La enseñanza de la empatía, el respeto y la inclusión es esencial para mejorar la convivencia y prevenir el acoso escolar (Andina: Agencia Peruana de Noticias)

El acoso escolar, conocido como bullying, continúa siendo una de las problemáticas más persistentes en el Perú. Según el portal SíseVe del Ministerio de Educación (Minedu), entre septiembre de 2013 y septiembre de 2024, los casos de violencia escolar han aumentado alarmantemente, alcanzando un total de 85.967 reportes.

El nivel secundario concentra la mayor cantidad de denuncias, con 49.519 casos registrados. Estas cifras reflejan la gravedad del problema y resaltan la necesidad urgente de fortalecer medidas preventivas y correctivas.

Ante esta realidad y en el marco del Día Internacional Contra la Violencia y el Acoso Escolar que se celebra cada 2 de noviembre, es fundamental destacar la importancia de implementar un enfoque integral para enfrentar la violencia escolar. Este enfoque debe priorizar la prevención y promover una cultura de convivencia pacífica dentro de los centros educativos.

El bullying afecta la integridad física y la salud mental de los escolares, (Andina: Agencia Peruana de Noticias)

Alejandro Raiser y Milagros Morales, psicólogos del Colegio de la Inmaculada, comparten su perspectiva al respecto y algunas estrategias que deben aplicarse para combatir el bullying en la escuela.

Por un lado, Raiser destaca la necesidad de intervenir desde los primeros años de escolaridad para evitar que el acoso se afiance y crezca. “No basta con reaccionar solo cuando ocurre un caso de bullying; la verdadera clave es formar a los niños desde pequeños en habilidades socioemocionales que les permitan una convivencia sana”, subraya.

Por otro lado, Milagros Morales, observa que, dado que la mayoría de los casos de bullying se presentan en la adolescencia, “el bienestar emocional de los adolescentes está estrechamente relacionado con la interacción con sus compañeros; la exclusión, el maltrato o el acoso pueden tener efectos devastadores en su autoestima y desarrollo emocional. Ante esto, es fundamental que madres, padres, maestros y estudiantes colaboren para crear un entorno seguro”.

6 estrategias para combatir el bullying en la escuela

Un ambiente donde los niños se sientan escuchados y valorados reduce el riesgo de acoso (Gob.pe)

Para enfrentar el creciente problema del acoso escolar, los psicólogos Raiser y Morales sugieren una serie de estrategias que las instituciones educativas deberían implementar con urgencia para cuidar la integridad física y la salud mental de los escolares, involucrando activamente a los padres desde el hogar:

  1. Promover la educación en valores desde la niñez: la enseñanza de la empatía, el respeto y la inclusión es esencial para mejorar la convivencia. El hogar es el primer lugar donde los niños aprenden valores; por ello, los padres deben dar ejemplo a través de una comunicación respetuosa y afectuosa en casa. La forma en que los padres tratan a otras personas, incluidas figuras de autoridad, influye directamente en cómo los niños interactúan con sus maestros y compañeros.
  2. Establecer un sistema efectivo de detección: la detección temprana es fundamental para intervenir en problemas de convivencia. Esto requiere una observación continua en los espacios de interacción de los alumnos, con supervisión cercana y la presencia de adultos, ya que muchos conflictos ocurren sin vigilancia. Los maestros desempeñan un rol clave mediante la observación y entrevistas, apoyados por cuestionarios o instrumentos sociométricos.
  3. Crear canales de comunicación abiertos: un ambiente donde los niños se sientan escuchados y valorados reduce el riesgo de acoso. Los padres deben mantener una comunicación continua y observar posibles cambios de comportamiento en sus hijos que pudieran indicar un problema.
  4. Contar con un sistema accesible para denunciar: las escuelas deben tener canales de comunicación claros para que estudiantes, padres y docentes puedan identificar y reportar casos de bullying. Es importante inculcar en los alumnos la importancia de comunicar, pedir ayuda y acudir a un adulto cuando sea necesario; esto debe incluir tanto a los afectados como a quienes han presenciado situaciones de conflicto o abuso.
  5. Capacitar constantemente a los docentes: las instituciones deben invertir en programas de formación continua para enseñar a los docentes a identificar señales de alerta, como el aislamiento social o la baja autoestima. Reconocer estas actitudes a tiempo permite intervenir eficazmente. Además, es crucial dotar al personal de herramientas de mediación de conflictos para resolver tensiones entre estudiantes antes de que se conviertan en situaciones de violencia.
  6. Fomentar actividades en grupo: involucrar a niños y adolescentes en actividades que promuevan la colaboración y el trabajo en equipo es una forma eficaz de prevenir el acoso. Juegos cooperativos, proyectos intergrupales y dinámicas de participación activa son herramientas poderosas para fortalecer el compañerismo. Estas actividades mejoran las habilidades sociales y desarrollan en los estudiantes una mayor comprensión y empatía por los demás.

El acoso escolar es un problema complejo que afecta el bienestar emocional y académico de los estudiantes, pero con estrategias de prevención e intervención adecuadas y sostenidas, las escuelas pueden convertirse en espacios libres de violencia.