A los 86 años, Alberto Cormillot es un referente ineludible en el ámbito de la salud y la prevención en la Argentina. Médico especialista en nutrición, docente, divulgador y ejemplo de vitalidad, mantiene una intensa vida laboral y personal. Su reciente paso como acróbata invitado en el Circo Servian en Pilar, donde se animó a subir a más de 15 metros de altura y compartir escenario con sus nietas, se suma como una anécdota a su trayectoria. Sin embargo, su reciente entrevista en el programa de Nico Occhiato, “Nadie dice nada” en Luzu TV, permitió conocer en detalle su filosofía y rutina, las cuales aplica con disciplina todos los días y que, según él, son el verdadero secreto detrás de su vigencia.

En diálogo con Occhiato y el resto del equipo del programa, el doctor brindó definiciones y consejos sobre cómo afrontar el paso del tiempo, gestionar la alimentación y el descanso, y mantener la mente activa y la curiosidad despierta. Alejado de dogmatismos, su mirada integra ciencia, experiencia personal y un profundo conocimiento de sí mismo.

Durante la entrevista, detalló cómo organiza sus días, caracterizados por disciplina y variedad de actividades. “¿A qué hora te levantás?”, le preguntaron en el estudio. La respuesta sorprendió: “A las cuatro”, dijo sin titubeos.

El médico reveló la importancia del descanso, la alimentación equilibrada y la curiosidad para una vida plena

Todas las mañanas, una vez que se despierta, se dirige a la radio para su participación habitual, y luego permanece en su clínica médica hasta media tarde. Solo varía esta rutina cuando debe asistir a alguna de las dos carreras en las que se desempeña como director, ambas orientadas a la salud. “Generalmente estoy hasta las 16 o 17”, explica, y a esa hora busca un hueco para tomar clases o, en ocasiones, disfrutar del tiempo con su hijo menor. “Los jueves lo paso a buscar a Emilio al jardín y nos vamos a la plaza”, relató al conductor, subrayando la importancia que le da a compartir con su familia.

Sobre el descanso, Cormillot enfatiza que es “una de las claves”. Asegura que cena temprano, a las siete de la tarde, y que para las 21:30 ya está acostado. “Cuido el descanso porque sé que es fundamental”, afirmó, y dejó en claro que evitar el agotamiento es tan importante como el entrenamiento físico y la alimentación de calidad. Si bien su día podría resultar agobiante para cualquiera, él sostiene que el disfrute cumple un rol esencial. “La pregunta es por qué no”, reflexionó cuando le consultaron sobre su ritmo de vida.

A pesar de su exigente itinerario, reconoce pequeños dilemas cotidianos. “¿Y alguna vez no pensás, ‘hoy me quedo en casa’?”, preguntó Flor Jazmín Peña. El médico respondió: “Esa pregunta me la hago cuando suena el despertador, pero me dura 20 segundos”.

Cormillot destacó la disciplina diaria y el disfrute como claves para afrontar el paso del tiempo con vitalidad

De acuerdo con el médico, cada síntoma físico es una advertencia que invita a la acción. “¿Te duele la rodilla? Fortalecela. ¿Te duele la columna? Hacé abdominales. Cuando tengo dolor, lo tomo como señal de que tengo que entrenar más”, explicó, reflejando una actitud proactiva ante el envejecimiento y los desafíos del cuerpo.

Otro de los puntos centrales en la entrevista fue la alimentación consciente. Reconocido por su labor en el área de nutrición, Cormillot aclara que no adopta una mirada dogmática respecto a la comida, sino que prioriza el equilibrio y las porciones adecuadas. Ante la pregunta sobre si deja de darse gustos, respondió: “Yo puedo comer cualquier cosa en cualquier momento”. Sin embargo, la clave es la medida.

Detalla que su desayuno incluye un huevo poché, un batido con leche enriquecida con probióticos y proteínas, una tostada con queso blanco y dulce de leche, queso magro y jugo de frutas. Durante las mañanas, suma yogur, y antes del horario televisivo de la tarde incorpora un huevo y algo de queso, mostrando atención a las proteínas y los lácteos.

En cuanto al almuerzo, opta por una ensalada de frutas acompañada de frutos secos y bastones de queso. Para la cena, la opción suele ser una milanesa pequeña, un poco de papas fritas y abundante ensalada, a lo que suma la importancia del disfrute y la variedad.

Una característica distintiva de su alimentación es la presencia cotidiana de un “saborcito dulce” al final del día. Como él mismo relató en la charla, todas las noches incorpora una porción pequeña de helado de dulce de leche, granizado y limón, bien congelado. La elección de comerlo congelado responde a una estrategia personal: “Te da más trabajo con la cuchara y me entretengo más comiéndolo”, reveló, y aclaró que se trata de una cantidad precisa, de entre 30 y 40 gramos.

Lejos de las prohibiciones, la premisa es disfrutar, moderar y no caer en excesos. “Mis claves son conocidas, están en Wikipedia o te las da la Inteligencia Artificial”, comentó con ironía, y puntualizó: alimentación saludable, evitar el alcohol y el cigarrillo, mantener buenas relaciones y estar de buen humor.

El doctor se animó a desafiar la gravedad en el Circo Servian y contó cómo la curiosidad y el disfrute lo mantienen activo

Habitualmente, Cormillot incorpora entrenamiento físico a su rutina. La reciente invitación a participar en el circo lo llevó, además, a prepararse con cuatro jornadas de ensayo intensivo. Aunque la actividad en el circo de Pilar fue noticia y motivó la entrevista con Nico Occhiato, el médico aclaró que su verdadero motor es la curiosidad y el deseo de seguir aprendiendo. “Lo hago porque me gusta y el cuerpo me lo permite. No intento ser ejemplo de nadie, pero si lo fuera, sería de no decirse ‘viejo’ antes de tiempo”, sostuvo.

En escena, combinó coreografías de tango y tap junto a sus profesores, realizó giros y desplazamientos aéreos y sorprendió con trucos de magia junto a sus nietas, estudiantes avanzadas de artes escénicas. Al descender del escenario, resumió su experiencia con una idea que intenta transmitir a las nuevas generaciones: “El juego no se termina con la edad”.