Marcela Pedraza nunca se imaginó que la fama le fuera a llegar a punto de cumplir los 60 años y menos a través de su labor como fisioterapeuta. Pero, en 2020, encerrada en su casa debido a las restricciones que se impusieron en su natal Colombia por la pandemia de Covid-19, empezó a interesarse por el mundo de las redes sociales.
“Yo estudié toda mi vida. En mi consultorio se ríen porque yo soy ‘la reina del cuaderno’, todo el tiempo estudio, hago resúmenes, reflexiono escribiendo”, le cuenta Pedraza a BBC Mundo con entusiasmo y energía después de un largo día grabando videos para su cuenta de Instagram, en la que tiene casi dos millones de seguidores. “Y en algún momento sentí: bueno, voy a cumplir 60 años, en algún punto o me retiro o me muero, y lo que estudié se lo tengo que dejar de alguna manera al mundo”, cuenta.
Fue así que empezó con la cuenta de Instagram PilatesMarcelaPedraza, un espacio a través de la cual se dedica a informar a las personas sobre el funcionamiento de su cuerpo y sobre la importancia que tiene no solo el movimiento, sino el movimiento correcto de cada una de sus partes. “Aunque el cuerpo humano no cambia anatómicamente, cambian sus costumbres. Hoy en día estamos mucho más sedentarios, haciendo todo, hasta el mercado, de manera digital, y el cuerpo humano está hecho para moverse”.
Los consejos de Pedraza resonaron con una audiencia desesperada por moverse en medio de la pandemia y la popularidad de su cuenta empezó a crecer. Pero, la velocidad con la que lo hizo llevó a su creadora a caer en las mismas prácticas que les estaba enseñando a sus pacientes a evitar. “Hasta que un día entré a un restaurante muerta de hambre y no podía pasar la comida, tenía disfagia. Masticaba y no podía pasar, un síntoma claro del burnout o desgaste profesional”.
Descubrir el movimiento
Marcela descubrió el movimiento como lo hacemos todos siendo niños: explorando y cometiendo muchos errores. “Yo nací ‘mico’ (mono) porque desde que tenía 5 años vivía trepada en un árbol, me colgaba de un lazo, de una rodilla, en el pasamanos… y mi mamá sufría. Tuve como 16 fracturas: me rompía la mano, la clavícula, los pies… Vivía enyesada, y apenas me quitaban el yeso, me hacían fisioterapia y, cuando me curaba, me caía de los patines y me rompía otra cosa. Toda la vida tuve mucho contacto con la fisioterapia y con la rehabilitación”.
Fue de ahí que a una de sus hermanas se le ocurrió sugerirle ser fisioterapeuta, cuando Marcela se graduó y buscaba opciones de carrera profesional. “Y pensé: ‘¡Eso es lo que quiero hacer con mi vida!’ Pero, no la terapia tradicional donde te preguntan si te duele el codo, te ponen un paquete caliente y te hacen mover el brazo 20 veces antes de agendarte otra cita para la siguiente semana”. Pedraza buscó otro tipo de práctica: “A cada persona que toco trato de cambiarle su vida para bien”.
2020, el año clave
En abril de 2020, las autoridades impusieron un estricto toque de queda por la pandemia de Covid-19. Pedraza vio entonces una oportunidad: “Como me encerraron a mí también, y soy semejante volcán de mujer, dije ‘Me voy a inventar sesiones por Zoom’”.
Su enfoque fue el de enseñarles a las personas a hacer pilates, una práctica que desarrolló el entrenador físico Joseph Pilates hacia principios del siglo XX, basada en entrenar la respiración y los movimientos coordinados del cuerpo. “Yo dictaba clases y les decía ‘Necesitan una pelota de pilates; ¿no la tienen? No importa, usen dos cojines del sofá. ¿No tienen una banda elástica? Usen un cinturón. ¿No tienen pesas de un kilo? Usen dos bolsas de arroz”.
