“La batalla del año” bien podría ser el rótulo de la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump pero también fue el título del evento que reunió a expresidentes y a grandes empresarios en el Hotel Faena de Buenos Aires. En ese encuentro organizado por Abeceb, Mauricio Macri habló de los cambios que afrontó la Argentina desde el triunfo de la “Scaloneta” en Qatar, pero el hit deportivo del momento fue el piloto de Fórmula 1, Franco Colapinto, a quien usaron como metáfora para explicar su visión sobre cómo están “las carreras” que corre el Gobierno: inversiones, inflación, dólar y recuperación.
El exministro de Producción y socio fundador de Abeceb, Dante Sica, dio su propio concepto sobre “la economía en modo Colapinto” aplicada a la gestión del presidente Javier Milei. “Todavía no empezaste la carrera y ya le están pidiendo resultados como si estuviera en la vuelta 32″, explicó el economista, quien definió a 2024 y 2025 como años de transición.
“La Argentina está en gateras”, dijo el vicepresidente de la minera Lundin Mining, Alfredo Vitaller. La compañía está entre las que podrían invertir en el país a raíz del RIGI, que funciona como una especie de combustible acelerador. “Lo que hizo fue ponernos a competir al mismo nivel con nuestros países rivales que son Chile y Perú”, agregó.
Vitaller mencionó que la firma planea desembolsar US$6000 millones sólo en un proyecto minero ubicado en el norte de San Juan y que para ello deberá invertir en transporte, puertos y logística. Además, fuentes de la Secretaría de Minería informaron que la misma empresa participa en otro proyecto de cobre que también podría aplicar al RIGI. Se trata de una inversión de US$3000 millones.
Fuera del sector minero, el CEO de Adecoagro, Mariano Bosch, proyectó que “a la larga va a triunfar” la Argentina. El empresario se mostró optimista con las oportunidades del país como exportador de alimentos. “Estoy súper entusiasmado para exportar más leche, más arroz, más granos, pero lo que me encanta es competir. Cuando te dicen ‘no, pero te abrieron la importación de leche de Uruguay’, a mí no me importa nada, yo quiero competir”, sostuvo en un panel moderado por Sica y que también estuvo integrado por Luis Perez Companc (Molinos y Pecom) y Martín Castelli (Blue Star Group).
Fue justamente Castelli quien se refirió a la importancia de internacionalizar la empresa para abrir más mercados, competir con el mundo y “atenuar los efectos negativos de la economía local”. En esa línea, destacó a su hermana como “la gran visionaria”.
El tema importaciones abre una grieta dentro del mundo empresarial. Por un lado, están aquellos que celebran la baja de aranceles a los productos que vienen de afuera. Pero por otro lado, un industrial que asistió al evento y que su compañía se integra en cadenas de valor, como la construcción, manifestó que puede bajar costos, pero que “es algo que preocupa, porque no sabés cómo puede terminar”.
Otra mirada sobre el mismo punto fue la de Sica, quien evitó hablar de “apertura de importaciones”, sino de un “proceso de normalización” que redujo aranceles a los niveles originales del Mercosur. Para el exfuncionario, la cuestión central es la competitividad.
Un empresario con pasado en la función pública y abocado al agro, que prefirió no ser nombrado, afirmó que “todavía queda un largo trayecto en competitividad”. El sector al que representa mantiene su reclamo para bajar retenciones, a las que calificó como “la mochila pesada de siempre”. Para estar a tono con la metáfora de la “economía Colapinto”, dijo que hay que “mandar a boxes” al Gobierno en ese asunto. Pero además puso la lupa en los municipios, que “agregan tasas demenciales”.
Otra de “las carreras” del Gobierno de la que hablaron los empresarios es la inflación. Allí destacaron la gran velocidad que se logró, ya que en diciembre, el Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec había marcado el 25,5%, para luego empezar el camino descendente y, luego de cuatro meses consecutivos alrededor del 4%, en septiembre marcó 3,5%. Para octubre varias consultoras privadas proyectan un número menor.
“Va a terminar el año alrededor del 3%, tal vez un poquito más abajo”, dijo otro empresario industrial. Es decir, espera que el sendero de desaceleración inflacionaria continúe durante el último trimestre del año.
En paralelo, el presidente de una de las compañías de industria pesada más importantes del país lanzó una advertencia sobre las herramientas desinflacionarias del Gobierno. “Hasta acá usó mucho al dólar para fijar expectativas y vamos a tener que cuidarnos de no quedarnos caros en dólares para el mundo”, analizó.
Por su parte, Sica afirmó que “el tipo de cambio es competitivo” y que “la inflación va a depender de los servicios públicos”. Es decir, del timing del Gobierno para continuar con el sendero de ajuste de subsidios en las tarifas. De hecho, el último informe de inflación del Indec muestra que el precio de los bienes creció 3% en septiembre, mientras que el de los servicios, 4,6%, por el aumento en las boletas.
En la pista llamada recuperación de la actividad económica, los testimonios de los empresarios varían. Esto es fiel reflejo del comentado repunte heterogéneo de la producción luego de la caída. Por ejemplo, un productor de pinturas a gran escala comentó que en marzo fue su “peor momento” y que desde octubre su compañía registra “el mismo nivel que el del año pasado”.
En contraposición, un colega siderúrgico indicó: “El año va a cerrar con números en rojo aunque las comparaciones intermensuales van dando mejor. Para llegar al mismo nivel anterior antes de la caída vamos a tener que esperar a 2025″.
Otro tema que dominó los pasillos del Hotel Faena fue la elección en Estados Unidos y la contienda entre Harris y Trump. Según Sica, está claro que “ninguno de los dos puede soltarle la mano a la Argentina”. En ese sentido, hizo hincapié en la importancia de que el país no tenga vaivenes ante un Brasil al que calificó como “zigzagueante”. La mirada del exministro coincidió con la de la mayoría de los empresarios.
Sin embargo, hubo otros que valoraron la buena sintonía entre Milei y el candidato republicano. “Tener el celular de Trump puede ser un diferencial”, se escuchó en más de una conversación. Pero también, hubo quien expresó que un excesivo proteccionismo de Estados Unidos, con posible suba de inflación y tasa de interés, podría ser “muy poco beneficioso” para países como la Argentina.