Un grupo de arqueólogos de Lituania descubrió debajo de la Catedral de Vilna un tesoro que perteneció a una de las dinastías de monarcas más importantes de Europa durante el Renacimiento. Este hecho se catalogó como uno de los más importantes para ese país y para la región, ya que los artículos reales de esa época son escasos.

Según informaron los expertos a los medios de ese país, las reliquias se escondieron durante la Segunda Guerra Mundial con el fin de proteger el poco patrimonio que quedaba de los reyes polaco-lituanos. Gracias a los trabajos rutinarios para mantener el templo católico, es que dieron “sin querer” con estos elementos invaluables del siglo XV.

Así hallaron las reliquias debajo de una escalera en la cripta de la catedral

Según explicó el medio lituano, 15Minutos, en diciembre del 2024 un equipo de profesionales se inmiscuyó en las criptas de la catedral, que guardan los vestigios de altares paganos de 1387, antes de la conversión al cristianismo en esa región. El objetivo era hallar cavidades ocultas entre los muros y para eso introdujeron cámaras endoscópicas. Gracias a este aparato se toparon con un pequeño hueco repleto de artículos antiguos.

Cuando rescataron el material, se dieron cuenta de que era mucho más que basura. Allí había coronas, joyas y anillos de oro que pertenecieron a la elite gobernante de su país. Por ese motivo es que sometieron a análisis cada una de las cosas e identificaron a quienes habrían pertenecido.

Las joyas fueron envueltas en papel de diario en 1939, en pleno estallido de la Segunda Guerra Mundial

Estos objetos fueron envueltos en papel cuidadosamente y se notificaron como “perdidos” en 1939, en pleno estallido del conflicto bélico. Según se conoció más tarde, esto fue para evitar los saqueos posteriores.

Todas las joyas halladas debajo de la Catedral de Vilna, Lituania

Entre las reliquias halladas, se encontraron dos coronas funerarias datadas del siglo XV al XVI, las mismas se fabricaron para el rey de Polonia y gran duque de Lituania, Alejandro I Jagellón, de la dinastía Jagellón; un anillo, un medallón, la placa de ataúd y una cadena de Isabel de Habsburgo, la primera esposa de Segismundo II Augusto. Al mismo tiempo, también se rescataron el cetro, la corona funeraria, tres anillos, dos placas de ataúd y un orbe real de su segunda esposa, Bárbara Radziwiłłówna.

En una conferencia de prensa, el arzobispo metropolitano de Vilna, Gintaras Gruszas, remarcó que estas joyas no fueron usadas por los monarcas en vida, sino que se acuñaron una vez fallecidos.

Coronas funerarias de Alejandro I Jagellón y Bárbara Radziwiłłówna

“Las insignias funerarias de los gobernantes lituanos y polacos descubiertas son tesoros históricos inestimables, símbolos de la larga tradición del Estado lituano, signos de Vilna como capital y magníficas obras de orfebrería y joyería”, destacó el representante de la iglesia.

Además de la orfebrería real, también se retiraron anillos, pendientes, cruces y varias insignias de obispos, muchas de ellas sin identificación. “Ahora serán estudiados, restaurados y presentados al público en el futuro”, celebró Gruszas.

Las reliquias pertenecen a la época de esplendor de la monarquía polaco-lituana en Europa del Este

En 1931 se descubrieron estas criptas cuando se inició un proyecto de ampliación del subsuelo de la catedral. En ese entonces sustrajeron varios elementos antiguos e históricos pertenecientes a la fundación del principal templo católico de Lituania. En ese contexto se recuperaron los restos de Alejandro y Elžbieta Habsburgaitė y Barbora Radvilaitė, esposas del Gran Duque de Lituania y Rey de Polonia Žygimantus Augustus.

Las coronas funerarias nunca llegaron a ser utilizadas

“Las insignias de los gobernantes y otras reliquias importantes para la iglesia estaban escondidas, y se creía que su escondite eran los calabozos de la catedral. Después de que Lituania recuperó su independencia, se hicieron varios intentos de realizar diversas búsquedas. La Arquidiócesis de Vilna creó las condiciones para que instituciones estatales y especialistas llevaran a cabo dichas investigaciones. Por supuesto, siempre se prestó la mayor atención a la búsqueda del entierro de Vitautas el Grande, pero hasta ahora esta búsqueda no tuvo éxito”, explicó el contador de la Arquidiócesis de Vilna, Mykolas Juozapavičius.