En España, uno de los puntos más afectados fue el Puerto de Algeciras, uno de los más importantes del Mediterráneo (Imagen: Shutterstock)

La Península Ibérica experimenta este lunes un apagón eléctrico generalizado que afecta gravemente la actividad logística y el transporte en España y Portugal. La interrupción del suministro, registrada cerca de las 12:30, provocó parálisis en puertos estratégicos, complicaciones en aeropuertos y alteraciones en las redes de transporte terrestre, evidenciando la vulnerabilidad de las infraestructuras frente a este tipo de eventos.

En España, uno de los puntos más afectados fue el Puerto de Algeciras, uno de los más importantes del Mediterráneo. El corte de energía obligó a activar el nivel 1 del Plan de Autoprotección y la formación inmediata de un Comité de Crisis para coordinar acciones. Las principales terminales de contenedores, APMT y TTIA, quedaron completamente inactivas debido a la falta de suministro eléctrico, mientras que la estación marítima continuó operando de forma limitada para los trayectos hacia Ceuta y Tánger Med, gracias a procedimientos manuales de emergencia.

En paralelo, la refinería Gibraltar-San Roque, ubicada en el área industrial cercana, detuvo todas sus operaciones de manera preventiva hasta tanto se normalizara el servicio eléctrico. Este tipo de interrupciones, además de afectar la carga y descarga de mercancías, comprometen procesos críticos como el almacenamiento y la distribución de productos estratégicos.

El impacto no se limitó al sur español. En el País Vasco, donde se concentra una intensa actividad logística y portuaria, el Gobierno regional activó una mesa de crisis y declaró la fase de alerta del Plan de Protección Civil. La falta de energía paralizó trenes, tranvías y semáforos en Bilbao, generando un colapso en el tráfico y en el transporte público, mientras que el Aeropuerto de Bilbao logró continuar sus operaciones mínimas gracias a generadores de emergencia. La refinería de Petronor también activó sus sistemas de seguridad ante la interrupción del suministro.

Transporte aéreo normalizado pero con secuelas logísticas

En los aeropuertos, el gestor Aena informó que, aunque la mayoría de las terminales contaban con sistemas de respaldo, se registraron incidencias y retrasos. En el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, uno de los principales hubs logísticos aéreos de Europa, se produjo una suspensión temporal de salidas y llegadas alrededor del mediodía. Aunque las operaciones se restablecieron posteriormente, los retrasos acumulados reflejaron el impacto del apagón en la cadena logística aérea.

En Portugal, la autoridad aeroportuaria ANA-Aeroportos activó generadores de emergencia en los aeropuertos de Oporto y Faro, permitiendo mantener las operaciones esenciales. El aeropuerto de Lisboa, en cambio, funcionó con limitaciones, registrando menor volumen de despegues y aterrizajes. Otros aeropuertos, como los de Madeira y Azores, no se vieron afectados.

En los aeropuertos, aunque la mayoría de las terminales contaban con sistemas de respaldo, se registraron incidencias y retrasos (Foto: Shutterstock)

Causas en análisis

La empresa gestora del sistema eléctrico portugués, REN, confirmó un corte masivo de electricidad que llevó al Gobierno luso a convocar reuniones de emergencia. Mientras tanto, en España, Red Eléctrica Nacional informó que necesitaría entre seis y diez horas para normalizar completamente el servicio, señalando que el incidente se habría originado por una fuerte oscilación en el flujo de potencia de la red, sin que hasta el momento se haya descartado ninguna hipótesis, incluida la de un ciberataque.

Más allá de los aeropuertos y los puertos, el apagón afectó también otras áreas críticas para la logística y el comercio exterior. La paralización de trenes y ferrocarriles, comunicada oficialmente por Renfe, dejó sin salidas a todas las estaciones, comprometiendo seriamente el traslado de mercancías en todo el territorio. Además, las interrupciones en los sistemas de pago electrónico y en la conectividad de sucursales bancarias comenzaron a reflejar problemas de acceso a servicios esenciales para las operaciones comerciales.

Mientras tanto, la evacuación de edificios públicos, como el Museo del Prado en Madrid, y de numerosas oficinas privadas, evidenció el alcance transversal del apagón, impactando desde el turismo hasta las actividades financieras.

Este evento ha expuesto la urgente necesidad de reforzar la resiliencia energética de las infraestructuras críticas. En los puertos, por ejemplo, el proceso de electrificación de los muelles, en línea con las políticas de transición energética, plantea un desafío: multiplicar por cinco la potencia instalada para abastecer a buques y terminales, un esfuerzo que se vuelve aún más apremiante tras incidentes como el de este lunes.

En un contexto donde la logística depende cada vez más de soluciones eléctricas y digitales, garantizar la estabilidad del suministro se vuelve esencial no solo para el funcionamiento cotidiano, sino también para la seguridad de la cadena de abastecimiento regional.