El sushi fue el comienzo y ahora gana terreno otra faceta de la gastronomía japonesa: su pastelería. Disfrutar un dulce dorayaki mientras se hojea una historieta de manga, probar el famoso chocopanda en un patio oculto o deleitarse con un sando -su icónico sandwich- en un rincón de una casa que evoca lo familiar. Desde pequeños locales callejeros hasta grandes salones, estos lugares inspirados en la Tierra del Sol Naciente convocan a los paladares más inquietos.
1. Casa Tsuji
En el corazón de Palermo Soho (Armenia 1455), escondido tras una puerta de madera y un pasillo cubierto de enredaderas, se encuentra Casa Tsuji. Este café rinde homenaje a un legado familiar: el de Sajiro Tsuji, bisabuelo de Federico Miyagi y fundador en 1952 de Porcelana Tsuji, la primera fábrica de porcelana de la Argentina.
“La casa de Sajiro Tsuji, una casona en la localidad de Banfield, fue la inspiración para el desarrollo de este emprendimiento. Era el lugar donde las hijas y nietas de Sajiro vivieron su infancia y donde la pastelería japonesa se disfrutaba y cocinaba muchísimo”, dice a LA NACION Miyagi, quien abrió las puertas del café en abril pasado.
El espacio combina patios verdes, terrazas soleadas y espacios cubiertos. Su menú incluye wagashi, la emblemática pastelería japonesa, como dorayakis (bizcochos rellenos) de crema de té verde y sandos (sándwich) hechos con pan de leche japonés, rellenos de carne de cerdo y salsa tonkatsu. También se destacan las korokkes, croquetas japonesas de papa con alga hijiki, al igual que los daifuku (pastel de arroz glutinoso relleno de pasta de poroto azuki).
Más allá de la gastronomía, Casa Tsuji apuesta por la cultura. Por eso, los talleres de Ikebana (arte floral japonés) y Origami son parte de su propuesta.
2. Wagashi Pastelería
Luego de trabajar doce años en el Jardín Japonés, primero como gerenta de cultura y luego como gerenta general, Mónica Yagi de Semba abrió Wagashi Pastelería (Viamonte 985, San Nicolás) en 2009. “Además de cumplir un ciclo, quería tener una independencia laboral y capitalizar lo que viví de toda la cultura japonesa. En ese afán, observé que faltaba todavía hacer conocida la parte dulce de Japón en la Argentina”, comenta Mónica.
Inspirada en la estética de la emblemática Toraya, una confitería japonesa histórica fundada en 1336 en Kioto, la especialidad de Wagashi Pastelería es el yogashi, que se refiere a ofrecer sobre todo pastelería moderna de Japón con influencia occidental, en su caso, de la francesa.
Sus productos destacados son el cheesecake japonés, el chocopanda (mousse de chocolate blanco y negro, rollos de té verde con poroto azuki); o las cookies de matcha. Incluso, se puede probar una variedad de opciones dulces sin necesidad de elegir una torta entera.
3. Toki Moment
Luego de 30 años de trabajar como nutricionista, Cecilia Hattori decidió que su jubilación sería el momento para materializar una pasión latente. En Toki Moment (Marcelo T. de Alvear 664, Retiro), ella transformó su sueño en realidad con la ayuda de su esposo y sus hijos Juntos pintaron, lijaron, y diseñaron un espacio que refleja profundamente sus raíces japonesas. Los muebles, hechos a mano por la familia, respetan la tradición de ensamblajes de madera y sin clavos, típico del estilo japonés.
“Toki” significa “momento” en japonés y su nombre refleja ese instante de felicidad al sentarse a tomar un café, en el que se disfruta de un momento de calma, ya sea solo, con amigos o en familia. Incluso, hay un espacio donde los clientes pueden sentarse al estilo japonés mientras hojean revistas especializadas o simplemente se conectan con el ambiente.
