Dumping chino. El caso de Perú pone de manifiesto las tensiones entre las grandes economías y los países en desarrollo, que a menudo se ven afectados por prácticas desleales en el comercio global. Créditos: composición/Infobae Perú

La represalia de Pekín contra los nuevos aranceles de Trump no se hizo esperar. China ha mostrado su rechazo frontal a la “acción errónea” de Estados Unidos de imponer aranceles adicionales del 10% a sus productos, por lo que presentará una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y tomará contramedidas para salvaguardar sus derechos e intereses.

Sin embargo, China es uno de los países más encausados en el mundo por aplicar malas prácticas comerciales conocidas como dumping, incluyendo en Perú. El dumping, castigado por la OMC, consiste en vender un producto en un país extranjero a un precio menor del que se vende en el país de origen, en muchos casos por subsidios o incumplimiento de reglas laborales o ambientales.

Sectores como el textil, confecciones, calzados, aceros y plásticos en el Perú han resistido la arremetida del “made in China” durante muchos años debido a estas prácticas.

Recientemente, el Indecopi inició una investigación por la llegada de cierres de cremallera chinos a través de Indonesia y Tailandia, luego de que en 2022 se aplicaran barreras arancelarias para su importación desde Malasia y Taiwán, en un intento chino por sortear a la autoridad peruana.

Pero la acometida comercial china no termina ahí, pues solo en enero de 2025, el organismo regulador inició nuevas investigaciones sobre presuntas prácticas de dumping respecto a las exportaciones al Perú de alambron de acero sin alear, tubos de acero y lavaderos de acero inoxidable. Contrastes que preocupan.

Aunque China defiende su postura ante la OMC, las investigaciones en curso en Perú podrían reforzar las críticas hacia su modelo de comercio exterior. La disputa arancelaria con Donald Trump y EEUU puede motivar nuevas luces sobre su rol en el intercambio internacional.

China y el puerto de Chancay: ¿desarrollo económico o amenaza comercial?

En 2017, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), bajo la presidencia de Andreas von Wedemeyer, presentó un estudio en el que señalaba un retroceso en la aplicación de medidas antidumping en el Perú. La década previa a dicha investigación estuvo marcada por un avance de estos mecanimos de protección en el mundo, que pasaron de 1.214 a 1.586 (+31%); mientras que, en el Perú, cayeron de 34 a 9 (-74%).

Actualmente, el gremio industrial más poderoso del país se encuentra elaborando un estudio respecto a las políticas de expansión comercial de China en el Perú antes de sentar nuevamente posición.

Jesús Salazar Nishi, expresidente de la SNI y hoy líder del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible (IDIS), refiere que el dumping ha tenido un impacto devastador en diversas industrias peruanas. En el sector del calzado, por ejemplo, la industria nacional ha experimentado una caída sostenida durante los últimos 20 años, afectando especialmente a los emprendedores del emporio de Trujillo.

Asimismo, en el sector textil, se estima que al menos 30.000 unidades de negocio en Gamarra, uno de los principales polos comerciales del país, han cerrado en los últimos dos años debido a la competencia desleal de productos importados a precios extremadamente bajos. Pero el dumping no solo ha golpeado al calzado y al textil, sino también a otros sectores como el de los plásticos y la metalmecánica.

Jesús Salazar, presidente del IDIS. En el Perú sectores como el textil-confecciones, calzados, aceros, plásticos, entre otros, enfrentan actualmente esta severa competencia desleal, lo que ha llevado que muchas empresas cierren o reduzcan significativamente su producción.

De Trujillo a Gamarra: el dumping que destruye la industria peruana

Salazar explicó que muchos empresarios del sector plástico han optado por cerrar sus fábricas y dedicarse a la importación de productos, ya que resulta más rentable comercializar bienes extranjeros que fabricarlos localmente. Según detalló a Infobae Perú, en algunos casos, los productos importados llegan a precios incluso más bajos que el costo de la materia prima, lo que resulta incomprensible dado que estas materias son commodities con precios internacionales estandarizados.

