Jannik Sinner parece una máquina sin sentimientos ni titubeos, diseñada para abatir. El número 1 del mundo avanza y avanza con un juego de otra dimensión. Desde hace casi un año ostenta un nivel tan alto de tenis que es capaz de desmoralizar a cualquiera que se le interponga, incluso a un top 10, como fue -en este caso, en Melbourne- el australiano Alex de Miñaur, el número 8 del tour. El italiano agotó a su contrincante, lo derrotó por 6-3, 6-2 y 6-1 (en menos de dos horas) y avanzó, por segundo año consecutivo, a las semifinales del Abierto de Australia, donde defiende la corona.
Sin rastros de los temblores que lo afectaron -y llamaron la atención- en su triunfo de la cuarta ronda frente al danés Holger Rune, Sinner exhibió un juego brillante, atiborrado de tiros ganadores y quiebres. Se encumbró en el italiano con más semifinales individuales de Grand Slam, igualando un registro establecido por el emblemático Nicola Pietrangeli en 1964, todavía en tiempos amateurs. “Sé que muchos vinieron a verlo (a De Miñaur), por eso quiero agradecer al público por ser tan justo. Nos conocemos bien con Alex, jugamos mucho el año pasado. Trabajamos en comprender el juego de cada uno. Este tipo de partidos pueden irse muy rápido y ser cambiantes. Pero estoy muy satisfecho por mi actuación”, dijo Sinner, al pie del court, charlando con Jim Courier, exnúmero 1 del mundo.
Claro: la caída de De Miñaur vuelve a frustrar al tenis aussie. Catorce australianos integraron el cuadro individual masculino del primer grande de la temporada, pero ya no queda ninguno de pie. De Miñaur, de padre uruguayo y madre española, buscaba ser el primer semifinalista local en el Australian Open desde que Lleyton Hewitt fue finalista en 2005, pero se quedó en el camino. La australiana es una de las federaciones que mayor presupuesto tiene y que mejor trabaja a nivel desarrollo, sin embargo sigue esperando por un campeón local. Mark Edmondson, en 1976, fue el último. Demasiado tiempo…
Sinner, obviamente, no se detiene en la estadística ajena. El jugador de 23 años, nacido en San Candido (en la provincia de Bolzano), sigue escribiendo su propia historia. “Ayer (el día después del triunfo con Rune) no fue un día fácil. Jugué una hora y media con mi entrenador. Pero cuando sos joven uno se recupera muy rápido. Me gusta dormir. Descansar, para mí, es básico; tengo poco que hacer para que me distraiga”, expresó el europeo. Su dominio ante De Miñaur es de alto impacto: lo derrotó las diez veces que lo enfrentó. Es más: el nacido en Sydney únicamente pudo ganarle un set (en Sofía 2020).
El jugador entrenado por el italiano Simone Vagnozzi y el australiano Darren Cahill (además tiene al fisioterapeuta argentino Ulises Badio en su equipo) ganó sus últimos 18 partidos y, desde que cayó en los cuartos de final de Wimbledon 2024, apenas padeció dos derrotas. ¿Cuál será el próximo desafío de Sinner? El estadounidense Ben Shelton (20°), que venció al italiano Lorenzo Sonego por 6-4, 7-5, 4-6 y 7-6 (7-4). Los impactantes saques del norteamericano de 22 años serán un reto conocido para el italiano, que domina por 4-1 el historial.
El tenis, uno de los deportes que mayor trascendencia le da a los registros, tiene a Sinner con la clara aspiración a ser el quinto hombre de la Era Abierta capaz de ganar tres títulos consecutivos de Grand Slam sobre superficie dura. El italiano, campeón de Australia y del US Open en la temporada pasada, añora revalidar el trofeo en el Melbourne Park el domingo y seguir los pasos de leyendas como Roger Federer (5), Novak Djokovic (3), Ivan Lendl (3) y John McEnroe (3). ¿Alguien podrá frenarlo?