Este domingo inició con vientos fuertes y lluvia en gran parte de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal, por lo que se convirtió en un clima ideal para disfrutar de uno de los documentales que encabeza el Top 10 del ranking de estrenos de esta semana en Netflix. Se trata de Los niños perdidos, una producción que muestra la historia de los hermanos Mucutuy, quienes quedaron perdidos en la selva colombiana durante 40 días y que sobrevivieron gracias a sus conocimientos indígenas ancestrales.

La plataforma de streaming realiza lanzamientos semanales para renovar el amplio catálogo de series, películas y realities. En esta ocasión, sumó el documental dirigido por Orlando von Einsiedel -ganador en dos ocasiones de un Premio Oscar-, Jorge Durán y Lali Houghton. Allí se mostraron las dificultades, las idas y vueltas y los enfrentamientos que tuvieron las Fuerzas Armadas colombianas y los grupos indígenas para localizar a los desaparecidos.

La aeronave que transportaba a los niños y a su madre se estrelló en la selva de Solano, Colombia (Oficina de Prensa de las Fuerzas Armadas de Colombia, vía AP)

De qué trata Los niños perdidos

Este caso sucedió el 1 de mayo de 2023, cuando una avioneta se estrelló en la selva amazónica de Colombia. En ella viajaban cuatro pequeños, Lesly (de 13 años), Soleiny (9), Tien Noriel Ronoque (4) y Cristin Mucutuy (de 11 meses). Además, estaba presente su madre, Magdalena Mucutuy y otros dos adultos. El objetivo era llegar hasta la residencia de su padre, Manuel Ranoque.

Al desplomarse la aeronave, solo sobrevivieron los menores de edad, quienes gracias a sus conocimientos indígenas ancestrales sobrellevaron 40 días en medio de un ambiente hostil.

El documental tiene una duración de dos horas y 13 minutos y recopiló imágenes inéditas de la búsqueda que emprendieron las Fuerzas Especiales del ejército y los grupos indígenas. Incluso, la historia es relatada por los partícipes de la operación.

Grupos indígenas y militares trabajaron en conjunto para hallar a los cuatro niños perdidos, a pesar de que existió disparidad entre sus métodos de búsqueda (AP Foto/Fernando Vergara)

Al inicio del material audiovisual se describe el hecho ocurrido y más tarde se enseña cómo los implicados en rastrear a los niños, se enfrentan por la desconfianza mutua que existía por sus métodos utilizados. Tanto tecnológicos del lado de los militares, como tradicionales, del lado de los pueblos nativos.

El salvataje de los niños indígenas perdidos en el Amazonas

El rescate se denominó como “Operación Esperanza” y empezó cuando las Fuerzas notaron que en el lugar del accidente faltaban los cuatro niños, lo que les permitió creer que estaban con vida y que se dirigían a un sitio urbanizado.

Aquel suceso ganó repercusión e interés internacional y toda Colombia se mantuvo en vilo por la aparición de ellos. En esa expedición se implicaron 150 personas, donde el ejército recibió la ayuda de los indígenas para acceder a un territorio anegado y hasta desconocido. Recorrieron un perímetro de 1250 kilómetros entre los departamentos de Caquetá y Guaviare.

El cuerpo de las Fuerzas Especiales que rescató a los cuatro hermanos perdidos en la selva

Lo que permitió a las Fuerzas Especiales reconocer el camino de los pequeños era que a medida que ellos avanzaban dejaban rastros y pistas. Su intención era que supieran que aún estaban con vida. Cabe destacar que el terreno por el que vagaron, estaba dominado por árboles, ríos, arroyos, suelos escarpados y animales peligrosos. Sin embargo, después de 40 días los hallaron.

Cuando se los rescató casi un mes y medio después de la desaparición, los cuatro presentaban signos de desnutrición y permanecían en estado de shock por el trauma que atravesaron. Por ese motivo no se los expuso ante los medios de comunicación y recién un año después se lanzó la serie de Netflix con el fin de resumir aquella tragedia que resultó en parte un milagro.

Selva de Guaviare donde cayó la avioneta

Tras su aparición, el padre de los niños destacó por ese entonces ante la cámara de la CNN en Español: “Somos indígenas… Creo en la selva, que es nuestra madre, y por eso siempre mantuve la fe, y diría que tanto la selva como la naturaleza nunca me traicionaron”.