HOUSTON.– Con una presencia reducida de funcionarios argentinos, hoy comenzó la conferencia de energía más importante del mundo. La CERAWeek by S&P se lleva adelante todos los años en esta ciudad y congrega a los ejecutivos de las mayores empresas petroleras y a los proveedores de la industria, que se reúnen en el hotel Hilton Americas para intercambiar ideas y cerrar negocios.
En representación del gobierno argentino está el ministro coordinador de Energía y Minería, Daniel González, quien aprovechó el día para reunirse con las productoras independientes de Estados Unidos. Estas son las empresas que impulsaron el desarrollo del sector no convencional en la cuenca local del Permian, de la cual Vaca Muerta importó la tecnología del fracking para romper la roca y extraer gas y petróleo de una manera económicamente rentable, algo impensado hace 15 años. En la Argentina hay presencia de las grandes productoras del mundo, como Chevron y Shell, pero el Gobierno busca también atraer a las pymes estadounidenses.
González será entrevistado mañana en una de las salas de la conferencia, en un panel denominado La historia de la transformación de Argentina. Hablará justo después de la exposición que hará Magda Chambriard, la CEO de Petrobras, la empresa estatal brasileña, que todos los años procura tener presencia en esta conferencia. El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, si bien también está en Houston, no expondrá en la CERAWeek, donde en general hay que pagar un patrocinio para disertar.
En líneas generales, la presencia argentina es marginal en la conferencia, pese a que el país se ilusiona con la exportación de gas natural licuado (GNL) y de petróleo en los próximos años. Sin embargo, en la apertura de las exposiciones, tanto el CEO de Chevron, Mike Wirth, como el de Shell, Wael Sawan, mencionaron su presencia en la Argentina.
Mike Wirth destacó la producción de petróleo de Chevron en el Permian, que supera el millón de barriles diarios, y mencionó los 400.000 barriles que produce en Kazajistán. En la Argentina, si bien produce apenas 50.000 barriles por día, el CEO mencionó su presencia, pero evitó nombrar a Venezuela, donde actualmente Chevron produce más de 250.000 barriles. Esto se debe a que la operación actualmente está en suspenso, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cancelara la licencia para producir y le otorgara a la compañía 30 días para retirarse. Las autoridades de Chevron, sin embargo, están negociando con el gobierno estadounidense para extender ese plazo a seis meses.
La petrolera tiene en Buenos Aires la base de operaciones para Brasil, Colombia, Surinam y Venezuela, además de contar con uno de los dos centros de servicios compartidos que tiene la empresa en el mundo (la otra sede está en Manila, Filipinas). Estos centros prestan servicios a toda la organización. En total, Chevron tiene en la Argentina alrededor de 1400 empleados, de los cuales 250 trabajan en la operación petrolera (upstream) y el resto brinda servicios.
La empresa cumplió en noviembre pasado 25 años desde que opera en el país. En 1999 hizo su ingreso al mercado local al comprar por US$1000 millones la empresa San Jorge, que en ese entonces era el segundo exportador de crudo del país (producía 78.000 barriles diarios de petróleo y 40 millones de metros cúbicos de gas).
Más de 10 años después, en 2013, Chevron anunció un acuerdo con YPF para iniciar la exploración y producción de petróleo en el yacimiento Loma Campana, en Vaca Muerta, que hoy es el mayor campo no convencional del país, con una producción de 88.000 barriles diarios.
En el caso de Shell, el CEO Wael Sawan habló sobre la producción de gas natural licuado (GNL), ya que la empresa es una de las mayores productoras del mundo, y mencionó el acuerdo reciente que firmó con YPF para estudiar la posibilidad de exportar desde la Argentina. Shell tiene presencia en Canadá y Perúy, donde está la única planta de gas natural licuado de Sudamérica.
En diciembre pasado, YPF y Shell firmaron un acuerdo para avanzar en el desarrollo de la primera fase del proyecto Argentina LNG, que es el paso previo a tomar la decisión de ingresar a la etapa de ingeniería y diseño –Front-End Engineering and Design (FEED)–. La idea de ambas empresas es lograr en una primera fase una capacidad de licuefacción de 10 millones de toneladas al año (MTPA), equivalente a 47 millones de metros cúbicos diarios de gas (m3/d), el 30% de la producción actual argentina.
La planta de GNL implicaría una inversión total de la industria de alrededor de US$30.000 millones, de los cuales US$20.000 millones equivalen al desarrollo que generará la construcción de gasoductos de 580 km de extensión hasta una terminal de procesamiento y licuefacción, que será construida en Sierra Grande, Río Negro, en las costas del océano Atlántico.