
La manera en la que los adolescentes uruguayos se vinculan con la violencia ha cambiado en los últimos años por una incidencia cada vez mayor del narcotráfico. Esa es una de las conclusiones a las que llega el presidente del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) de Uruguay, Jaime Saavedra, el organismo que gestiona los centros de reclusión de menores. Además, hay otro fenómeno que se está dando en el país: el sicariato que cometen los menores de edad.
“La presencia del narcotráfico ha influido significativamente en la manera en que los adolescentes se vinculan con la violencia”, dijo Saavedra entrevistado por el programa 8AM de Canal 4. El jerarca explicó que la presencia del narcotráfico en el país tuvo un impacto directo en los adolescentes que están en conflicto con la ley penal, algo que dificulta los procesos de tratamiento, acompañamiento y rehabilitación del sistema, consignó El Observador.
Las autoridades han constatado la presencia de menores extranjeros que llegan al país con el objetivo de cometer delitos por encargo, especialmente para ser sicarios. Esto agrava aún más el desafío de la institución.

“Hemos detectado menores extranjeros que vienen a Uruguay con el fin de realizar estos crímenes”, reconoció Saavedra.
En junio, poco después de asumir su cargo, Saavedra contó que se encontró con un “verdadero agujero negro” en el Inisa, en referencia a los menores extranjeros que cumplen penas en uruguay pero que no tienen vínculos afectivos con el país. Se trata de un fenómeno que es pequeño en términos cuantitativos –ya que en ese momento eran siete los jóvenes que estaban en el Inisa presos por cometer delitos graves– pero tienen un alto valor simbólico, según informó El Observador en esa fecha.
Eran jóvenes que ingresaron de manera irregular al país. La documentación que se consigue a través del consulado es insuficiente y se suele desconocer cuáles son sus historias y los antecedentes delictivos. Estos jóvenes tenían además las medidas de seguridad más extremas: muchas horas de encierro, aislamiento –están solos o apenas comparten con alguien más la celda– y usan grilletes hasta para ir al baño.

La alarma de las autoridades está encendida porque su presencia en el país es un indicio de que tienen vínculos con bandas extranjeras, que tienen como protagonistas a los menores de edad.
El presidente del Inisa habló de estas situaciones en el programa 5 sentidos de Canal 5. “¿Querés que te mienta? Un tipo que está sicariado a los 15 años, que viene de Brasil, que no tiene familia, va a salir a los 22 o 23 años. ¿Ese chiquilín va a ser un chiquilín modelo? No tengo ni idea qué va a ser. ¿Un pronóstico sobre estos casos muy complicados? Estaría mintiendo”, expresó.
Los menores de difícil recuperación
En la entrevista de este miércoles, Saavedra dijo que en los últimos años hubo un aumento de los delitos cometidos por menores relacionados a drogas. La cantidad de homicidios cometidos por este grupo poblacional no ha crecido significativamente en los últimos años, aunque se han presentado “situaciones nuevas y más impactantes”, señaló.
Para Saavedra, hay un pequeño grupo de adolescentes que son considerados de difícil recuperación, pero dijo que el desafío para las autoridades está en el 90% de los jóvenes infractores que cometen delitos y que todavía tiene posibilidades de reinsertarse en la sociedad.

El Inisa apuesta a que se aumenten las medidas alternativas para los menores infractores, de forma que la prisión quede “reservada para aquellos casos más complicados”, declaró Saavedra tiempo atrás a Búsqueda. “Eso supone proponer a la Justicia que se apliquen medidas sustitutivas para aquellos chiquilines que hoy están en privación de libertad, pero entendemos que podrían ser atendidos de otra manera”, expresó.