Ricardo Arriazu habló públicamente esta semana y proyectó un crecimiento de la economía de 5,2% para el año próximo, con una inflación anual en torno al 20%. También dijo que el piso de la actividad ocurrió entre marzo y abril, mientras que la mayor caída del consumo se dio en junio pasado. El economista felicitó al Gobierno por haber estabilizado la macro, pero indicó que ahora comienza la época de crecer y que para eso hacen falta varias reformas.

“La recuperación se dio en el momento preciso. El piso de actividad fue entre marzo y abril para el PBI, y en junio para el consumo. Hacia fin de año vamos a estar con crecimiento interanual. Está comenzando a subir la inversión, pero no basta. Ahora viene la etapa dura de las reformas estructurales, donde se tocan los privilegios. Ahí es donde la gente va a comenzar a protestar y van a haber un montón de quejas. Pero el país no tiene otra alternativa que hacerlo”, dijo Arriazu, en una charla que organizó la Cámara Franco Argentina.

“En ninguno de los otros dos periodos de estabilidad, como el plan Austral y la Convertibilidad, no se hicieron los fondos anticíclicos, ni se hicieron las reformas estructurales. Esperemos que esta vez las hagamos”, aconsejó.

El economista dijo que “parecería que estamos bien”, que la inflación bajó y ya convergió al tipo de cambio. “Para que siga bajando la inflación, hay que disminuir la tasa de devaluación, algo que ya anunció el Presidente”, señaló, y estimó un ritmo de crawling peg de 1,5% mensual para el próximo año. “Si mantienen todos los equilibrios, la tasa de inflación va a seguir bajando. El año que viene, la economía va a crecer 5,2%”, dijo.

Sin embargo, contextualizó que aun con el crecimiento proyectado para 2025, la actividad estará en el mismo nivel que a principios de 2023. “O sea que lo único que hicimos es un rebote. Luego viene la etapa del crecimiento. Para crecer, hay que aprovechar todos los recursos que tiene la Argentina y las ventajas que nos da en este momento el mundo. La Argentina tiene recursos energéticos por 13 veces el PBI. Podemos multiplicar por cuatro la producción, pasar a exportar US$30.000 millones para 2030. La Argentina tiene el 70% de la Cordillera de los Andes. Es imposible que todos los minerales estén del otro lado. La Argentina tiene cobre y tiene muchas reservas de plata en Chubut. También tenemos la agricultura, la industria del conocimiento y quién sabe qué otras cosas que están tapadas por todas las regulaciones argentinas”, se preguntó.

Ricardo Arriazu

En este sentido, dijo que el país “ya ha tenido muchas veces estas oportunidades y siempre por falta de sentido común la hemos desaprovechado”. Esta vez, “comenzamos bien”, puesto que “la recuperación es mucho más rápida de lo pensada” y que la inflación también bajó más rápido de lo que se creía. “Yo esperaba 140% para este año, cuando el FMI decía 250%, y va a terminar en 120%. El año que viene nuestro pronóstico es 20% de inflación”, proyectó.

“La Argentina tiene que restaurar los equilibrios macroeconómicos para evitar las grandes crisis y eliminar el famoso costo argentino para que la Argentina pueda desarrollar en forma plena su capacidad”, agregó.

También volvió a destacar que en los últimos 44 años, la Argentina tuvo crecimiento negativo 20 años. “Cada año negativo coincidió con una crisis de balanza de pagos. Toda la gente dice que tenemos un problema estructural de falta de divisas, pero no es así. La cuenta corriente es negativa porque gastamos de más y perdemos reservas porque emitimos de más. Si no gastamos de más y no emitimos de más, no tenemos ni déficit de cuenta corriente, ni pérdida de reservas. Ese fue mi gran debate en la segunda parte de este año, donde la gente decía que íbamos a perder reservas por la apreciación de la divisa, y eso no tiene nada que ver, es un fenómeno monetario. La acumulación de reservas es la diferencia entre los pesos que la gente quiere y los pesos que yo emito de origen interno”, explicó.

Qué pasará con el cepo

Al referirse al cepo, dijo sin metáforas que lo odia, pero realizó una advertencia. “Odio el cepo, pero odio mucho más el colapso social que se produciría si se lo saca a destiempo. Con US$40.000 millones por importaciones no pagas que había en diciembre pasado y US$11.000 millones de reservas netas negativas, si ustedes hubieran sacado el cepo y puesto la flotación, habríamos tenido hiperinflación automática. Soy partidario de ir sacando el cepo de a poco. La Argentina no se puede dar el lujo de equivocarse, no puede estar un paso adelante, un paso atrás, solamente hay que hacerlo cuando tengamos confianza y seguridad”, dijo.

Luego señaló que “es falso que no se pueda crecer”, aunque admitió que sin cepo se podría crecer más. “Para las inversiones está en RIGI [Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones]. Pero si ustedes tienen que el sector industrial tiene 62% de ocupación de la capacidad instalada, ¿quién va a invertir hasta que no se recupere la demanda? Los que van a invertir son los que están invirtiendo, que es energía, minería, pero nos hemos encontrado con la sorpresa de algunas inversiones industriales. Esto está comenzando. Está claro que podríamos crecer mucho más sin cepo, pero eso de que no se puede crecer sin cepo es mentira”, aclaró.

Por último, se refirió a la confianza que hay en el país de los propios inversores argentinos. “Hoy en día todo el mundo habla de carry trade. Ustedes pueden comprar una letra a un año al 4% y si creen que la devaluación va a ser la que yo creo y la que dice el Gobierno, de 1,5% mensual, están ganando 2,5% mensual en dólares. Ahora es interesante. Los que están aprovechando esto hasta ahora son los argentinos. Los extranjeros todavía están con muchas dudas sobre la Argentina. ¿Se imaginan el potencial si la Argentina hace las cosas bien?”, cerró.