90F, también conocida como

En el inhóspito y majestuoso paisaje del Parque Nacional Yellowstone, Estados Unidos, habitó una líder indiscutible, una loba cuyas hazañas la consagraron como un ícono de la vida salvaje.

La loba, conocida popularmente como la “Reina de los lobos”, una de las figuras más emblemáticas del ecosistema del parque protagonizó una historia marcada por desafíos.

Con una extraordinaria capacidad de liderazgo se convirtió en objeto de admiración para investigadores y visitantes de todo el mundo.

Un ícono de la vida salvaje

La loba 907F, una de las figuras más emblemáticas del ecosistema del Gran Yellowstone, falleció tras sufrir heridas en una pelea con una manada rival el pasado 25 de diciembre.

Este emblemático ejemplar, reconocido por su longevidad y liderazgo, alcanzó los 11,8 años, una edad extraordinariamente avanzada para un lobo salvaje, considerando que el promedio de vida de estos animales en el parque es de entre 3,5 y 4 años.

El incidente que marcó el final de su vida ocurrió el 22 de diciembre, cuando su manada, Junction Butte, se encontró con la manada Rescue Creek en la zona de Little America, al oeste de Slough Creek.

La manada Rescue Creek, que usualmente reside al sur del río Yellowstone, cruzó hacia el norte y se topó con la manada de 907F mientras esta se alimentaba de los restos de un bisonte, según explicó Taylor Rabe, investigadora del Proyecto de Lobos, Pumas y Alces de Yellowstone, al medio Cowboy State Daily. La confrontación por territorio resultó en un enfrentamiento que dejó a la loba gravemente herida.

Aunque sobrevivió inicialmente al ataque, sus heridas fueron fatales. El collar de radio que portaba continuó emitiendo señales de vida hasta la víspera de Navidad, pero al día siguiente activó la señal de mortalidad, que se dispara cuando un lobo permanece inmóvil durante más de 12 horas.

El cuerpo de la loba fue recuperado y se encuentra preservado para realizar una necropsia que permita determinar con precisión las causas de su muerte.

Un legado de liderazgo y resistencia

La vida de 907F es un símbolo de resistencia en un entorno natural lleno de desafíos. Según reportó el medio Cowboy State Daily, la loba perdió su ojo izquierdo cuando tenía alrededor de cuatro años, aunque se desconoce cómo ocurrió.

En sus últimos años, se le observó caminar con una ligera cojera, pero esto no le impidió liderar a su manada y ser una figura crucial en su dinámica.

Rabe destacó que 907F fue “la loba más reproductivamente exitosa en la historia de Yellowstone”. A pesar de su avanzada edad, en la primavera de 2024 dio a luz a una camada de tres o cuatro cachorros, de los cuales al menos dos sobrevivieron.

Este logro subraya su importancia no solo como líder, sino también como una pieza clave en la perpetuación de su especie dentro del ecosistema del parque.

A través de publicaciones en redes sociales, la investigadora compartió anécdotas y fotografías de 907F, resaltando su longevidad y carácter único. En una publicación de junio de 2024, la investigadora escribió:

“Muy raramente podemos ver a esta anciana de cerca (a menos de media milla), pero hoy decidió dar un paseo por el valle. No se puede negar que es una anciana, pero, a la madura edad de 11 años, 907 todavía está vivaz, incluso aunque cojea un poco. Este dulce lobo se ha robado muchos corazones. Solo mira su preciosa cara”.

En otra publicación un par de meses antes de la muerte de la loba, Rabe expresó:

“Ojalá pudiera escuchar las historias y experiencias que ha tenido a lo largo de los años. 11 años no es una tarea fácil en un panorama tan peligroso e impredecible. No puedes evitar sonreír cuando ves esta dulce cara sobre la cresta”.

El carácter de 907F fue otro aspecto que la convirtió en una figura legendaria. La investigadora la describió como una líder tranquila, equilibrada y con una actitud despreocupada, cualidades que marcaron su vida y liderazgo.