Quiso el destino que el final de la gestión del diplomático Ricardo Lagorio como embajador ante la ONU fuera, también, el cierre de la breve vida diplomática de la canciller Diana Mondino.
Fue Lagorio quien, el miércoles y con su polémico voto en contra del embargo a Cuba, precipitó la furia del presidente Javier Milei, y con ella, la abrupta salida de la canciller, quien pocos días antes había decidido que Lagorio no podía seguir en ese puesto.
Voto a voto | En la recta final del año parlamentario, el Gobierno batalla por imponer su agenda y evitar un desguace del poder de Milei
El lunes, ya anoticiado formalmente de su salida y reemplazado por su segundo, Francisco Tropepi, Lagorio envió una carta que poco tenía de burocrática, en la que además de aceptar la dimisión exponía –según quienes lo conocen bien– su pensamiento personal sobre la política exterior. Un cable público cargado de ironía, que parece ir en contra, no sólo de la decisión de correrlo (¿influencia de Karina Milei, Santiago Caputo y Nahuel Sotelo?), sino del rumbo que parece tomar la política exterior nacional.
El exembajador en Rusia durante la gestión de Cambiemos comienza agradeciendo a diplomáticos de carrera que lo ayudaron en su breve gestión. “Forman parte de ese reservorio de argentinidad con el que cuenta, y siempre contará la República para defender sus valores e interés, con idoneidad y profesionalismo”, dice, en defensa de la carrera diplomática, hoy bajo amenaza de eventuales auditorías surgidas desde la Casa Rosada.
Luego de definirse en su “compromiso con el multilateralismo”, Lagorio cita a Juan Bautista Alberdi, padre del liberalismo local y referencia para el presidente Milei. “El pueblo mundo del que hablaba Alberdi encuentra, en la Organización de las Naciones Unidas, el ámbito adecuado para la necesaria colaboración y cooperación que nos permitirá transitar este siglo XXI en paz”. Sin temor a represalias, Lagorio defiende así el rol de la ONU, tan criticada por el Presidente en relación a la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro.
“Estos tiempos difíciles y complejos requieren de más y mejor diplomacia”, concluye el cable, una despedida “con altura” según un diplomático de su generación, contra “quienes lo maltrataron de manera indigna”.
Criticado por la Casa Rosada, Lagorio volverá cerca de fin de mes al llano igual que Mondino, aunque la canciller prefirió agradecerle al Presidente al presentar su renuncia.
Macri dio el golpe para hacerse fuerte en Córdoba
Dispuesto a ordenar las cosas en la “provincia de sus corazón”, y mientras construye una casa en un barrio exclusivo de esas latitudes, Mauricio Macri dio el golpe la semana pasada en Córdoba.
Cerca suyo celebran la decisión del presidente de Pro de intervenir en el partido en tierra cordobesa, aún presidido por el diputado Oscar Agost Carreño, que curiosamente forma parte en la Cámara baja del bloque que encabeza Miguel Pichetto.
“Era una situación que no tenía mucha lógica, era muy difícil de explicar y que venía desde el año pasado”, explican cerca del expresidente, que designó como “responsable político” en ese distrito al legislador porteño Darío Nieto, exfuncionario de su gestión en la Casa Rosada, aunque aún no dio el paso formal para intervenir el partido.
“Sacaron un arma y no me mataron. Pueden intervenirme y no lo hicieron porque saben que tengo las herramientas para ganarlo en la Justicia”, se lo escuchó decir a Agost Carreño, de buen vínculo con el bullrichismo en la provincia, y a la vez alineado con Pichetto, excompañero de fórmula de Macri en 2019 y hoy alejado del macrismo.
Nicolás Posse mostró su pasión por la velocidad
Alejado del Gobierno desde hace meses, el exjefe de Gabinete Nicolás Posse se dio un gran gusto vinculado con el automovilismo.
Lejos de sus estresantes días en la función pública, Posse llegó al circuito de Interlagos, en Brasil, para asistir a la carrera de Fórmula 1 en la que compitió el joven piloto argentino Franco Colapinto. Siempre junto al expiloto Norberto Fontana, que lo calificó de “amigo” en las redes sociales, Posse se codeó con Helmut Marko, asesor deportivo del equipo Red Bull, entre otros.
Al parecer tuvo menos suerte que el secretario de Turismo, Daniel Scioli, que sí tuvo su foto con Colapinto.
Rodríguez Larreta: boda y autobiografía en camino
Son días más que ajetreados para Horacio Rodríguez Larreta, ya en tiempo de descuento para su casamiento, a fines de mes, con la joven exfuncionaria porteña Milagros Maylin.
Entre nervios y preparativos, y como animal político cabal, Rodríguez Larreta le dedica tiempo a la escritura de su autobiografía, aún sin título, en la que desgrana los distintos pasos de su carrera, y que tuvieron un abrupto parate con su derrota en las primarias presidenciales de Juntos por el Cambio, ante Patricia Bullrich.
“Está trabajando en un libro sobre su vida y al mismo tiempo sobre su proceso personal luego de la derrota, todo en primera persona”, contó por lo bajo uno de los conocedores del proyecto editorial, que vería la luz en el primer semestre del año próximo. Año que tendrá elecciones legislativas en octubre.
Apuntado por el Gobierno desde el inicio de su gestión, Rodríguez Larreta le insiste a sus íntimos en que “la sociedad va a buscar el centro” luego de la experiencia libertaria. Por ahora, sigue escribiendo.
Storani se enojó con un radical que apoyó a Milei
Emotivo fue el homenaje organizado por el Círculo de Legisladores a la memoria del fallecido exdiputado radical Mario Abel Amaya, el martes pasado.
Antiguos miembros de la Junta Coordinadora Nacional, como Luis “Changui” Cáceres y Federico Storani, hablaron en el homenaje, al igual que el exgobernador peronista de Chubut Néstor Perl.
Entre críticas al gobierno libertario, los oradores exaltaron las virtudes de Amaya, fundador del alfonsinismo en Chubut, abogado del sindicalista combativo Agustín Tosco y diputado nacional hasta el golpe de marzo de 1976.
El problema llegó cuando la también exdiputada Lucía Alberti leyó algunas adhesiones al evento, entre las cuales figuraba la del diputado neuquino Pablo Cervi, uno de los cinco radicales que apoyó el veto a la actualización de las jubilaciones y que se abstuvo cuando la UCR intentó defender la ley de financiamiento de las universidades.
“No me banco que un diputado que está comprometido con lo peor haga una adhesión a este homenaje”, bramó Storani, dejando en claro su incomodidad por el inesperado apoyo de uno de los “radicales peluca”.