Como base de las croquetas, como clave para platos como lasañas o canelones, o simplemente como acompañamiento de carne o de verduras. La salsa bechamel es un clásico de la cocina francesa que ha encontrado su lugar en los fogones de todo el mundo.
Su textura cremosa y delicada la dota de un carácter inconfundible. Así, siendo una de las salsas preferidas de una gran parte de los comensales, son muchos los que deciden elaborar su propia bechamel casera. Ahora bien, aunque la receta no tiene muchas complicaciones, lo cierto es que conseguir un resultado sin grumos es algo que no todo el mundo logra.
En este sentido, la clave para evitar los grumos está en integrar bien la harina con la grasa (generalmente mantequilla o aceite), y luego agregar la leche de forma gradual y con paciencia. En este sentido, a continuación se explicará pasa a paso cómo debe elaborarse la salsa bechamel.
Receta para una bechamel sin grumos
Para conseguir una bechamel suave y sin grumos se necesita de un tiempo estimado de 15 minutos. Así, si se siguen los siguientes pasos, el resultado será de una textura suave y cremosa.
Ingredientes:
- 50 gramos de mantequilla.
- 50 gramos de harina de trigo.
- 500 mililitros de leche (preferiblemente a temperatura ambiente)
- Sal al gusto.
- Pimienta blanca al gusto.
- Nuez moscada al gusto.
Elaboración:
- El primer paso es derretir la mantequilla. Haz esto en una cacerola a fuego medio. El objetivo es que la mantequilla quede completamente líquida, pero es importante que no se queme.
- Cuando la mantequilla esté lista, agrega la harina en una proporción de 1:1 con la mantequilla, removiendo constantemente con una cuchara de madera o espátula.
- Cocina esta mezcla durante unos 2-3 minutos. Durante este tiempo es fundamental remover de forma constante. Sabrás que la mezcla está lista cuando esta tome un color ligeramente dorado y pierda el sabor a harina cruda.
- En este punto, reduce el fuego a temperatura baja y vierte un poco de leche, lo mejor es empezar por unas cucharadas. Mezcla los ingredientes de forma enérgica hasta que todo se integre de forma completa. Continúa añadiendo la leche poco a poco, siempre removiendo bien antes de agregar más. Esto evita la formación de grumos.
- Cuando hayas añadido toda la leche, sigue removiendo sin parar a fuego medio-bajo. En este momento la salsa comenzará a espesar. No dejes de remover, prestando especial atención a los bordes y el fondo de la cacerola para evitar que se pegue. Si queda algún pequeño grumo, puedes usar un colador para pasar la salsa y asegurarte de una textura perfecta.
- Cuando la bechamel haya alcanzado la consistencia deseada, añade sal al gusto, una pizca de pimienta blanca y nuez moscada rallada si lo deseas.
- Por último, cocina la bechamel un par de minutos más, removiendo hasta obtener una textura cremosa y homogénea. Si prefieres una consistencia más líquida, añade un poco más de leche.
¿Cuántas raciones se obtienen de esta receta?
Con las cantidades mencionadas, esta receta de bechamel sirve para cuatro raciones de salsa y es suficiente para cubrir un gratinado mediano o una lasaña pequeña.
¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta?
Cada porción de esta bechamel contiene aproximadamente:
- Calorías: 140
- Grasas: 11 g
- Grasas saturadas: 7 g
- Carbohidratos: 8 g
- Azúcares: 6 g
No obstante, es importante señalar que esto son estimaciones y que los valores nutricionales concretos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación.
¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación?
La salsa bechamel se puede conservar en la nevera durante un tiempo aproximado de 3 días. Ahora bien, para una mejor conservación se recomienda utilizar un recipiente de cristal. De igual forma, ante de usarla, caliéntala a fuego bajo y, si es necesario, añade un poco de leche para ajustar su textura.