Una decepción. El Boca que invirtió cifras estrafalarias en el mercado de pases, el que se armó para pelear la Libertadores y el Mundial de Clubes, el que sueña con la llegada de Leandro Paredes para terminar de moldear el mejor plantel del país y uno de los más competitivos del fútbol sudamericano, no dio la talla ante su gente en su estreno en el Torneo Apertura. Superado física y tácticamente por Argentinos Juniors, de dignísimo papel en la Bombonera, el equipo de Fernando Gago defraudó en su primer partido del torneo local y ni siquiera remató al arco hasta los 48 minutos del complemento: un cabezazo débil de Ayrton Costa que murió en las manos del Ruso Rodríguez.
El primer tiempo de Boca fue una continuidad de lo mostrado en 2024. Un equipo monocorde y con nula generación de juego que no encontró los espacios ni los caminos para lastimar en el arco de enfrente. Decir que Argentinos tuvo las chances más nítidas sería faltar a la verdad. Porque la realidad es que Boca no acertó a los tres palos hasta los minutos finales del partido.
La única aproximación de peligro se dio a los 20 minutos de la primera mitad: Herrera, asistió a Fabra con un sutil toque de primera y Aguirre desaprovechó el control del colombiano con un tiro desviado. El resto fue todo del equipo de Diez, que manejó los tiempos y las acciones del partido y contó con un puñado de posibilidades claras pero falló en la puntada final. Antes del minuto, Tomás Molina estrelló un cabezazo en el travesaño ante un Brey vencido.
Lo mejor del partido
Boca se vio sorprendido por el ambicioso planteo del Bicho y entró en el desconcierto general de un equipo dominado en todos los aspectos. Ante un Boca raquítico, Argentinos desdobló las marcas en el medio y no dejó que Herrera y el pibe Domenech manejaran las acciones en el medio. Así, Boca no tuvo nunca el control de la pelota ni, por ende, del partido. No tuvo, tampoco, un 5 de las características de Federico Fattori, que se cansó de recuperar en el medio y a darle sentido claro a cada entrega.
El tándem Herrera-Domenech, que tan buenas sensaciones había dejado en la goleada sobre Argentino de Monte Maíz (equipo del Federal A), tampoco superó la expectativa. Herrera mostró destellos de su jerarquía internacional: bien perfilado, aportó cierta fluidez en la salida pero no fue ese volante fuoriclasse que destacó años atrás en PSG y el Manchester United. La estructura del equipo, es cierto, tampoco lo ayudó: dos volantes mixtos para controlar a cuatro todoterrenos de Argentinos que jugaban sin posiciones fijas y con tiempo y lucidez para jugar.
Entonces, Aguirre y Zeballos, extremos en los papeles, bajaban a colaborar en defensa. Y Cavani también retrocedía unos metros para hacer sombra en la salida de Argentinos. Boca destinó jugadores a cumplir funciones en la marca. Y quedó casi siempre a mitad de camino. Lejos del arco propio y también del rival.
La última acción del primer tiempo pudo marcar un quiebre en el desarrollo del juego. Porque Ander Herrera llegó antes que Lezcano a un cruce en la mitad de la cancha. Pero la pierna derecha del español siguió de largo y, tras rechazar el balón hacia un costado, impactó con los tapones debajo de la rodilla del volante. Pareció roja. En la cancha y en la repetición. Pero el VAR, a cargo de José Contreras, no la consideró. Y todo siguió como si nada.
El entretiempo debía ser el momento de Gago. Se imponía un cambio de nombres y de roles para equiparar la mitad de la cancha y ganar fluidez y velocidad en el juego. Argentinos la había tenido más (68% de posesión) y la había manejado mejor. Pero el único cambio fue la entrada de Artyon Costa en lugar de Marcos Rojo, otra vez con inconvenientes físicos. Recién a los 19 minutos Gago buscó soluciones en el banco. El ingreso de Velasco en lugar de Brian Aguirre, levantó a la gente pero no hizo despertar al equipo. Pero el exIndependiente entró apurado y aportó más barullo cuando Boca precisaba ordenarse. Al rato, Herrera salió golpeado y Boca fue puro centro.
Argentinos sintió el desgaste, pero no renunció a sus buenas intenciones. Y si bien mantuvo el control en el segundo tiempo, el dominio ya no fue tan claro como en el primero. En su único ataque a fondo, Cavani definió bien ante la salida de Rodríguez (gran pase de Palacios), pero su gol fue correctamente anulado por offside.
En el final, los dos se conformaron con el punto y sellaron un empate que le sentó mejor al conjunto de La Paternal. La indiferencia con que el público de Boca despidió a los jugadores fue muestra cabal del clima que se vivió en la Bombonera. Mucha expectativa y muy poco para destacar. Algo de Palacios, de los pocos que intentó algo distinto, y otra buena actuación del chico Domenech, de los más claros con la pelota y uno de los pocos aplaudidos por los hinchas.
Boca fue un manojo de nervios en el final y, a la espera de más refuerzos, arrancó con el pie izquierdo ante un Argentinos serio que lo complicó de principio a fin. A la espera de Leandro Paredes, Boca demostró que no solo le falta un 5. Si no asentar una idea que lo convierta en un equipo candidato.