El jubilado Pánfilo Valdivia, de 78 años, camina hacia un banco para retirar su pago mensual de la seguridad social, en medio de los apagones en La Habana, Cuba, el 21 de agosto de 2025. REUTERS/Norlys Pérez

Cuba suma doce meses de crisis energética total, con cortes eléctricos de 20 horas de media, cuatro apagones nacionales, innumerables averías, una economía paralizada y un creciente hastío social. Además, dicen los expertos, es difícil ver luz al final del túnel.

Los apagones se han convertido en el primer problema de los cubanos, que no pueden conservar alimentos en sus refrigeradores, hacer trámites bancarios y burocráticos, cargar motos y celulares, y deben además levantarse de madrugada -porque es cuando puede volver por unas horas la corriente- para cocinar, planchar y cargar los tanques de agua.

Las afectaciones son de entre cuatro y diez horas al día en La Habana, pero en el resto del país superan con facilidad las 20 horas diarias, impidiendo cualquier viso de normalidad en hogares, oficinas y fábricas desde hace meses.

Algunas personas caminan por la calle durante un apagón general el viernes 14 de marzo de 2025, en La Habana, Cuba. (AP Foto/Ramón Espinosa)

Las cifras

La estatal Unión Eléctrica (UNE), perteneciente al Ministerio de Energía y Minas (Minem) del régimen castrista, aseguró que en mayo la duración media de cortes eléctricos en el país alcanzó las 18 horas. Y que en alguna localidad los apagones han llegado a prolongarse por 38 horas consecutivas.

El 12 de febrero tuvo lugar la jornada con una mayor afectación puntual, cuando en el momento de máxima demanda -en Cuba es por la tarde-noche- hasta un 57 % del país tuvo que quedar a la vez a oscuras por la incapacidad del Sistema Energético Nacional (SEN) de producir más electricidad.

Pensionados esperan la apertura de un banco para retirar su pago mensual de la seguridad social, en La Habana, Cuba, el 21 de agosto de 2025. REUTERS/Norlys Perez

En estos doce meses se han registrado además cuatro apagones nacionales, de los que el país ha tardado días en recuperarse de forma general. En una ocasión estuvo ligado a factores externos (el paso del huracán Helene), pero otras tres se debió a elementos internos relacionados con la precariedad del SEN.

Es habitual que varias de las siete centrales termoeléctricas del país, la columna vertebral del SEN, estén a diario fuera de servicio por avería o mantenimiento. Estas infraestructuras acumulan décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones.

Cuba llegó a tener amarradas en su costa ocho centrales flotantes (patanas) rentadas, una solución efectiva pero costosa y que no ataca el problema de fondo. Hoy solo queda una después de que la anterior partiese hace dos semanas de la bahía de La Habana por impago.

Un hombre cocina una sopa en un fuego en la acera, durante un apagón en La Habana (AP Foto/Ramón Espinosa, Archivo)

Las causas

Los apagones se deben al precario estado de las centrales termoeléctricas y a la falta de divisas para importar combustible para los centenares de motores eléctricos distribuidos por todo el país. La UNE apunta que el 66% de los cortes se debe a esta segunda causa.

La pensionista Barbara Morales, de 74 años, en su casa de La Habana en medio de los apagones (REUTERS/Norlys Perez)

En mayo la UNE estimó que las afectaciones iban a reducirse para julio -el mes de más demanda por el calor del verano septentrional-, pero esa promesa no se materializó. En el verano de 2024, por el contrario, la situación sí fue mejor, al adelantarse a la primavera los mantenimientos y reparaciones de centrales clave.

Expertos independientes consideran que el saneamiento completo del SEN precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares, unas cifras fuera de las posibilidades de Cuba, que se encuentra sumida en una grave crisis económica desde hace más de cinco años.

El régimen cubano no asume ninguna responsabilidad por el cúmulo de decisiones internas a lo largo de décadas que han llevado a esta situación y apunta al “papel central” de las sanciones estadounidenses en la “asfixia energética” de la isla, como escribía recientemente el medio oficialista Razones de Cuba.

La policía y el ejército cubano se encuentran junto a los escombros utilizados por un grupo de vecinos de La Habana para bloquear una calle durante una protesta contra un apagón (REUTERS/Norlys Perez)

Los planes

La principal apuesta del régimen cubano para salir de esta crisis es la energía solar. Con la ayuda de China, La Habana ha puesto en marcha un programa para levantar 92 parques solares por toda la isla, con una potencia instalada total de unos 2.000 megawatios.

Hasta el momento se han abierto y sincronizado con el SEN unos 25 parques, cumpliéndose los planes gubernamentales.

Fuerte descontento social contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel por la crisis energética (PRESIDENCIA DE CUBA)

Pese a las cifras, el plan -que en el mejor de los casos se completará en 2031- no será la solución total a la brecha de producción energética del país. Harían falta más paneles y, sobre todo, grandes baterías para acumular la electricidad para las horas nocturnas, apuntan los expertos.

El Minem reconoce que las termoeléctricas seguirán siendo la base del SEN, lo que augura un futuro incierto para la crisis energética de la isla, una más de las que sufren a diario los cubanos.

(Con información de EFE)