La propuesta gastronómica de Toki Moment es un auténtico viaje a Japón: con opciones dulces como el matcha roll relleno de chocolate blanco, el cheesecake japonés, mochis, crepes de matcha, además de bebidas especiales como el té verde tostado con leche emulsionada y carbón activado, denominado hojicha. Para quienes buscan sabores salados, el katsusando y el sushi sando (sandwich japonés) son los platos especiales.
4. San Café
San -que significa 3 en japonés- es una pequeña cafetería de 17 metros cuadrados que fusiona la pastelería japonesa tradicional (wagashi) con toques occidentales (yogashi). Su especialidad son los mochis rellenos y también helados, llevando un pedazo de Japón al corazón de Buenos Aires. “San es una ventanita que da a la calle, así que es bien callejero. Es un formato que se implementó muchísimas en la época de Covid y que logró muchísima aceptación”, dice Edgar Kuda, quien lidera el proyecto de tres socios.
Una de las grandes apuestas de San Café, ubicada en Paraguay 3511, Palermo, es fusionar la comida japonesa con sabores típicos argentinos y ofrece, por ejemplo, dorayakis de crema pastelera; al igual que alfajor nikkei vegano. Además de ofrecer tés fríos.
5. Momo Manga
Momo Manga fue fundado en 2020 por Fanny Chen y Miki Chen, dos hermanas apasionadas por la animación japonesa. El café combina una amplia biblioteca de mangas que abarca desde clásicos como Naruto, Akira Sakura Card Captor y Slam Dunk hasta los títulos más actuales tales como los shonen, un género de acción, humor y compañerismo dirigido a los adolescentes varones. Es considerado el primer manga café de la Argentina porque, a diferencia de otras cafeterías con temática simiar, los visitantes -con reserva previa- pueden disfrutar de su lectura sin necesidad de comprar las publicaciones.
“Los manga cafés son muy comunes en Japón y reúne muchos fanáticos del manga y animé, así que decidimos arriesgarnos y traer nuestra propia versión adaptada a la Argentina”, comenta Fanny, una de sus dueñas. Y agrega: “Al ser un espacio de lectura y ocio, priorizamos mantener un ambiente tranquilo y ameno para leer mientras se disfruta de una rica merienda”.
Los dulces japoneses favoritos para pedir son el taiyaki, un pastel japonés en forma de pez relleno de nutella y crema pastelera, además del onigirazu, un sándwich de arroz y alga nori con huevo, pepino y repollo. También cuenta con un showroom donde pequeños emprendedores ofrecen productos relacionados con la cultura pop japonesa.
6. Taiyaki Brothers
Cada vez que alguien ingresa a la tienda Taiyaki Brothers (Ecuador 1171, Recoleta), los hermanos Fernando y Mika Akamine, sus dueños, saludan con un cálido “Irasshaiamase” (¡Bienvenidos!) y, al retirarse del local, lo despiden con un “Dōmo arigatō gozaimashita” (Muchísimas gracias). “Queremos transportar a todos por un ratito a Japón”, dice Mika con una sonrisa.
Allí se puede probar una de las comidas más tradicionales de Japón: el taiyaki. Cuentan Fernando y Mika que es un sabor que comenzó a hacerse popular en el Siglo XVIII. El nombre viene de la unión de dos palabras: “tai” (besugo) y “yaki” (a la plancha o grillado) y siempre estuvo relacionado con la buena fortuna. Se ofrece en forma de pez y como pastel, versión que luego se popularizó en las casas japonesas. Puede ser de anko, pastelera, matcha, dulce de leche, frutos rojos, nutella; y salados como el de lomito ahumado con queso.
“En 2013 iniciamos nuestro emprendimiento siendo los primeros en elaborar Taiyaki en el país”, comentan Fer y Mika. Luego de algunos viajes a Japón y guiados por los consejos y recetas de su madre, Ana Namba -hija de japoneses- los hermanos comenzaron a materializar las ganas de difundir la pastelería japonesa, algo que en ese momento no estaba muy explorado en la Argentina.