En el sector metalmecánico, la situación no es diferente. Salazar advirtió que la llegada de productos a precios dumping podría agravarse con la expansión del megapuerto de Chancay, especialmente si no se implementan políticas activas para proteger a la industria manufacturera local. “Si el puerto se utiliza únicamente para recibir más contenedores sin medidas que fomenten el desarrollo industrial, el mercado nacional se volverá aún más complejo”, alertó el experto.

El desafío de Indecopi. La investigación en Perú y las acciones de China ante la OMC reflejan las complejidades del comercio internacional en un contexto de crecientes tensiones entre las principales economías del mundo.

China, dumping y las políticas del “Imperio” que se importan por Chancay

Por su parte, Jorge Manco Zaconetti, investigador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), destacó que la influencia de China en Perú no es reciente, por lo que consideró que el Perú ha sido demasiado “complaciente”. Desde la privatización de Hierro Perú en 1992, el gigante asiático ha consolidado su presencia en diversos sectores estratégicos del país.

Manco recordó que la empresa china Shougang Hierro Perú adquirió la compañía por 125 millones de dólares, un monto que incluía el puerto San Nicolás, considerado un activo clave por su calado de 18 metros, superior al del puerto de Chancay.

Jorge Manco, investigador de la UNMSM. Para defender al mercado de esta práctica desleal, la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite corregir la diferencia entre un precio dumping y uno en condiciones de competencia mediante derechos antidumping.

El investigador señaló que el dumping no es exclusivo de Perú, ya que países como Argentina y Colombia también han recibido acero chino a precios por debajo del costo de producción. Incluso Brasil, con su poderosa industria siderúrgica, enfrenta dificultades para competir con los productos chinos. Según Manco, estas prácticas forman parte de una “estrategia de expansión económica e imperial de China”, respaldada por un fuerte financiamiento estatal.

Dumping asiático: el arma silenciosa que golpea al Perú

Manco señala que China se ha convertido en el principal socio comercial de Perú, representando el 34% de las exportaciones nacionales en 2022. Si se suman otros países asiáticos como Japón, Corea del Sur e India, Asia concentra el 50% de las exportaciones peruanas, mientras que Estados Unidos apenas alcanza el 17%.

“Esta creciente dependencia de los mercados asiáticos genera preocupación, especialmente ante la posibilidad de que Estados Unidos imponga altos aranceles a las exportaciones peruanas debido a su estrecha relación con China”, relata el investigador.

Manco también advirtió que la segunda etapa del megapuerto de Chancay, que requerirá una inversión adicional de 2.000 millones de dólares, permitirá la llegada de buques de más de 100.000 toneladas de peso muerto, con capacidad para transportar hasta 22.000 contenedores. Aunque se espera que estos barcos lleven productos terminados y agrícolas peruanos al extranjero, existe el riesgo de que el puerto se convierta solo en una puerta de entrada para más productos chinos, exacerbando las prácticas de dumping.

La disputa entre Estados Unidos y China no solo afecta a estas dos potencias, sino que tiene repercusiones en el comercio global. En el corazón de la controversia, Perú y el megapuerto de Chancay.

Falta de políticas industriales y el futuro de la manufactura peruana

La práctica del dumping no solo ha debilitado sectores clave de la economía, sino que también ha generado un impacto social significativo, con la pérdida de empleos y el cierre de miles de negocios. Esta situación plantea la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger a los productores locales y garantizar condiciones de competencia justa en el mercado.

El caso de Perú es un ejemplo de cómo las prácticas comerciales desleales pueden afectar gravemente a las economías locales, especialmente en países en desarrollo. La experiencia de sectores como el calzado, el textil y el plástico pone de manifiesto la importancia de implementar políticas que promuevan la sostenibilidad de la industria nacional y protejan a los emprendedores frente a la competencia desleal.