Han pasado veinte años desde el estreno de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind), la obra de Michel Gondry que redefinió el cine romántico y confirmó la versatilidad interpretativa de Jim Carrey.
Con motivo del aniversario, el actor canadiense rememoró junto a Entertainment Today algunos momentos singulares del rodaje, entre ellos una improvisación física inesperada de su coprotagonista, Kate Winslet.
“Realmente no tenía ni idea de lo que iba a hacer”, confesó Carrey entre risas, refiriéndose a una escena del tren donde Clementine (Winslet) da un empujón a Joel (Carrey). “Ella se apresuró y me golpeó”, añadió con humor, asegurando que no llegó a dejarle un hematoma porque pidió a sus asistentes que le consiguieran árnica “de inmediato”.
El filme, escrito por Charlie Kaufman y dirigido por Gondry, fue estrenado en 2004 y se convirtió rápidamente en un hito del cine contemporáneo. Ganó el Oscar al Mejor Guion Original y fue nominado a cuatro Globos de Oro.
La química entre Carrey y Winslet resultó ser uno de los elementos más celebrados de la cinta. Paradójicamente, los papeles que interpretaron fueron una inversión de sus registros habituales.
Mientras ella dio vida a una mujer extrovertida, impulsiva y caótica, él asumió el desafío de encarnar a un hombre introspectivo, callado y emocionalmente reprimido. Esta apuesta narrativa contribuyó a amplificar la dimensión emocional del relato.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos o Olvidate de mí narra la historia de Joel, un hombre devastado al descubrir que su expareja Clementine ha borrado todos los recuerdos de su relación mediante un procedimiento experimental.
En un acto desesperado, decide someterse al mismo proceso, pero conforme sus recuerdos desaparecen, empieza a luchar internamente para retener aquello que, en el fondo, no quiere olvidar. El conflicto se desarrolla en un entorno onírico, entre paisajes surreales y una estructura temporal fragmentada, donde el pasado y la memoria se entrelazan con fuerza poética.
Carrey, conocido hasta entonces por sus papeles histriónicos y humor gestual, sorprendió con una interpretación contenida y melancólica. Winslet, por su parte, se ganó una nominación al Oscar por un personaje en constante mutación emocional y estética.
A lo largo de la entrevista, Carrey no escatimó elogios hacia su compañera de reparto. “Es increíble, divertida, muy profesional”, dijo sobre Winslet, resaltando el contraste entre la espontaneidad de ella y su propio desconcierto ante las sorpresas del rodaje.
La película, según subrayó Elle España en el perfil firmado por Begoña Alonso, permanece como una de las producciones más originales del cine reciente. Su mezcla de ciencia ficción, drama y romance plantea preguntas profundas sobre la identidad, el amor y el olvido. Como obra conjunta de Gondry y Kaufman, es también una reflexión sobre la fragilidad del recuerdo y la persistencia de los sentimientos.
A dos décadas de su estreno, ¡Olvídate de mí! sigue conmoviendo a nuevas generaciones. Y Jim Carrey, con su característico humor y lucidez, demuestra que algunas memorias, incluso las más espontáneas, no se borran tan fácilmente.
Veinte años después, ¡Olvídate de mí! no solo se mantiene como una obra esencial del cine contemporáneo, sino que también representa un momento clave en la carrera de Jim Carrey, donde demostró que su talento iba mucho más allá de la comedia.
La honestidad con la que recuerda el rodaje junto a Kate Winslet confirma que, más allá del guion o la técnica, fueron la entrega emocional y la complicidad entre ambos intérpretes lo que hizo que la película dejara una huella indeleble en el público
La vigencia de ¡Olvídate de mí! radica en su capacidad para explorar, con sensibilidad y originalidad, los laberintos de la memoria y el amor.
A través del testimonio de Jim Carrey, se revela que detrás de su construcción emocional hubo también momentos de espontaneidad, riesgo e intuición actoral. Esa fusión entre lo planificado y lo imprevisible es, quizás, lo que convirtió a la película en un clásico inolvidable.