En la víspera del aniversario de Lima, la Plaza de Armas de la ‘Ciudad de los Reyes’ suele llenarse de peruanos que residen en la capital, muchos de ellos llegados de distintas partes del país en busca de mejores oportunidades laborales, acceso a educación o una vida más próspera.
Desde la tarde del 17 de enero, personas de distintas edades se reúnen en la plaza bajo un sol que enciende el espíritu festivo. A medida que las horas transcurren, la multitud aumenta, y entre ellos se pueden ver turistas extranjeros, quienes, probablemente atraídos por el aniversario de la ciudad, eligieron viajar al Perú para participar en esta celebración.
Una muestra representativa de Lima se reúne en la plaza, esperando el momento en que el cantante o la orquesta interpreten las melodías que harán disfrutar a muchos. En el documento “Situación de la Población Peruana 2024: Una mirada de la diversidad étnica” del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se presenta la proyección de población realizada por el órgano rector: 10 millones 292 mil 408 personas habitan en Lima Metropolitana.
En cada aniversario no faltan los fuegos artificiales, que iluminan el cielo al marcar las 00:00 horas. El cielo de Jauja podría haberse llenado de luces en celebración del aniversario de la capital del Perú si Francisco Pizarro no hubiera tenido múltiples motivos para cambiar la sede de la Gobernación de Nueva Castilla.
Un vistazo a la historia de Lima
En el siglo XVI, durante su expedición hacia la ciudad del Cusco, Francisco Pizarro decidió fundar una ciudad que funcionara como capital de los territorios recién descubiertos. De esta manera, el 25 de abril de 1534, estableció Jauja, aprovechando el amplio valle en el que se ubicaba.
Hay una versión sin fundamento que sostiene que Pizarro abandonó Jauja tras escuchar un rumor sobre una insurrección indígena. De esta afirmación surge solo una pregunta: ¿acaso sintió miedo? En el libro “Pizarro el fundador” de Raúl Porras Barrenechea, se esclarece esta duda y se exploran los motivos que llevaron al conquistador a fundar la ‘Ciudad de los Reyes’ en lo que hoy conocemos como el Centro Histórico de Lima.
“El traslado de Jauja a Lima, originado después, por otros motivos, no significa de manera alguna, el abandono o miedo de la lucha por parte del conquistador. Tal podría decirse si los españoles hubieran abandonado el Cuzco. Pero al mismo tiempo que se fundaba Lima, partió Almagro con 500 hombres hacia el Cuzco”, escribió el destacado historiador Porras Barrenechea.
El 18 de enero de 1535, Pizarro fundó la capital bajo el nombre de ‘Ciudad de los Reyes’, en homenaje a la festividad cristiana de la Epifanía (una celebración que la Iglesia católica conmemora el 6 de enero en honor a la adoración de los Reyes Magos). Este lugar se convirtió en la capital del Virreinato del Perú, y en el principal núcleo administrativo y comercial de América del Sur durante la época colonial.
Respecto a las razones que llevaron a Pizarro a abandonar Jauja y establecer una nueva capital en la costa, el historiador Raúl Porras Barrenechea presentó diversos argumentos.
“La primera razón del cambio de sede de la ciudad, fue, como se ha visto, el deseo de disminuir las cargas de los indios. Todo el transporte entre Jauja y Pachacamac ―cuarenta leguas de ascensión penosa― tenía que hacerse a hombro de los indios. Esta fue la primera alegación de Pizarro contra la capitalidad de Jauja ante el Cabildo de ésta”, indicó.
El historiador también señaló otra razón vinculada a la posible pérdida del territorio conquistado: “Otra motivación momentánea, pero decisiva de la fundación fue el peligro de Alvarado. Otras armadas podían merodear por la costa y desembarcar en ella sin que el conquistador lo supiere en su retiro andino de Jauja. Es el prefundador de Lima, Nicolás de Ribera el Viejo, quien dice que fue de Xauxa a la costa ‘porque se tuvo noticia que venía de onduras don Pedro de Alvarado a meterse en este reino’”.
Además de protegerse de amenazas externas, la ‘Ciudad de los Reyes’ se fundó cerca del mar para facilitar el comercio y las actividades comerciales.
Tras la fundación de la nueva capital, se realizaron diversas actividades en el lugar que hoy conocemos como la Plaza de Armas de Lima. Pizarro colocó en el centro del terreno destinado a la Plaza Mayor el rollo o picota, símbolo de autoridad y justicia. Junto con Nicolás de Ribera, Diego de Agüero y Francisco Quintero, trazó el diseño de la ciudad en forma de cuadrícula.
En el libro “El damero de Pizarro. El trazo y la forja de Lima” de Reinhard Augustin Burneo, se hace referencia al diseño de la ciudad. “Al ver lo dilatado de las cuadras y las calles que mandó trazar, Pizarro debió sentirse satisfecho de las amplias proporciones que les dio: las 117 manzanas o islas de su damero eran cuadrados regulares, con 450 pies por lado, y separadas por calles de 40 pies de ancho (…)”, se lee.
En su calidad de fundador y gobernador, Pizarro se reservó una manzana completa ubicada al norte de la plaza, entre este punto central y el río Rímac. Actualmente, este terreno es ocupado por el Palacio de Gobierno.
En agosto de 1536, las fuerzas de Manco Inca, hijo de Huayna Cápac y de la ñusta Mama Runtu, cercaron la recién establecida ciudad. Sin embargo, los españoles, junto a sus aliados indígenas y liderados por el propio Pizarro, lograron vencer a los atacantes. “(…) los indios cercaban Lima, y el gesto de Pizarro, ante el temor de algunos vecinos, es el de enviar los buques fuera del puerto, como signo de su voluntad de permanecer”, contó Porras Barrenechea.
El 3 de noviembre de 1536, la Corona Española reconoció oficialmente la fundación de Lima. Posteriormente, el 7 de diciembre de 1537, el emperador Carlos I de España otorgó un escudo de armas a la ciudad.
El escudo, en campo azul, presenta tres coronas de oro dispuestas en triángulo, con una estrella dorada encima de ellas. Además, alrededor del escudo hay letras de oro que dicen: ‘Hoc signum vere regum est’, en campo colorado. En la parte superior hay dos águilas negras coronadas con oro; ellas se enfrentan entre sí y abrazan las letras I y K, las cuales se ubican debajo de una estrella dorada.
Durante los siguientes años, la ‘Ciudad de los Reyes’ consolidó su prestigio al ser designada como capital del virreinato en 1542. La ciudad se convirtió en el centro administrativo y cultural más importante del Imperio español en el Nuevo Mundo.
La época colonial duró alrededor de 300 años. Durante este tiempo, Lima fue el centro administrativo más importante del territorio bajo control español. Sin embargo, a medida que los movimientos independentistas tomaron fuerza en América del Sur, como los liderados por Simón Bolívar y José de San Martín, la región comenzó a luchar por su independencia. Finalmente, el 28 de julio de 1821, el Perú proclamó su independencia, marcando el fin del Virreinato del Perú y el inicio de una nueva etapa como nación autónoma.