La presión arterial alta o hipertensión es una de las enfermedades más comunes en el mundo y un factor de riesgo clave en patologías cardiovasculares. Sin embargo, recientes estudios identificaron un aliado natural para combatirla: el tomate. Esta fruta demostró tener efectos beneficiosos en su regulación, según un estudio publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology.
La investigación concluyó que consumir más de 110 gramos diarios de tomate, el equivalente a una pieza grande, puede reducir el riesgo de hipertensión en un 36% en personas que no la padecen. Además, en individuos que ya presentan presión arterial elevada, se observó una disminución significativa de los valores, especialmente en aquellos con hipertensión leve. Según los científicos a cargo de esta investigación, este hallazgo podría ser clave para reducir la dependencia de medicamentos en ciertos pacientes y fomentar estrategias de prevención mediante la alimentación.
El principal responsable de estos beneficios es el licopeno, un potente antioxidante que forma parte de la composición del tomate. Este compuesto actúa a nivel molecular de manera similar a algunos medicamentos antihipertensivos, al mismo tiempo que posee propiedades antiinflamatorias y antitrombóticas. El tomate es la principal fuente dietética de licopeno, ya que representa, aproximadamente, el 85% del consumo total de este nutriente en la población. Su absorción se potencia cuando se consume cocido o en forma de salsas.
Los datos se obtuvieron a través del ensayo PREDIMED, un estudio que incluyó a 7.447 participantes de entre 55 y 80 años, todos ellos con factores de riesgo como diabetes, tabaquismo, hipertensión y colesterol elevado, pero sin enfermedad cardiovascular previa. Durante tres años, los investigadores analizaron la evolución de su presión arterial y la aparición de nuevos diagnósticos de hipertensión. Los resultados confirmaron que el consumo habitual de tomate tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular y puede contribuir a la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial.
¿Cómo incorporar el tomate en la dieta?
Para obtener los beneficios del tomate en la reducción de la presión arterial, los especialistas recomiendan integrarlo en diversas preparaciones:
- En ensaladas: consumirlo crudo con aceite de oliva y hierbas potencia su absorción.
- En jugos o batidos: mezclado con otras verduras, como apio o zanahoria.
- En salsas y guisos: cocido y acompañado de ingredientes saludables.
- En sopas frías: se trata de una opción refrescante y nutritiva para los días de calor.
Si bien el tomate aporta beneficios significativos, los especialistas enfatizan que su consumo debe enmarcarse dentro de un estilo de vida saludable. La dieta mediterránea, caracterizada por su alto contenido en frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva, sigue siendo la mejor opción para el control de la presión arterial y la salud en general. Además, el ejercicio debe ser diario y las horas del sueño no deben ser menores a ocho.
No obstante, se recuerda que la incorporación de esta fruta debe ser analizada por un nutricionista o médico de cabecera, ya que cada persona tiene necesidades dietéticas particulares que deben ser evaluadas. Como, por ejemplo, a través del peso, la altura, la edad y problemas congénitos.