Durante el encierro, estuvo acompañada de su hijo Alejandro, quien ya tenía experiencia en el manejo de redes sociales. Cuando Alejandro se dio cuenta de la popularidad de las sesiones de su mamá, le propuso que abriera una cuenta en Instagram y empezara a publicar su contenido en vez de solo compartirlo por Zoom: “Ofrece algo que la gente vea y le sirva para algo”, fue su consejo. Y su madre lo escuchó.
La llegada de la fama
En el mundo de las redes sociales, es difícil saber qué tipo de contenido se va a volver viral y cuál no. Pero, en el caso del contenido Marcela, el caldo de cultivo estaba dado para que sus videos se volvieran virales. “En la pandemia, todo el mundo encerrado en casa, trabajando en una computadora, en la silla que tuviera en su casa. Nadie tenía la silla ‘ideal’ de oficina. Mucha gente usaba la del comedor, que está bien para una o dos horas, pero no para 8, 9 o 10”.
Los números de la cuenta de Marcela empezaron a subir, y en un poco tiempo, sobrepasó los 300.000 seguidores. “El proyecto se me reventó en la cara porque pasé de 18.000 seguidores y 100 o 200 mensajes al día, a tener 1,9 millones de seguidores. Y yo seguía trabajando como una hormiga, de 5 de la mañana a 12 de la noche, grabando, editando, publicando, contestando”.
En medio del afán que le empezó generar su nueva profesión de “influencer”, empezó a notar detalles raros en su día a día. “Empecé a despertarme a mitad de la noche, sin ruido, sin nada. Dormía cinco horas, me despertaba a las 3 a.m., y aunque no tenía preocupaciones concretas, no podía volver a conciliar el sueño. A las 5:30 sonaba la alarma y, aunque estaba rendida, me levantaba igual. Durante el día no sientes el cansancio, sigues y sigues, y te saltas el almuerzo…”. Pedraza explica que estos son síntomas de burnout o desgaste profesional: un punto en el que el estrés que genera el trabajo u otros aspectos de la vida diaria lleva al cuerpo al borde del colapso.
Ella señala 4 preguntas que las personas pueden hacerse para saber si tienen síntomas de burnout y que pueden interpretar como señales de que el cuerpo requiere más movimiento.
- ¿Vos estás dormido de noche, en silencio, y de pronto te despertás a las 2 o 3 de la mañana sin razón?
- ¿Tenés problemas gastrointestinales? ¿Estreñimiento, colon irritado, gastritis, dolor de estómago?
- ¿Te duele el cuello con frecuencia? ¿Amanecés con el cuello adolorido? ¿O a veces en el trabajo inclinás la cabeza porque su cuello molesta?
- ¿Te duelen partes de su cuerpo sin razón aparente? ¿La mano, el hombro, la rodilla?
En el punto más crítico, Pedraza dice que perdió su habilidad para comer: “Un día entré a un restaurante, muerta de hambre, y no podía pasar la comida; tenía disfagia. Masticaba y no me bajaba. Eso es un síntoma claro de burnout. No te das cuenta de que te estás quemando hasta que ya te quemaste”.
Una nueva etapa
Al ver que la salud de su madre estaba empeorando por un proyecto que habían comenzado juntos, Alejandro le dijo a su mamá que necesitaba ampliar su equipo de 3 personas a 14, para que el proyecto pudiera desarrollarse de manera sostenible. Hoy Pedraza continúa publicando contenido diariamente en su cuenta, y hace sesiones en vivo en las que ayuda a varias personas a la vez. Y además, se queda con la lección que le dio la vida después de pasar por el burnout y la fama.
“La gente joven a veces está enfocada en ganar dinero y ser famoso. Acumulan plata y, cuando se enferman, esa plata no les compra la salud. Todo lo que me pasó terminó siendo un aprendizaje que hoy enseño: si sentís que no dormís bien, te empieza a doler la cabeza, te saltás comidas porque no tenés hambre, cuidado, porque puedes estar entrando en burnout. Y cuando ya da, no se pasa en una semana; dura por lo menos un año para recuperarse bien”.
*Por Rafael Abuchaibe