En marzo de este año, Xiaomi presentó en la Argentina al smartphone Xiaomi 14T, unas semanas después del debut a nivel mundial de la familia Xiaomi 15. El 14T es un equipo que debutó a nivel mundial a finales de 2024, y que no fue el tope de gama de su año: más bien, busca ser una alternativa algo más económica al Xiaomi 14, pero con alguna prestación más que los Redmi Note 14.
En este modelo en particular, que estuve probando un par de semanas, el mayor distintivo está en las cámaras, diseñadas junto a Leica, las primeras en las se nota la colaboración genuina entre ambas compañías, con resultados que no se miden solamente por el hardware.
El Xiaomi 14T tiene una cámara principal de 50 megapixeles con apertura f/1.7, PDAF y una óptica Leica Summilux con estabilización óptica, que combina con un gran angular de 12 megapixeles y un zoom 2x de 50 megapixeles, con apertura f/1.9, estabilización óptica y una distancia focal equivalente a 50 mm.
En los papeles eso está muy bien; en la práctica el teléfono ofrece imágenes de excelente calidad, sobre todo para el precio que tiene: 1,6 millones de pesos en la tienda oficial local; 561 dólares en Amazon con envío al país incluido.
Lo que más me gusta de la cámara del Xiaomi 14T es la consistencia: es fácil saber de antemano cómo va a quedar cada imagen, que en el 99% de los casos es de gran calidad. La cámara ofrece, además, una sensación de agilidad que se agradece; tomé algunas fotos en movimiento (un partido de fútbol juvenil) y las imágenes eran del momento exacto en el que presioné el obturador.
Sobre todo, las fotos tienen buena definición y reproducción de color, aunque para mi gusto están un poco oscuras (nada que no se corrija, sea en el momento de tomar la foto o más tarde); también es posible definir las fotos de antemano con dos filtros, Leica Authentic o Leica Vibrant; esta última se parece más a lo que ofrecen muchas cámaras modernas, con colores bien definidos y, como su nombre indica, vibrantes. La configuración “Authentic” es un poco más opaca.
El teleobjetivo es 2x (símil unos 50mm) y un 3x no hubiera estado mal, teniendo en cuenta que tenerlo en otros equipos de la marca o de otras compañías, a ese precio, no es inusual. La buena noticia es que el algoritmo que maneja el zoom digital controla bien la calidad de la imagen en ese acercamiento forzado.
La cámara frontal de 32 megapixeles es correctísima, lo mismo que los videos en 4K, que se pueden configurar para que se fuerce el desenfoque cuando se está grabando a dos personas en planos distintos (una más cerca que la otra de la cámara). Xiaomi incluso incluye una herramienta para generar un video automático con IA a partir de fotos y videos en la galería.
El resto del hardware ofrece un combo que no desentona: una pantalla plana de 6,67 pulgadas, con marcos mínimos, una tasa de refresco de 144 Hz (útil para ver con fluidez los videojuegos y películas), un pico de brillo máximo de 4000 nits, compatibilidad con HDR10+ y Dolby Vision. En criollo: la pantalla se ve bárbaro, y el sensor de huellas integrado funciona genial. La pantalla está protegida por Gorilla Glass 5, un cristal endurecido con algunas generaciones de retraso respecto de los paneles Victus o Ceramic que usan los modelos más modernos de otras compañías.
De igual manera, el marco es de plástico y aluminio, y el panel trasero es de vidrio endurecido (provisto por Panda-X, según internet). Quizá porque sabe que este combo no es tan duradero como otros (incluyendo el del Xiaomi 15) es que en la venta local la compañía incluye dos años de garantía y una reparación sin costo de la pantalla durante el primer año después de la compra.
De hecho, todo el teléfono tiene una estética plana, en la pantalla frontal, en la cubierta de la batería, en el marco y en el bloque de las cámaras. No es un teléfono que se destaque por la pinta (como lo hacen, para bien o para mal, los últimos modelos de Motorola); más bien, parece ser intencionalmente disimulado. Y la mayoría de la gente lo usará con una funda.
Lleva también un chip MediaTek Dimensity 8300 Ultra (tope de línea del año pasado), 12 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento UFS 4.0 (muy veloz), y una batería de 5000 mAh con carga rápida de 67 watts (en la Argentina se vende sin cargador), pero sin carga inalámbrica.
Además tiene 5G, NFC, Wi-Fi6 y Bluetooth 5.4. Incluye parlantes estéreo y es compatible con Dolby Atmos. También tiene certificación IP68 de protección contra agua y polvo, y un clásico de la marca, el sensor infrarrojo, para usarlo de control remoto tradicional.
A qué equivale esto: a que con ese procesador no es el mejor teléfono posible ni disponible en el país, pero que (y lo mismo sucede con modelos de otras marcas) esto será notorio solo en un limitado número de casos; y en esas ocasiones es resultado no es de algo que no se pueda hacer, sino de una tarea que tomará unos instantes más que si se hiciera con Dimensity 9400, por ejemplo.
El equipo corre Android 14 con las modificaciones que le hace Xiaomi para llamarlo HyperOS, con cuatro años de actualizaciones de sistema operativo, y como corresponde a un smartphone de 2025, tiene varias funciones de inteligencia artificial, más allá de la presencia de Gemini: una herramienta de transcripción para las grabaciones de audio, un generador de subtítulos automáticos, un organizador de notas y textos, un editor de fotos y retratos para quitar elementos del fondo, corregir lo que se ve en la fotografía, etcétera. Todas funcionan bien la mayor parte de las veces, ninguna es infalible; en esto está al mismo nivel que el resto.
Así, quien esté buscando un equipo que tenga una muy buena relación entre precio y prestaciones tiene en el Xiaomi 14T un muy sólido contendiente.