El dictador Nicolás Maduro se posesionó en la Presidencia de Venezuela, a pesar de que la oposición reveló las actas electorales que evidencian que hubo fraude y que el verdadero ganador sería Edmundo González. La ceremonia fue motivo de revuelo a nivel internacional por la asistencia de jefes de Estado y de representantes de varios países, que estarían respaldando los cuestionables resultados de la contienda electoral.
Entre las personas que llegaron al acto de posesión del dictador está el embajador de Colombia en Venezuela, Milton Rengifo. Pese a que el presidente Gustavo Petro se abstuvo de asistir, al considerar que las elecciones en Venezuela no fueron libres, políticos colombianos criticaron el hecho de que hubiera un representante colombiano en la ceremonia de juramentación de Maduro.
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Tanta fue la indignación, que algunos congresistas aseguraron que existe la posibilidad de que el canciller Luis Gilberto Murillo sea llamado a control político por haber avalado la asistencia de un representante de Colombia en el acto de posesión. Incluso, no descartaron recurrir a una moción de censura.
Además, el hecho de que el primer mandatario haya decidido mantener las relaciones diplomáticas con Venezuela, a pesar de que hay evidencias de un posible fraude electoral, causó polémica. De acuerdo con algunos políticos, resulta contradictorio reconocer que las elecciones presidenciales no fueron democráticas, y, al mismo tiempo, sostener duchas relaciones bilaterales.
Así lo explicó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, en su cuenta de X. “Es una gran contradicción mantener relaciones diplomáticas con un Dictador como Maduro. Lo que usted está haciendo Presidente Gustavo Petro es lanzándole un salvavidas más a su amigo Maduro. No va a su posesión, pero mantiene relación con él. No va, pero lo reconoce de manera implícita como mandatario. Y sí, que los liberen a todos”, sostuvo.
No obstante, hay quienes cuestionan la postura de Gutiérrez y de otras personas que rechazan la decisión de Colombia con respecto a la crisis política en Venezuela. Uno de ellos es el congresista Alfredo Mondragón, del Pacto Histórico, que señaló a los contradictores de estar detrás de la caída de la reforma laboral que impulsa el Gobierno nacional en el Congreso de la República.
A su juicio, aquellos que exigen al presidente romper relaciones con el vecino país y, además, cerrar las fronteras, están desconociendo los beneficios que brinda la iniciativa a los migrantes venezolanos que llegaron a suelo colombiano esperando tener una mejor calidad de vida y ayudar a sus familias. Según explicó, el proyecto pretende reglamentar la contratación de población migrante para que pueda tener condiciones laborales dignas.
“Dicen proteger a los venezolanos, pero tratan con desprecio y odio a los migrantes. Nuestra solidaridad no será de la artificial hipocresía”, aseveró Mondragón.
Al igual que Mondragón, en su momento, la representante a la Cámara María Fernanda Carrascal, también del Pacto Histórico, respaldó la postura del Gobierno colombiano, insistiendo en que no se debe intervenir en sus asuntos internos – como confirmó el presidente Gustavo Petro –, y tampoco romper las relaciones diplomáticas entre las partes. De hecho, el primer mandatario calificó esa decisión como una “brutalidad enorme”.
De acuerdo con la congresista de izquierda, son muchos los asuntos que se verían afectados con la ruptura de relaciones, lo cual tendría serias implicaciones tanto para Colombia como para Venezuela.
“Están ignorando olímpicamente los intereses en juego. Proponen una política suicida que no considera las profundas interdependencias entre nuestras sociedades y las graves consecuencias que esto tendría para la población de ambos países, consecuencias que ya experimentamos durante 4 años por una decisión obtusa y sumamente ideologizada del gobierno Duque”, aclaró.
