Existen varias enfermedades que pueden afectar la vista. Una muy común es la miopía. La persona que tiene miopía posee un ojo que es un poco más largo de lo habitual. En consecuencia, la imagen no se forma en el fondo del ojo, en la retina. Entonces la persona no ve bien de lejos, pero ve bien de cerca.

Según la Academia Estadounidense de Oftalmología la miopía ha estado aumentando desde hace varias décadas. Se estima que para 2050, casi la mitad de la población del mundo tendrá miopía.

La presbicia es otro problema de la vista en el que más de uno se puede identificar. Es la dificultad para enfocar y ver bien de cerca. Es posible comenzar a notar la presbicia poco después de los 40 años. Quizá se deba sostener a una distancia mayor lo que se está leyendo para poder leer claramente.

Otra afección común es el astigmatismo: es la visión borrosa o no clara, tanto de cerca como de lejos.

Los chequeos oculares anuales pueden detectar glaucoma, cataratas y otras enfermedades comunes - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dicho esto, lo primero que quiero recomendar es una vez al año hacer la consulta al oftalmólogo. La prevención ocupa un lugar central en el cuidado de la salud, y realizar un chequeo médico anual es una de las herramientas más efectivas para lograrlo.

Esa consulta a tiempo puede implicar detectar de forma precoz una enfermedad, cuando su forma es leve —al identificar las primeras señales— y así hacer los ajustes de hábitos de vida necesarios o iniciar un tratamiento. Cuanto antes, mejor será para nuestra salud.

El inicio del año representa un momento ideal para esta tarea. Este período brinda la oportunidad de planificar sin apuro la visita al oftalmólogo.

Un ejercicio para evaluar la visión en casa

Con alguien de su familia o amigos, párense juntos. Tome un diario, un libro, algo que tenga letras grandes y chicas. Póngalo a cierta distancia y miren todos el libro: primero las letras de arriba. Todos la ven. Las alejamos un metro. Aun las vemos todas, luego las alejamos otro metro. Y de golpe vamos a encontrar que uno de los participantes va a decir: “Ahora ya no veo tan bien”.

Se recomienda consultar al oftalmólogo desde los 40 años. Pero se debe concurrir antes si se padece diabetes, presión arterial alta o antecedentes familiares de enfermedades de los ojos - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Luego, hacer el mismo ejercicio al revés. Fíjese la distancia que tiene entre el ojo y las letras del libro y en qué momento ya están tan cerca que no las ve bien. Compare sus resultados con el de su compañero. Podemos observar que la visión se pierde muchas veces de a poco y uno no se da cuenta.

En estos casos, lo aconsejable es consultar al oftalmólogo. ¿Por qué? Por dos cosas: la primera, para ver mejor, obvio. La segunda, por si uno necesita una corrección cuando usa anteojos. Así, lo que está haciendo es cuidar su visión. Hace que la calidad de su visión no empeore y que la retina siga funcionando bien.

Si no se tienen antecedentes de enfermedades oftalmológicas de más joven, la Academia Estadounidense de Oftalmología recomienda consultar a un oftalmólogo para obtener una referencia para la detección de enfermedades oculares desde los 40 años. Pero se debe concurrir antes si se padece diabetes, presión arterial alta o antecedentes familiares de enfermedades de los ojos. Dichos exámenes pueden detectar enfermedades como el glaucoma y las cataratas.

* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.