Los gatos son animales sumamente adaptables y, por eso, no es casualidad que se hayan ganado un lugar privilegiado en tantos hogares. Su capacidad para convivir con las personas, sumada a su independencia y cariño, los convierte en compañeros ideales. Sin embargo, para garantizar su bienestar, es fundamental prestar atención a ciertos detalles que muchas veces pasan desapercibidos. Uno de ellos es la voz, ya que, así como nosotros, los gatos también pueden sufrir afonía. Aunque no es algo común, un cambio en el maullido o en el tono vocal puede ser señal de que algo no anda bien. Desde un resfriado hasta una afección más compleja, las causas pueden ser variadas. Por eso, en esta nota te contamos qué hacer en estos casos, cómo ayudarlos y cuándo conviene consultar con un veterinario.
Según los especialistas del sitio web ExpertoAnimal, a lo largo de su vida, los gatos pueden experimentar afonía por diversas alteraciones de la laringe. Entre las causas más frecuentes se encuentran la inflamación aguda de la mucosa laríngea —la laringitis felina—, que suele desencadenarse por irritantes como el polvo, el humo o los productos de limpieza en aerosol o bien por maullidos excesivos durante momentos de estrés, celo o ansiedad. Además, por las infecciones respiratorias altas, virales o bacterianas, que hinchan y dolorosamente irritan las cuerdas vocales, y por las obstrucciones mecánicas, ya sean cuerpos extraños alojados en la garganta, tumores o traumatismos directos derivados de mordeduras, caídas o golpes que dañan el cartílago laríngeo.
También, existen factores menos evidentes que influyen en la pérdida de voz. El estrés crónico por mudanzas, ruidos fuertes o convivencias tensas puede llevar a un uso excesivo de la voz y, en consecuencia, a la inflamación de las cuerdas vocales. Cuando una infección respiratoria no se trata a tiempo, puede derivar en bronquitis o neumonía, lo que agrava la afonía. Incluso, ciertas enfermedades sistémicas, como el hipertiroidismo o algunos tipos de neoplasias, pueden manifestarse primero con un cambio en el tono del maullido.
Qué hacer en estos casos: los remedios caseros más recomendados
Para aliviar la afonía en los gatos es clave combinar cuidados de apoyo en el hogar con la supervisión veterinaria. A continuación, algunos de los consejos de los especialistas:
- Aumentar la humedad ambiental
Colocar un humidificador en la habitación donde descansa tu gato o llevarlo al baño mientras corre la ducha caliente para que inhale vapor suave puede aliviar la irritación de las cuerdas vocales y acelerar la recuperación.
- Ofrecer comida húmeda o blanda
Sustituir temporalmente el alimento seco por latas o sobres en salsa o gelatina ayuda a evitar el roce de las croquetas contra una garganta inflamada y aporta hidratación extra al organismo felino.
- Asegurar una correcta hidratación
Mantener varios recipientes con agua fresca a temperatura ambiente y, si hace frío, ofrecer agua tibia estimula la ingesta y mantiene húmeda la mucosa laríngea, favoreciendo la recuperación.
- Miel para ayudar con los síntomas
Una pequeña cantidad de miel pura (una cucharadita sobre su comida o en una cuchara limpia) actúa como antiinflamatorio y suavizante de la garganta, lo que alivia el malestar.
- Ambiente libre de irritantes
Eliminar del entorno aerosoles, productos de limpieza fuertes, humo de tabaco y otros alérgenos reduce la exposición a agentes que agravan la inflamación laríngea y previene recaídas.
Es importante tener en cuenta que estos remedios son complementarios al seguimiento veterinario. Por ende, si la afonía persiste más de cinco días, empeora o aparece junto a otros síntomas (letargo, falta de apetito, dificultad respiratoria), lo mejor es consultar al veterinario para un diagnóstico y tratamiento profesional.