La subasta de Heritage Auctions en Dallas rompió récords, superando la venta del vestido blanco de Marilyn Monroe en 2011 (Composición fotográfica)

En 1939, con el estreno de El mago de Oz se introdujo en la pantalla uno de los objetos más icónicos de la historia del cine: los zapatos de rubí de Dorothy. Su brillo, realzado por el Technicolor, y su papel central en la trama los convirtieron en un símbolo cultural. A 86 años del estreno, su historia reúne artesanía, un robo que permaneció sin resolver durante más de una década y un récord de subasta que los consolidó como el recuerdo cinematográfico más valioso de todos los tiempos.

El diseño fue obra de Gilbert Adrian, jefe de vestuario de Metro-Goldwyn-Mayer. En la novela original de L. Frank Baum, el calzado era plateado, pero el equipo decidió cambiarlo a rojo para aprovechar el impacto visual del color. Se confeccionaron entre seis y diez pares para Judy Garland; algunos fueron descartados por desgaste o tamaño. Solo cuatro se conservan como auténticos.

Según detalló Vogue, el par más famoso, fabricado por Innes Shoe Co., estaba hecho de seda roja cubierta con georgette y recubierta de lentejuelas cosidas a mano. Los lazos incluían piedras y cuentas brillantes, imitación de diamantes. La suela se pintó de rojo y la punta se reforzó con fieltro naranja para resistir las escenas de baile. Los cristales rojos, tratados con ácido sulfúrico, producían reflejos que llevaron a pensar que contenían rubíes reales.

El diseño de los icónicos zapatos rojos fue creado por Gilbert Adrian para aprovechar el impacto visual del Technicolor en 1939 (Captura de video)

En agosto de 2005, el par, propiedad del coleccionista Michael Shaw, se exhibía en el Judy Garland Museum de Grand Rapids, Minnesota. Una noche, alguien entró por una ventana, rompió la vitrina y se llevó el calzado. No dejó huellas ni rastros y la cámara de seguridad no funcionaba. El robo causó indignación y un donante anónimo ofreció un millón de dólares por información, pero la recompensa expiró sin resultados.

En 2017, el FBI obtuvo una pista que condujo a su hallazgo en Minneapolis, en el marco de una investigación de fraude contra la aseguradora Markel Corporation. En 2018 se confirmó su recuperación. El ladrón, Terry Jon Martin, confesó en 2023 que los robó creyendo que estaban hechos con piedras preciosas reales. En enero de 2024 fue sentenciado a tiempo cumplido y un año de libertad supervisada, además de una multa de 23.000 dólares.

Según precisó BBC, el par se mantuvo en buen estado gracias a la calidad de los materiales y técnicas de confección. Expertos señalan que el georgette de seda, el refuerzo en la punta y la estructura interna ayudaron a preservar su forma y apariencia.

El robo de los zapatos en 2005 en el Judy Garland Museum permaneció sin resolver durante trece años, hasta su recuperación por el FBI en 2018 (Heritage Auctions)

En noviembre de 2024, la casa Heritage Auctions de Dallas puso en venta el calzado, recibido del propio Shaw. Durante la subasta en vivo del 7 de diciembre, las zapatillas alcanzaron los 28 millones de dólares, superando la estimación inicial de 25 millones. Con comisiones, el comprador —cuyo nombre no fue revelado— desembolsó 32,5 millones de dólares. La puja rompió el récord de venta de un objeto de recuerdo de Hollywood, superando el vestido blanco de Marilyn Monroe en La comezón vive arriba, vendido en 2011 por 5,52 millones de dólares.

La rápida subasta atrajo a coleccionistas y fanáticos de todo el mundo. Joe Maddalena, vicepresidente ejecutivo de Heritage Auctions, las calificó como “el Santo Grial de los objetos de recuerdo de Hollywood”. Ese día también se vendió por casi 3 millones de dólares un sombrero de la Malvada Bruja del Oeste usado por Margaret Hamilton.

Solo cuatro pares auténticos de los zapatos de rubí de Dorothy se conservan actualmente, tras la confección de hasta diez para el rodaje (Wikipedia)

Los tres pares restantes de zapatos de rubí se conservan en el Instituto Smithsonian, en Washington. Su valor no solo reside en el precio de mercado, sino también en su lugar dentro de la cultura popular. Representan la magia del regreso a casa en la ficción y la capacidad de Hollywood para crear íconos que perduran. Después de un largo recorrido que mezcló cine, delito y mercado de coleccionismo, los zapatos de Dorothy mantienen intacto su brillo original y su lugar en la historia.