses, describiéndolos como “los más duros que me han tocado vivir como ser humano”.

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El tenista admitió que llegó a contemplar abandonar el tenis por completo y reveló que atravesó “en reiteradas ocasiones pensamientos suicidas”. A pesar de estos momentos oscuros, aseguró que compartir su historia era necesario para avanzar: “Me cuesta mucho escribir esto sin llorar, pero creo que es la mejor decisión que pude haber tomado para sacarme este gran peso que siento encima”.

Después de la valiente decisión que tomó el tenista de Merlo en reconocer sus problemas, llegaron varios mensajes de apoyo y fuerza. Entre los más destacados, estuvieron el que le envió nada menos que Novak Djokovic. El serbio, siempre atento a lo que sucede con sus colegas de todo el mundo, le escribió en español: “Fuerza amigo. Siempre hay luz al final del túnel”.

El mensaje que Djokovic le envió a Federico Gómez

Otra jugadora destacada que se dirigió a Gómez fue la española Paula Badosa, 10ª del ranking mundial, que expresó: “Me duele mucho escuchar estas palabras, donde me veo tan reflejada. Mucho ánimo y mucha fuerza. Eres muy valiente. Recuerda: la tormenta no dura para siempre, siempre acaba saliendo el sol, y cuando salga, serás más fuerte que nunca”.

Gómez, oriundo de Merlo, dejó en claro que atraviesa una etapa en la que necesita recuperar la alegría y que pretende encontrar paz interior. “Espero que después de abrirme un poco pueda sentirme un poco mejor conmigo mismo y poder vivir un poco más en paz haciendo lo que amo, que es jugar al tenis”, expresó. También remarcó el apoyo incondicional de quienes lo rodean, reconociendo que “estoy agradecido de tener la gente que me rodea y que busca sacar lo mejor de mí”.

La confesión de Gómez apareció en las redes sociales en un año lleno de contrastes para el argentino, que alcanzó su mejor ranking histórico (135°) y sumó tres títulos Challengers en 2024 en Milán, Trieste y Guayaquil. Sin embargo, subrayó que este éxito profesional estuvo acompañado de grandes desafíos personales. “2024 fue sin dudas el mejor año de mi carrera tenística, pero a su vez, el peor año en cuanto a lo personal”, contó.

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En el cierre de su texto que acompañó con una foto suya, Gómez, explicó que todavía sigue detrás de encontrar la forma de sentirse pleno: “Como dije antes, me genera un dolor enorme abrirme de esta manera pero sentía la necesidad de contarles un poco mi situación. Sigo buscando mi mejor versión. Trabajaré para buscar ese bienestar emocional que alguna vez sentí. Atte, El gordo Gomez”. El jugador argentino participó esta semana en la qualy del Masters 1000 de Indian Wells, en la que perdió en el debut contra el estadounidense Rudy Quan por 6-4 y 7-5.

La historia de Gómez

“Nací en Merlo, pero vivo en Parque Leloir, en Ituzaingó. Mi papá jugaba cuando era chico, pero cuando yo empecé, ya no estaba con el tenis. Empecé a jugar en el club El Jagüel, que ya no está más. Con los años me fui moviendo por la zona. Siempre me entrené por el oeste”, le contó Gómez a LA NACION en una entrevista en febrero del año pasado, sobre sus comienzos en el mundo de las raquetas. A los 18 años, con el apoyo de su familia, emigró a los Estados Unidos para estudiar y jugar al tenis universitario. Empezó en el ASA Junior College, en Miami, por una cuestión de elegibilidad, y luego jugó División 1 en Louisville, en Kentucky.

“La idea de irme a Estados Unidos siempre la tuve, también el apoyo de mi familia, que me lo inculcaron desde chiquito. Después me acuerdo que me fui a Europa en 2015, y cuando volví no estaba muy bien con el tenis. Había sacado algunos puntos de ATP el año anterior, pero al regresar de Europa a Estados Unidos, pensé en darle una oportunidad más al deporte, y no me arrepiento ni un poco de haberlo intentado”, recuerda Gómez, dueño de un tenis de golpes potentes, con 1,91m de altura y 95 kilos de peso. Sin grandes marcas que lo auspicien. Viste una remera roja porque… es hincha de Independiente. El año pasado, llegó al ATP de Córdoba como jugador “alternativo”, cuando le avisaron que surgían varias bajas en el cuadro de clasificación… y terminó por ganarse un lugar en el cuadro principal. Así, un lunes por la noche tuvo su bautismo en el circuito ATP frente a Facundo Díaz Acosta, con quien perdió por 6-1 y 6-4 pero rescató una valiosa experiencia.

Federico Gómez tenis

Elegí un camino alternativo, pero muy competitivo, ¿eh? Allá en Estados Unidos hay un altísimo nivel. Me costó un poco adaptarme al ritmo americano, al ritmo de estudiar y ser americano con las cosas. Los entrenamientos y la parte física me costaron bastante, pero lo fui llevando, me fui metiendo, y una vez que uno lo consigue se hace todo mejor. Está muy bueno, te dan el espacio para crecer en lo académico, en lo deportivo y como persona”, señalaba a LA NACION hace poco más de un año, cuando todo era ilusión.

Su camino en el tenis fue sinuoso, con dudas. Pero siguió adelante y con personaje clave de por medio: Franco Davin. En esa misma entrevista, contaba: “Me gradué en Administración Deportiva en 2019, y dejé. Volví a jugar en octubre de 2021. Fueron dos años largos. Estuve trabajando en la academia de Willy Cañas en Aventura, en Florida, luego hubo gente que me animó para volver al circuito, me anoté en unos futures [la categoría más baja en el tour profesional] en México. Gané la prequaly para jugar la qualy del ATP de Buenos Aires en febrero de 2022, y luego empecé en la academia de Franco Davin en Key Biscayne, que también me ayudó mucho. Davin es una gran persona. También me dio una mano Marcelo Albamonte, que fue mi primer entrenador, que trabaja junto con Davin. Él me puso una raqueta en la mano, así que les estoy muy agradecido”.

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