El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha ratificado el despido disciplinario de un trabajador de Mercadona acusado de manipular el recuento de productos para asegurarse el cobro de una prima por objetivos.
El empleado, identificado como Genaro, desempeñaba labores de coordinador de planta en el centro de Bell-Lloc, en Girona, desde mayo de 2001. Según la sentencia, con un salario que incluía una importante prima por objetivos, Genaro alteró los registros de inventario en un intento por aparentar una eficiente gestión del stock, lo que, según la acusación, también resultó en pérdidas económicas para el supermercado.
Todo a raíz del hallazgo de irregularidades en los recuentos de inventario, que levantaron sospechas en la empresa. Estas prácticas, según Mercadona, permitieron a su empleado continuar percibiendo una prima considerable, a pesar de que administrativamente se reportaban productos que no estaban físicamente disponibles en la tienda, afectando de este modo las ventas y la imagen del establecimiento.
El procedimiento judicial se centró en determinar la veracidad de las alegaciones y si existía una causa suficiente para el despido disciplinario efectuado por la empresa. Durante el juicio, las evidencias presentadas incluyeron testimonios de trabajadores, compañeros de Genaro, que describieron un ambiente laboral tóxico, además de documentos que señalaban las irregularidades en los inventarios.
Amenazó y coaccionó a subordinados
La defensa de Genaro argumentó que, aunque existían “discrepancias” en los inventarios, esto era un problema extendido en otros centros de la zona 24 de Mercadona, sugiriendo que no podía responsabilizarse individualmente al demandante por estas anomalías. Sin embargo, el tribunal enfatiza que las faltas de otros empleados en diferentes locales no justifican el comportamiento irregular detectado en el centro donde Genaro era responsable. El tribunal lo tumba de esta forma:
“Tras dejar de prestar servicios Don Genaro en el establecimiento de Bell-Lloc continúan existiendo pérdidas por recuentos y roturas, ya que la Señora Marina, coordinadora sustituya, tuvo que poner al día toda la manipulación realizada por el actor, volviendo a números normales y reales. En el resto de establecimientos de la empresa incluidos en la zona 24, existen pérdidas por roturas y recuentos, pero no con el volumen que consta en el centro de Bell-Lloc cuando estaba gestionado por el Señor Genaro. Además, el incumplimiento muy grave que se le imputa al Señor Genaro es que ha actuado de mala fe, ocultando las manipulaciones, falseando los números voluntariamente, engañando a su coordinadora de zona, y por consiguiente, a la empresa, y amenazando y coaccionando a sus subordinados, lo que no ocurre en los otros centros de la zona 24″.
Mercadona actuó conforme a la legalidad
Adicionalmente, se discutió la ausencia de una “audiencia previa” que, según el Convenio 158 de la OIT, debería haberse ofrecido al trabajador para que pudiera defenderse de las acusaciones. Sin embargo, el tribunal determina que Mercadona había intentado establecer dicha reunión, pero que Genaro la rechazó, alegando encontrarse de baja médica.
El juicio reveló testimonios de empleados subordinados que describieron un ambiente laboral claramente perjudicado por comportamientos inapropiados. A pesar de que la defensa del trabajador cuestionó la concreción de estos testimonios, el tribunal los encuentra suficientemente creíbles y relevantes, destacando que muchos trabajadores temían represalias, lo que complicaba que hubieran levantado una queja formal anteriormente.
En su fallo, el tribunal concluye que la sentencia original era correcta, absolviendo a Mercadona, que actuó conforme a la legalidad, y considerando la alteración del recuento de productos como un incumplimiento grave según el artículo 33 del convenio colectivo de la empresa que preside Juan Roig. Este, sumado al abuso de autoridad y al ambiente laboral corrosivo descrito, es suficiente para justificar el despido sin necesidad de ofrecer una indemnización al empleado.