En un martes clave para el futuro de Estados Unidos, se realizan las elecciones presidenciales 2024 en las que millones de ciudadanos votan en todo el país para elegir al próximo presidente, con dos candidatos principales en la contienda: Kamala Harris (Demócrata) y Donald Trump (Republicano). Se espera una larga jornada desde la mañana estadounidense y hasta la madrugada del miércoles. Se estima que a las 20 se pueden conocer los primeros resultados, pero los cierres escalonados de siete estados clave pueden postergar el conteo.

De ese modo, se cierra un agitado año electoral y se sabrá quién asumirá en enero como nuevo presidente para el periodo 2025-2029.

  • Para estos comicios, que se celebran este martes 5 de noviembre, ya votaron anticipadamente 76.1 millones de electores.
  • Este año, los principales estados bisagra son siete: Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte.
  • Para garantizar la victoria, los aspirantes necesitan al menos 270 votos, provenientes del Colegio Electoral, compuesto por 538 miembros.

La actual vicepresidenta Kamala Harris se impone, según el promedio de sondeos realizados por el medio The Washington Post, en cuatro de los siete estados decisivos de la elección de Estados Unidos. Estos distritos, llamados swing states en inglés (estados bisagra), cambian de partido ganador en los comicios. El principal es Pensilvania, que podría ser obtenido por la candidata demócrata, al igual que Nevada, Wisconsin y Michigan. Para Trump quedarían Carolina del Norte, Georgia y Arizona. De los siete estados decisivos, Pensilvania es el que más delegados otorga para el Colegio Electoral: 19 electores.

Debido al sistema electoral indirecto en Estados Unidos, los ciudadanos de ese país no eligen directamente a los candidatos presidenciales, sino a los miembros que formarán parte del Colegio Electoral. El candidato que gane en cada jurisdicción, aunque sea por un mínimo porcentaje, se lleva todos los electores que otorga ese estado. Las excepciones son Nebraska y Maine, que utilizan un mecanismo de proporcionalidad. Por eso, si bien los porcentajes a nivel nacional reflejan de manera aproximada el nivel de apoyo a cada candidato en todo Estados Unidos, podrían no anticipar exactamente quién será el ganador.

Cerca de las ocho de la noche de Estados Unidos se calcula que empiecen a difundirse los primeros resultados electorales. Luego, hacia la madrugada, se espera que pueda conocerse algún resultado definitivo. Pero no siempre resulta sencillo: en 2020, cuando ganó Joe Biden, los resultados definitivos se conocieron tres días después.

Cómo se elige al presidente en EE.UU.

En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los ciudadanos de cada estado votan por la fórmula y el partido de preferencia. Sin embargo, mientras que otros puestos públicos (como senadores y representantes) se pueden ganar con base en el voto popular, en el caso de la elección para presidente y vicepresidente, el Colegio Electoral es el que determina quién es el ganador de la contienda.

¿Kamala o Trump? Estados Unidos elige nuevo presidente en las elecciones de este martes 5 de noviembre de 2024

Cada jurisdicción tiene un número de electores definido por la cantidad de senadores y representantes que tiene en el Congreso de EE.UU. Así, en 48 estados y Washington D.C., el espacio ganador consigue todos los votos electorales de ese estado, sin importar si se impuso por una mínima diferencia o por un amplio margen. Las excepciones son Maine y Nebraska, que tienen cada uno una variación de representación proporcional.

¿Es posible un empate entre Kamala y Trump?

¿Qué sucederá si ninguno de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump, obtuviese la mayoría de votos del colegio electoral necesaria para entrar en la Casa Blanca? Según la Constitución, sería entonces el Congreso el encargado de designar al 47º presidente (o presidenta) de Estados Unidos. La recién elegida Cámara de Representantes elegiría al presidente y el Senado, al vicepresidente. Esta situación se produciría si los dos candidatos empataran el martes en número de grandes electores, 269 a 269.

Donald Trump y Kamala Harris se enfrentan en las urnas este martes 5 de noviembre (AP foto)

Por qué es una elección crucial para Estados Unidos

La última tapa de la revista The New Yorker antes de la elección presidencial en Estados Unidos muestra a la Estatua de la Libertad caminando sobre una cuerda floja. Esa caricatura es un reflejo de la ansiedad, el nerviosismo y la tensión extrema que atenaza al país en la víspera del cierre de la votación más dramática de este siglo. Cada cuatro años, Estados Unidos se dice a si mismo que está ante “la elección más importante de nuestras vidas”. Este año, parece ser cierto.

El país llega a otra decisión crucial para su futuro –y el del resto del mundo– agobiado, notablemente crispado, y aún más dividido que hace cuatro años. Una vez más, Donald Trump ha sido el actor central de una campaña atípica, tóxica, violenta, muy agresiva, nutrida de desinformación, en la que demócratas y republicanos volvieron a tratarse como enemigos y ya no como meros rivales. Nada ha sido normal. Desde la irrupción de Trump en la política, Estados Unidos dejó de vivir las elecciones con normalidad. Ahora, y para ambos partidos, todo está en juego: la seguridad, la prosperidad, la libertad, y la democracia.

El estado de ánimo del país parece inclinar la balanza a favor de un triunfo de Trump, y un retorno del trumpismo. Apenas dos de cada diez norteamericanos son optimistas sobre el futuro, según Gallup, un nivel similar al de la pandemia. Seis de cada diez norteamericanos creen que el país va por mal rumbo. Además del desánimo, otra actitud del país también favorece a Trump: por primera vez en casi dos décadas, Estados Unidos quiere menos inmigrantes, y no más. Una encuesta de Gallup de julio reveló que el 55% cree que la inmigración debe reducirse, la cifra más alta desde 2001, después de los atentados del 11-S.

Con ese trasfondo, y con un Biden avejentado y muy impopular, Trump y los republicanos sacan ventaja en los temas que más preocupan al país, según coinciden las encuestas, excepto dos: el aborto y la democracia. Pese a ese viento en contra, Harris puede ganar. El principal motivo: el propio Trump.