7. Ao Kuma Café
Ao Kuma Café es el sueño compartido de tres amigos apasionados por la cultura japonesa, Javier Heredia, Graciela Escobar y Eiko Servodio Sakakibara. Su visión común fue crear un espacio que rinda homenaje a Japón en el corazón de Palermo (Fray Justo Santa María de Oro 2280). Inspirados por sus viajes y experiencias con el manga, decidieron fusionar sus raíces occidentales con la gastronomía y la cultura japonesa.
El menú de Ao Kuma Café se rige según la estación y tiene opciones dulces como el melonpan -que imita al pan de leche- relleno de anko, fruta, nutella o matcha; y el cheesecake japonés tipo soufflé de vainilla, matcha o zapallo son los más destacados. Sigue el apple miso poundcake, un budín de manzana caramelizado con pasta fermentada de soja. “Usamos tés que vienen directamente de Japón y el CoffeeMatcha es una bebida que tiene el mismo porcentaje de café y matcha. Muchos vienen a tomar eso”, comenta Eiko.
El nombre “Ao Kuma” combina “ao” (azul), color que transmite calma y armonía, con “kuma” (oso), símbolo de fortaleza y conexión con la naturaleza. “El símbolo del oso azul nos representa y buscamos que sea un refugio para toda aquella persona que esté queriendo un momento de serenidad, tanto desde lo gastronómico como desde la experiencia de leer un manga”, comenta Eiko.
8. Blind Café
En el corazón de Chacarita, Fraga 316, Blind Café ofrece una experiencia que trasciende la típica visita a una cafetería. Inspirado en la filosofía zen y el concepto japonés de la hospitalidad genuina, desinteresada y desde el corazón (“omotenashi”), este espacio fusiona la creación de aromas de autor y la gastronomía de especialidad.
Con una estética que recuerda a un laboratorio de perfumes, con azulejos blancos, detalles en negro y luminoso, Blind -que significa “ciego” en inglés”- busca aplacar el sentido visual para devolver protagonismo al olfato. “Creamos Blind Café para completar una experiencia que comienza con los aromas y continúa con la degustación de nuestra gastronomía, pastelería y coctelería”, explica Adriana Lopardo, perfumista y creadora del proyecto, que en 2022 ganó el premio global a “mejor fragancia de nicho” en los Pure Global Beauty Awards con una de sus fragancias, llamada Punto.
Blind ofrece una variedad de opciones dulces exclusivas de la pastelería japonesa, entre ellos se destaca el Matcha Roll, un roll relleno de té verde relleno de anko, crema chantilly y porotos azuki espolvoreado con kinkao o harina de arroz; el dorayaki, una masa tipo pancake de chocolate y crema pastelera; y el Chocopanda, que combina mousse de chocolate blanco y negro con un bizcochuelo de chocolate.
9. Shift Coffee Store
Shift Coffee Store nació como una extensión de Shift Geek Store (Juramento 1669, Belgrano), una tienda dedicada a productos coleccionables y relacionados con el animé, esta cafetería -que hoy solo ofrece su servicio take-away- es un refugio para los fanáticos del manga y animé.
Inspirados por los mundos de Dragon Ball, Naruto, Sailor Moon y Caballeros del Zodiaco, los fundadores de Shift quisieron crear un lugar donde los “shifters” puedan encontrarse, que es la comunidad que se ha creado en torno a la tienda. “Con los años generamos una hermosa comunidad. Nos pedían que tengamos un lugar para juntarse y conocer más gente con esos mismos intereses”, cuenta
La propuesta gastronómica no se queda atrás: desde los manju con forma de Pikachu y Totoro hasta los dorayakis y las Shift cookies de los personajes más icónicos. “Tenemos una vitrina de las shift cookies y siempre atrae la mirada de quienes pasan”, comenta Yamila.