Las semillas de mandarina tienen múltiples beneficios para la salud. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La mandarina es una fruta cítrica pequeña y de sabor dulce que se distingue por su color naranja intenso y su facilidad para pelarse. Perteneciente a la familia de las rutáceas, según el artículo “La mandarina, un cítrico con muchos beneficios” de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de México, esta fruta es originaria del suroeste de China, aunque hoy en día se cultiva en varias regiones del mundo gracias a su popularidad y beneficios para la salud.

“El alto nivel de nutrientes de la mandarina nos protege contra problemas cardíacos, infecciones, anemias, alergias, diabetes y varios tipos de cáncer. Asimismo, contribuye a combatir el colesterol, estreñimiento, presión arterial, deshidratación, obesidad y estrés” menciona.

Este cítrico es rico en vitaminas C, B1, B2 y B6, flavonoides, betacaroteno y zinc, también contiene potasio, calcio y magnesio. Estos compuestos pueden contribuir a la protección de células contra el envejecimiento prematuro, según datos de la SADER.

Uno de los aspectos menos conocidos de esta fruta son sus semillas, que generalmente se desechan. Sin embargo, pueden aprovecharse para obtener ciertos beneficios, ya que contienen compuestos bioactivos y pequeñas cantidades de aceites esenciales que podrían contribuir a la salud en ciertos aspectos.

Además, al optar por consumir las semillas de mandarina, se fomenta el hábito de no desperdiciar ninguna parte de la fruta, promoviendo un enfoque más sostenible y completo hacia la alimentación.

Según la SADER, en México, la producción anual de mandarina en 2016 fue de casi 270,000 toneladas, siendo los estados de Veracruz, Puebla y Nuevo León los principales productores de este fruto.

¿Cómo incluir semillas de mandarina en la dieta?

Las semillas de mandarina suelen descartarse al consumir la fruta, pero contienen ciertos nutrientes que pueden aprovecharse de diversas maneras. Estas son cinco formas de consumirlas, junto con algunos de los beneficios potenciales que ofrecen.

  • Moviéndolas en polvo: las semillas de mandarina pueden secarse y luego moler hasta obtener un polvo fino. Este polvo puede añadirse a batidos, yogur o espolvorear sobre ensaladas. El consumo de las semillas en polvo aporta antioxidantes, como la vitamina E, que contribuyen a la protección celular contra el daño oxidativo.
  • Infusión de semillas: hervirlas para preparar una infusión es una forma sencilla de consumir sus nutrientes. Al ser ricas en fibras y compuestos antioxidantes, esta infusión puede ayudar a mejorar la digestión y a fortalecer el sistema inmunológico.
  • En aceite esencial: al extraer el aceite esencial de las semillas se obtienen ácidos grasos saludables y antioxidantes. Este aceite puede utilizarse en pequeñas cantidades en ensaladas o platos fríos, y es beneficioso para la salud de la piel debido a su contenido de vitamina E y compuestos antiinflamatorios.
  • Agregadas a batidos o jugos: al triturarlas y mezclarlas directamente en batidos, se pueden aprovechar sus propiedades sin modificar demasiado el sabor. Contienen ácido linoleico, un ácido graso esencial que puede ayudar a reducir el colesterol y a mejorar la salud cardiovascular.
  • En polvo añadido a postres: molidas pueden incorporarse en pequeñas cantidades a postres, como pasteles o galletas, para aprovechar su contenido de fibra y antioxidantes. Esta fibra ayuda a mejorar la digestión y aporta sensación de saciedad, lo que es útil para quienes buscan mantener el control de peso.

Es importante señalar que el consumo de las semillas de mandarina debe ser moderado, ya que algunas personas pueden presentar sensibilidad a sus componentes. Además, las semillas deben estar bien trituradas o molidas para evitar riesgos de asfixia.

Las semillas de mandarina contienen ácido linoleico, un ácido graso esencial que puede ayudar a reducir el colesterol y a mejorar la salud cardiovascular.

Beneficios de la mandarina durante el embarazo

Según el artículo “Mandarina: nutrientes envueltos en sabor” de la Fundación Española del Corazón, la mandarina es muy recomendable durante el embarazo por su alto contenido en ácido fólico, un nutriente esencial para el desarrollo del bebé.

Este compuesto ayuda en la formación de células, previene malformaciones como la espina bífida y contribuye a la salud del sistema nervioso del feto. Además, su fibra es beneficiosa para las futuras madres, ya que puede aliviar el estreñimiento, algo común en esta etapa. También ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y reduce la absorción de colesterol, lo cual es positivo tanto para la salud de la madre como para la del bebé.

Sin embargo, es importante consultar a un especialista antes de incluir las semillas y el fruto de la mandarina en la dieta.