A Danielle Collins, número 11 del ranking, mundial, le tomó mucho más trabajo de lo esperado llegar a la tercera rueda del Australian Open. La estadounidense necesitó casi dos horas y media para derrotar a la local Destanee Aiava (191) por 7-6 (7-4), 4-6 y 6-2. Como era lógico, Aiava contó con el apoyo ruidoso de sus compatriotas en el Kia Arena, el cuarto estadio del complejo ubicado en el centro de Melbourne. Hasta allí, todo dentro de lo normal. Pero…

Tras concretar su victoria, Collins ensayó un festejo provocativo. Se llevó una mano al oído, en una suerte de Topo Gigio, y comenzó a tirar besitos al público de manera provocativa mientras se dirigía a la red para saludar a su rival. El público reaccionó con sonoros abucheos para la tenista estadounidense. Collins insistió con sonrisas irónicas, sopló otro par de besos a la multitud y se cacheteó la parte izquierda de la cola antes de guardar su raqueta. Lejos de mostrarse disgustada, la estadounidense pareció encantada con el papel de villana invitada.

En la entrevista post-partido, dio otro paso irónico: “Durante el partido pensaba: bueno, aquí vamos, a ganarnos un cheque grande. Con CoCo (Vandeweghe, su entrenadora, que estaba en su esquina) amamos las vacaciones de lujo. Entonces, parte del premio será destinado a ello. Gracias gente, gracias por haber venido hasta aquí a apoyarme esta noche”. Luego redobló la apuesta: “Creo que tenían muchas ganas de que ella ganara. Me parece que mucha gente estaba muy borracha, les costó controlarse y estaban muy emocionados”.

Y más tarde, cuando se le preguntó si no le incomodaba el papel de mala de la película, declaró: “Lo único que tengo que decir es buena suerte a los que intentan meterse en la piel de alguien a quien no le importa una… nada. Es un concepto genial. Desde luego, mi carrera profesional no va a durar para siempre, así que me recuerdo eso a mí misma todos los días. Lo mejor de ser tenista profesional es que mis haters, la gente que me odia, terminan pagando mis facturas. Cada persona que pagó una entrada para venir a abuchearme, le digo que lo ganado irá en su totalidad al Fondo Danielle Collins. Vengan con eso”.

Danielle cachetea su glúteo izquierdo en medio de su celebración tras vencer a la australiana Destanee Aiava

En la próxima etapa, la undécima del ranking afrontará un duelo norteamericano frente a su compatriota Madison Keys, que presumiblemente tomará el papel de favorita del público luego de la reacción de la jugadora nacida en Florida. Collins, de 31 años, tiene 4 títulos del WTA Tour y llegó a ser la séptima del mundo como mejor posición. Su mejor actuación en un Grand Slam fue precisamente en Australia, hace tres temporadas, cuando llegó hasta la final que perdió con la local Ash Barty, que anunció su retiro de la competencia pocas semanas después de esa victoria.

Collins y su celebración tras avanzar a la tercera ronda en Melbourne

Lo hecho por Collins trajo el recuerdo del desafiante gesto de Daniil Medvedev al público del US Open hace poco más de cinco años. En el torneo de 2019, el ruso recibió reprobaciones de parte de la gente al maltratar a un ball boy en un partido contra Feliciano López y luego se mostró irónico y despectivo en su discurso después de ganar: “La energía que me dieron esta noche me dio la victoria. Si no fuera por ustedes no ganaba, porque estaba cansado y con calambres. Quiero que todos sepan, cuando se vayan a dormir en sus casas, que gané gracias a ustedes. Cuanto más (abucheos) hagan, más voy a ganar”. Después de aquel encuentro caótico, que incluyó advertencias del juez de silla y gestos obscenos, Medvedev remarcó: “La atmósfera estaba eléctrica. Incluso la mala energía la necesito para convertirla en buena energía y por eso creo que gané. Después del partido hablé con Feliciano y con su coach en el vestuario les expliqué: ‘chicos, no es nada contra ustedes’. Me dijeron que me entendían”.