El ciclo Teatrísimo vuelve a las tablas del Teatro Regina después de varios años, en una edición que promete emoción, talento y solidaridad a total beneficio de La Casa del Teatro. ¿Qué impulsa a decenas de luminarias del espectáculo argentino a reunirse cada lunes, bajo un mismo techo, para ofrecer funciones únicas e irrepetibles? La respuesta late en la historia de una institución emblema, en las butacas ocupadas por generaciones de artistas y en los aplausos que salvan mucho más que un show: salvan vidas, sueños, dignidad.

La Casa del Teatro, presidida en la actualidad por Linda Peretz, permanece desde 1938 como resguardo y refugio de los grandes que entregaron todo a las tablas. A esa misión se aferra el regreso de Teatrísimo, el tradicional ciclo teatral que -a fuerza de talento y entrega- recaudó durante décadas fondos para cubrir necesidades vitales de quienes enamoraron al público desde bambalinas y escenario. No se trata simplemente de teatro: es el corazón solidario de la cultura argentina latiendo cada función, cada lunes, en el mítico Teatro Regina.

Creado por Carlos Llorens y Luis Mazas, y ahora coordinado por Ernesto Medela, el ciclo 2025 despliega una programación de lujo en cuatro lunes consecutivos, del 20 de octubre al 10 de noviembre. A su alrededor giran nombres de peso: Miguel Ángel Solá, Georgina Barbarossa, Jorgelina Aruzzi, Paula Marull, Mercedes Funes, Santiago Doria, entre otros. El elenco de cada función habla por sí solo. La calidad de los espectáculos es algo que se puede comprobar con los integrantes del elenco—de gran trayectoria—que junto a los técnicos y el personal del teatro, todos los lunes ofrecen al público distintas piezas.

Linda Peretz mantiene el legado de La Casa del Teatro

El ciclo abre el lunes 20 de octubre con Mentiras Muertas, libro y dirección de Marcelo Caballero, y la actuación de Georgina Barbarossa, Romina Richi, Julián Pucheta y Lala Ross. Una semana después, el 27 de octubre, la cita es con La reina de la lluvia. El texto y la dirección llevan la firma de Paula Marull y la interpretación, la fuerza escénica de Jorgelina Aruzzi, acompañada en piano por Luisa Steverlynck.

Llega noviembre, y con él, la obra Otoño, basada en el libro de Peter Quilter y la dirección de Santiago Doria. El elenco lo integran Patricia Echegoyen, Emilia Mazer y Mateo Chiarino, prometiendo conmover en la función del lunes 3.

En charla exclusiva con Teleshow, Emilia Mazer, consultada sobre el tema no ocultó su sentir: “Subir al escenario del Teatro Regina siempre es una emoción profunda. Y poder colaborar con La Casa del Teatro, brindando nuestro trabajo como una forma de ayuda y de agradecimiento, le da un sentido aún mayor a lo que hacemos”. ¿Cuánto pesa ese gesto, ese compromiso con la memoria colectiva? Cada uno de estos artistas lo sabe: donar su arte es abrazar a quienes lo necesitan.

El cierre, el lunes 10 de noviembre, eleva la apuesta: Una mujer invisible, con libro y dirección de Manuel González Gil, y la participación de Miguel Ángel Solá, Mercedes Funes, Sabrina Carballo, Sofía González Gil y Roberto Antier.

Emilia Mazer se mostró emocionada de ser parte de esta nueva experiencia en el Teatro Regina

¿Cómo logra sostenerse una labor semejante, a contracorriente de modas y olvidos? La propia entidad lo resume: Teatrísimo es un medio para continuar permaneciendo y mantener una buena economía, y así sostener la legendaria Casa del Teatro, que brinda hogar, contención y atención médica a quienes alguna vez regalaron sus días al arte y hoy necesitan abrigo.

Linda Peretz, presidenta y guardiana de este legado, lo resumió con emoción: “Estoy feliz de que el ciclo vuelva al Teatro Regina y con tantos actores queridísimos y respetados. La Casa del Teatro siempre necesita ayuda y la gente necesita ver a sus artistas, así que es una buena oportunidad para acercarse estos 4 lunes a precios accesibles”. Las palabras resuenan en cada rincón de la sala; convocan, conmueven y abren las puertas de la solidaridad.

Los premios y reconocimientos subrayan la influencia del ciclo: galardonado con el María Guerrero 2000 a la difusión cultural, declarado de Interés Cultural por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina y distinguido con el premio Trinidad Guevara. Pero no hay medalla ni placa que se compare con la dignidad recuperada, con la posibilidad de ofrecer ese “calor de hogar” a decenas de artistas en el crepúsculo de su carrera.

Basta observar cada detalle: La programación, los nombres, el empeño de técnicos y personal, la adhesión de estrellas y promesas del escenario. No hay show igual a otro; no se repiten funciones ni emociones. Cada función es irrepetible, cada ovación sostiene la memoria viva del teatro argentino.